LA HABANA, Cuba, 25 de junio de 2013, José A Fornaris/ www.cubanet.org.- Desde el 14 de mayo pasado, como una especie de volcán, pero que en vez de lava arroja inmundicia, brotan las aguas negras de manera ininterrumpida en la intersección de la avenida 95 y calle 88 del poblado de Alquízar, municipio de la provincia Artemisa.
Noel Gutiérrez, vecino del lugar, asegura que la situación se ha creado porque la red de aguas residuales de una barriada de edificios multifamiliares conocida como Las 400, que normalmente desagua en la zona de la playa Guanímar, está tupida.
“En ese sitio (Las 400) la gente cría muchos cerdos. Y aunque eso está catalogado como un zona urbana, las autoridades que tienen que ver con ese tipo de indisciplina no hacen nada al respecto. Donde hay crianza de cerdos se crean desechos de todo tipo”, agregó Gutiérrez.
A su vez, Jorge Luis Blanco, quien reside casi en la misma esquina de donde emergen las aguas albañales y donde tiene un pequeño taller para coger ponche a neumáticos, afirma:
“Hay varias casas que tienen el patio inundado de esas aguas apestosas. Además, esto me está fastidiando el negocio, ya prácticamente aquí no viene nadie a coger un ponche”.
Ciertamente, hay un olor nauseabundo en esa área. Y el panorama deprime. Las aguas negras inundan totalmente (por cientos de metros, hasta perderse en una bifurcación) una de las calles paralelas al Paseo Domingo Lencen, una especie de alameda por donde hace años gustaban de pasear los alquizareños.
En otros puntos, este líquido ha creado lagunas de donde emanan olores nada propicios para el olfato.
Ambos, Gutiérrez y Blanco, dijeron que para tratar de resolver la situación se habían realizado gestiones ante el Poder Popular y el Partido Comunista en el municipio, y que alguien había llamado telefónicamente al Consejo de Estado, pero que la respuesta, hasta donde ellos conocían, es que no había presupuesto para acometer la obra que solucione ese problema.
Por su parte, una funcionaria del Poder Popular, hablando de manera no oficial, argumentó que el presidente del gobierno en el municipio había solicitado, en más de una ocasión, a la Empresa de Recursos Hidráulicos, que se encargara de dar solución a ese problema tan serio, pero que no le habían hecho caso.
Amén de todo esto, fue posible escuchar comentarios referentes a algunos brotes diarreicos en la zona. Si esas aguas putrefactas encuentran algún agujero (es posible por el mal estado de la red de acueductos) por donde unirse a las aguas potables, va a surgir un grave problema de salud pública en ese territorio.