MIAMI, Estados Unidos. – Unos 1026 cubanos han contraído matrimonio gracias a la entrada en vigor del nuevo Código de las Familias, tras el referéndum popular celebrado en septiembre de 2022, según declaraciones del ministro de Justicia de Cuba, Oscar Silvera Martínez, citadas por Granma.
“En el periodo del 27 de septiembre de 2022 (dos días después de su aprobación en referendo popular) al 9 de marzo de 2023, en los registros de personas naturales se han inscrito 513 matrimonios y 20 uniones de hecho de personas del mismo sexo”, indicó el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
Durante la apertura del XV Encuentro Internacional de Ciencias Penales 2023 y el III Evento Legalidad, Derecho y Sociedad, el titular de Justicia de Cuba calificó al Código de las Familias como “una obra jurídica sin igual en el mundo, con un elevado contenido humano, protector de los derechos y garantías para todos”.
El Código de las Familias, la única de las leyes incluidas en el cronograma legislativo de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) hasta 2028 sometida a consulta y referéndum populares, generó una avalancha de críticas por someter a la votación de la mayoría los derechos de las personas LGBTIQ.
En el plebiscito, celebrado en septiembre de 2022, se registró el 25,88% de abstención, una cifra histórica desde la instauración del régimen cubano. La ley fue refrendada por menos del 70% de los cubanos.
El Código de las Familias también recibió críticas por el cambio del concepto de “patria potestad” al de “responsabilidad parental”; por el traslado de las responsabilidades del Estado con las personas vulnerables a los ciudadanos y las familias; y por no mencionar los derechos de las personas trans.
Antes de su aprobación el Código de las Familias generó encendidos debates al interior de la sociedad civil, así como la oposición mayoritaria de la Iglesia Católica y las denominaciones protestantes presentes en la Isla.
Por su parte, los medios oficiales cubanos desplegaron una campaña que fue calificada como “una hermosa y terrible operación de pinkwashing” por la activista Yasmín Portales Machado.
“El Código no es un regalo para la comunidad LGBTQ de Cuba, sino una renovación del marco legal para todas las personas (…). El impacto que podrían tener estas nuevas normas va más allá de lo que considero el derecho irrenunciable de la gente a casarse con quien quiera”, dijo Portales Machado antes de la votación de la norma jurídica.