LA HABANA, Cuba. – Las reformas constitucionales que el gobierno cubano pretende validar en el referéndum del próximo 24 de febrero han logrado formar una posición común entre varios grupos y plataformas de la oposición.
Sin proponérselo, la nueva fórmula constitucional del régimen reescrita sobre las bases hegemónicas del Partido Comunista de Cuba, proporcionó los elementos necesarios a parte de la oposición para armonizarse en un desacuerdo único, expresado en el “NO”.
El movimiento Cuba Decide opta por la anulación del voto, mientras que la iniciativa 2020 de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) impulsa la negativa a los artículos que laceran la soberanía popular.
Por otra parte, fuerzas políticas como el Foro por los Derechos y Libertad proponen la ausencia a las urnas y el boicot total al referéndum.
Antonio Rodiles, activista del Foro por los Derechos y Libertades, dijo a CubaNet que la diversidad de propuestas indica un debate democrático que ofrece opciones.
“Posiblemente un cambio en Cuba conlleve a que haya distintas fuerzas políticas, no siempre empujando con una misma visión. En ese camino estamos.”
Dagoberto Valdés, director del Centro de Estudios Convivencia, señaló que la diversidad es un principio al que su organización debe respeto.
“Aún en medio de una dictadura hay que ejercitar los métodos democráticos.”
Desde su perspectiva personal, Valdés considera que votar “NO”, es una de las muchas opciones para negar una Constitución que ubica la ideología por encima de la República.
La unanimidad en el rechazo de la oposición a la nueva constitución, si bien no refleja acuerdos, al menos expresa el sentido común que deben tomar todas las corrientes ideológicas organizadas contra el gobierno.
La ausencia del ciudadano
“El 24 hay que votar, imagínate”, dice temeroso el dueño de una pequeña panadería de barrio. El cuentapropista de 40 años solo maldice a los gobernantes, aunque solo entre amigos. Lleva el pánico sembrado en su conciencia.
“Tú no sabes si tu boleta esta marcada para saber qué pusiste, o si hay cámaras ocultas”, asegura el panadero, con la certeza de que lo vigilan.
Todas las iniciativas discordantes con el referéndum, compiten con la feroz propaganda por el “SÍ” del régimen, basada en décadas de intimidaciones y parálisis social.
En el informe del 24 de enero, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos cita el hostigamiento y detenciones a los activistas del “NO”; así como el bloqueo de palabras en los medios de comunicación, contrarias a la propaganda del régimen.
La encuesta indica que el 35,5% se negará a la propuesta constitucional, y el 74,6% tiene pensado votar, aun cuando más del 60% desea un cambio rápido en la isla.
Los activistas del Foro por los Derechos y Libertades que desarrollan la campaña para boicotear el referéndum, temen la alteración de los resultados.
“Participar de todo esto es dar lo que régimen quiere: la asistencia”, expresó Antonio Rodiles.
A pesar que las voces desde la sociedad civil independiente tienen un eco unánime, falta romper la inmovilidad popular de 60 años para restablecer la condición de ciudadanos.