LA HABANA, Cuba, 26 de diciembre (C/R otero, 173.203.82.38 )-Las llamadas oficialmente “organizaciones políticas y de masas”, especialmente los Comités de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas, han perdido su influencia social en la última década. Hasta hace unos años, el aval de “buena conducta” de estas organizaciones resultaba indispensable para el ingreso en escuelas y muchos otros trámites, pero el papel de las mismas es cada vez menor.
Últimamente, para la inscripción en cursos técnicos, en muchas instituciones gubernamentales prescinden de la carta de recomendación que se exigía de las llamadas organizaciones de masas.
La Asociación de Economista y Contadores (ANEC), imparte cursos de técnicas de control económicos para cuentapropistas. Sólo exigen datos generales y la abonación del curso.
El Instituto Cubano de la Radio y la Televisión (ICRT) y el Instituto Cubano del Cine (ICAIC), entre otras instituciones gubernamentales, que imparten cursos de veranos para técnicas de fotografía y guiones, ya prescinden también del oficial aval político.
Sin embargo, aún es necesaria una buena recomendación del CDR para conseguir trabajo. También en juicios por indisciplina sociales, los abogados defensores utilizan, como atenuante a su favor, la pertenencia del acusado a las organizaciones de masas. No obstante, en medio de la corrupción generalizada, muchas veces los avales de estas organizaciones se compran.
En los barrios, se han debilitado las guardias de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), las mujeres no cotizan a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), las reuniones con el delegado del Poder Popular no tienen quórum.
En el último Congreso –el 9no.- de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), fue criticada por los miembros del Buró Político, José Ramón Machado Ventura y Esteban Lazo, la tendencia de los jóvenes a no querer militar en el Partido Comunista. Ni siquiera quieren estar en los CDR.