LA HABANA, Cuba.- Se han abierto las puertas de la Ciudad Deportiva y varios miles de cubanos están ocupando lugar en la amplia explanada que se extiende ante el escenario que hoy acogerá, a partir de la 8:30 pm, a la legendaria banda inglesa The Rolling Stones. Pese a los pronósticos, el clima ha sido benévolo: el sol se ha mantenido discretamente oculto y la humedad se halla por debajo del nivel habitual.
Pero aunque estuviéramos en pleno agosto, nada haría desistir a las hordas de fans que, pese a las vías de acceso habilitadas en las calles Primelles y Santa Catalina, están a punto de cerrar la avenida Boyeros. Se estima que hoy asista aproximadamente medio millón de personas a este concierto que constituye, verdaderamente, un acontecimiento histórico y cultural; algo que ni los frikies más ilusos esperaron poder ver para contar.
Los fanáticos, que esperaban la apertura desde la noche anterior, entraron en desbandada para poder ocupar los mejores puestos detrás de un área de unos 30 metros, reservada para invitados, de modo que la mayoría disfrutará del espectáculo desde una posición alejada del escenario.
Está planificado que el concierto se inicie a las 8 y 30 de la noche si las condiciones climáticas lo permiten, porque se anunciaron lluvias al final de la tarde.
Otras bandas han sido esperadas en Cuba. Hace algunos años, el rumor de que la alemana Escorpions ofrecería un concierto en la capital cubana, dilató corazones y espíritus que no vieron colmadas sus esperanzas. Otro tanto se dijo de los británicos Deep Purple, pero una vez más la vieja escuela y las nuevas generaciones del rock cubano se quedaron con ganas.
Hoy, por fin, los astros se han alineado en favor de una inmensa tribu que amalgama a hombres y mujeres de toda Cuba. Oleadas de cubanos que se han resistido a la entronización de la música banal están hoy en la Ciudad Deportiva, bajo amenaza de lluvia, para disfrutar del mejor rock de la historia que llegará con el ímpetu de una banda fundacional, de cuatro músicos “vivitos y coleando” que representan el corazón de una época que a tantos cubanos les fue arrebatada.