LA HABANA, Cuba, 23 de mayo (Moisés Leonardo Rodríguez / 173.203.82.38) – La fosa del edificio conocido como doce plantas, en Zanja entre Espada y Hospital, municipio Centro Habana, continúa tupida y vertiendo sus aguas pestilentes sobre las áreas verdes y la calle trasera del edificio, sin que nadie mueva un dedo para solucionar el problema definitivamente.
“Las limpiezas esporádicas de la fosa sólo contienen el salidero por unos días. Luego se desborda de nuevo, y hay que vivir en la pestilencia. Las quejas al Poder Popular y otros organismos llueven, pero, como decía Julio Iglesias, la vida sigue igual” –expresó Luz Rodríguez, residente en el lugar.
Las aguas albañales pasan cerca de un depósito de basura de gran tamaño, que no tiene tapa y que, junto a las aguas, constituyen focos potenciales de enfermedades transmitidas por vectores que encuentran caldo de cultivo en este medio.