LA HABANA, Cuba. – El preso cubano Juan Bautista Bedey Pérez podría morir en la cárcel de Boniato, en Santiago Cuba, donde se encuentra recluido, porque las autoridades penitenciarias no le brindan la atención médica necesaria dado el cáncer de garganta que padece, según denunció su esposa en entrevista con Cubanet.
“Él está malito”, asegura Lida Hilda Steven Despaigne, y luego apunta que teme que el padecimiento de su marido ya no tenga solución. “La responsable de lo que le suceda a mi esposo es la prisión de Boniato, con sus jefes y con todos allá adentro, porque tiempo había, en un año tiempo había”, repite. “No se han ocupado, no han hecho nada para salvarle la vida”.
Bedey Pérez fue sancionado a 12 años de privación de libertad por el supuesto delito de tráfico de drogas, aunque, según su esposa, las autoridades “no le pudieron probar nada”. Dada la imposibilidad de acceder a fuentes oficiales CubaNet no pudo comprobar de forma independiente esta información.
Tras su arresto, fue trasladado a la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba, porque a pesar de que vivía en La Habana en su carnet de identidad constaba que era vecino de la provincia oriental.
Steven Despaigne asegura que lleva alrededor de un año realizando gestiones y exigiendo a las autoridades penitenciarias que le brinden la asistencia médica debida a su esposo para intentar detener el avance de la enfermedad.
Según relata, en mayo de 2020 Bedey Pérez comenzó a ser atendido por la doctora del penal a raíz de una dolencia en la garganta. Fue tratado con antibióticos, pero los síntomas no se aliviaron.
“Me llamó y me dijo que había que hacerle unas pruebas para saber en realidad que tenía. El tiempo fue pasando y pasando y me fui para 15 y K (Dirección Nacional de Prisiones) y empecé a reclamar para que se ocuparan de mandarle a hacer las pruebas que necesitaba, pero nada”, asegura Steven Despaigne.
Preocupada por la situación de salud de su esposo, cuenta que viajó hasta Santiago de Cuba e intentó presionar a las autoridades del penal para que llevaran a Bedey Pérez al hospital a realizarle las pruebas médicas necesarias.
“Todos los días yo iba para Boniato, hablaba con los médicos, con la enfermera que pasara, tuviera que ver o no, mandaba recados para adentro (de la prisión) y nada”, denunció la mujer.
A tanta insistencia, refiere, logró que las autoridades le realizaran a su esposo un grupo de pruebas médicas, aunque otras quedaron pendientes.
“La doctora Cruz (del penal) me dijo que había que operarlo, que lo que él tenía era de operación, pero que había que hacerle todas las pruebas que llevaba para operarlo”, explicó.
Como las trabas de la prisión se mantenían, la propia Steven Despaigne tuvo que gestionar un turno en el hospital para realizarle los exámenes restantes a su esposo. No obstante, las autoridades penitenciarias no lo condujeron a la cita.
“En la prisión me decían que eso no era problema de ellos, que era problema del hospital, que no estaba haciendo nada (exámenes médicos), que no querían hacer nada, pero todo lo que me decían era mentira”, insiste.
La entrevistada también argumenta que el director del centro hospitalario le explicó que las autoridades penales sabían muy bien cómo se gestionaban las citas médicas de los reos, que no era por teléfono, sino que se hacía de manera presencial. Además, le apuntó, los presos son priorizados en los centros hospitalarios.
“Me tuve que dirigir a la Fiscalía. Un día fueron allá a la prisión y la doctora Cruz dijo que él no tenía nada porque no se le había realizado la prueba que demostraba lo que tenía, (aun) cuando fue ella misma la que me dijo a mí que tenía cáncer y que había que operarlo, pero en ese momento lo desmintió”, contó Steven Despaigne.
Luego de varios meses de estancia en la provincia Santiago de Cuba, para intentar que le brindaran atención médica a su esposo, la entrevistada no tuvo más opciones que regresar a la capital, donde reside, y desde allí continuar con su reclamo.
Una vez en La Habana, se presentó varias veces en las oficinas de 15 y K y, gracias a su insistente reclamo, las autoridades del penal de Boniato le realizaron a su esposo las pruebas necesarias para culminar su estudio y llevarlo al salón de operaciones.
“Al final le hacen el eco(cardiograma). (Pero) cuando llega el médico (al penal) para ver el resultado del eco, estaba perdido, no aparecía”, lamentó.
Ante esta circunstancia, la mujer regresó a 15 y K a exigir una respuesta por lo sucedido. Sin embargo, las autoridades del penal donde está recluido su esposo refirieron que esa prueba nunca se realizó por causa de la situación provocada por la pandemia de COVID-19.
“En 15 y K me atendieron, me llaman al jefe del penal y este me da como respuesta que todo eso era mentira de mi marido, que a él no le habían hecho ningún eco porque en Santiago de Cuba todo estaba parado y que no estaban haciendo nada. Me viré para la compañera de 15 y K y le dije que eso era mentira, porque yo estuve allí y en los hospitales si estaban atendiendo y que los presos tenían prioridad”, narró.
Steven Despaigne ha llegado a la conclusión de que a su esposo “le están negando la atención médica y el derecho a vivir solo porque cometió un delito. A los presos en Cuba los tratan como perros. Todo lo que dicen en el Noticiero sobre la atención a los presos es mentira, yo lo viví y lo estoy viviendo todavía”, lamenta.
Cientos de reos denuncian constantemente estar viviendo situaciones similares a las de Bedey Pérez desde las prisiones cubanas. Aunque sufren la falta de medicamentos, no se les permite recibir los fármacos enviados por sus familiares.
A principios de marzo, el medio Radio y Televisión Martí también denunció que las autoridades de la prisión de Kilo 8 le estaban negando la atención médica al preso político Virgilio Mantilla, quien presentaba síntomas de COVID-19.
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