LA HABANA, Cuba, 12 de diciembre de 2013, Julio César Álvarez López/ www.cubanet.org.- Ahora se sabe que sólo algunos “trabajadores destacados” podrán asistir a espectáculos de Álvaro Torres en La Habana.
Desde que se supo la noticia de la llegada del cantante para actuar en la isla, muchos cubanos se preguntaban cómo podrían obtener las entradas.
Los medios de prensa nacionales difundieron que Torres daría dos conciertos (viernes 13 de diciembre y sábado 14) pero nada se dijo sobre cómo el pueblo podría comprar las entradas para disfrutar a este ídolo de la canción romántica.
El pueblo aún no lo sabe, pues los principales diarios oficiales no lo han anunciado.
Fue en un artículo titulado Nada se compara con lo de Álvaro Torres en Cuba, publicado por la redacción de la página digital oficialista Cubasí ,con fecha de hoy, en el que se cuestiona el manejo de la visita del cantante y las dudas que esto ha generado.
Según el artículo, “las entradas de ambas funciones ya están agotadas, aún cuando los funcionarios del teatro Lázaro Peña alegan que no fueron vendidas por ellos, sino repartidas en algunos centros de trabajo”.
“Tampoco ha sido divulgado el motivo de esta decisión. ¿Qué requisitos determinaron tal privilegio? ¿Cuáles fueron los centros escogidos y qué características especiales debían reunir para ganarse el boleto al espectáculo?”, comenta el texto.
El artículo se cuestiona además el hecho de que sólo unos pocos periodistas fueron convocados a la conferencia de prensa con el músico salvadoreño.
“¿Acaso un artista que viaja para ofrecer un concierto quiere mantener el asunto en secreto, aún cuando sabe que su trabajo arrastra multitudes, o es que otras personas decidieron, de forma arbitraria, quiénes tenían derecho a una entrevista o a un autógrafo?”.
“Por fin, ¿las conferencias de prensa son para informar a los periodistas o no? Evidentemente alguien ha creado una diferenciación entre los medios cubanos. ¿Recibiremos una explicación alguna vez por esto?”, concluye el artículo de Cubasí.
Esto quiere decir que sólo tendrán derecho de asistir al concierto los cubanos que trabajen en centros de trabajo estatales y mantengan, claro está, una supuesta fachada de revolucionarios, requisito indispensable para prosperar en este país.
Los cuentapropistas fueron los grandes olvidados del evento. No hay invitaciones para ellos, como si no fueran todavía parte de la vida económica de nuestro país, que en realidad son los que están moviendo la economía doméstica.
El pueblo de la otra Cuba –existen dos en la isla- se quedará con las ganas de oír a Álvaro Torres.