LA HABANA, Cuba.- Cuando se habla en Cuba de Derechos Humanos, la respuesta más citada es “salud para todos”. Sin embargo, al llegar al policlínico Manuel González Díaz del municipio de Bahía Honda, en Artemisa, el escenario es bien distinto a lo difundido por las instituciones gubernamentales.
La institución, que funge como hospital, “es una verdadera falta de respeto”, según Magalis, residente del consejo Harlem.
El territorio actualmente no cuenta con un hospital propiamente dicho, sino con un policlínico con salas hospitalarias, según declaró la directora del centro María Jesús González, quien alega que el inmueble y los servicios que brinda se encuentran en perfecto estado. “A pesar de los problemas y las carencias que afectan al sector, mantenemos un buen servicio, y tras encuestas realizadas en la comunidad nadie tiene quejas de nuestra atención”, justifica.
Añadió que el policlínico ha sido adaptado para acoger a pacientes que necesiten cuidados intensivos o demanden ser ingresados y tener el personal competente, para dar el mejor cuidado a los enfermos.
Muchos son los pacientes que llegan a este hospital; como Gladis Ochoa, vecina de la avenida 21, quien señaló a este diario la agobiante espera a la cual se somete siempre que viene. “No sé cómo llamarle porque más bien parece un mercado agropecuario. Casi nunca el médico está en la consulta, porque anda de misión o no ha llegado porque vive lejos, y las colas para atenderse son inmensas en cualquier horario. Vengo porque es el único y no me queda más remedio. Mi hija de nueve años es asmática y se fatiga mucho”.
“Varias veces nos ha tocado esperar hasta más de media hora para que le pongan el aerosol, como si fuera algo sencillo y no peligrara la vida. Siempre dicen lo mismo: que tienen solo dos balones de oxígeno y hay que esperar a que se desocupen”, selló Ochoa.
El centro cuenta con cuatro salas de ingreso, Cuerpo de Guardia, Enfermería y otros locales, pero según palabras de Irene, pobladora del reparto Montaña, la falta de higiene es desmedida en las salas, revelando que la suciedad satura los pasillos y las habitaciones del recinto. “Por eso es mejor no enfermarse”, alude mientras sale del centro.
Una enfermera que se hallaba en el Cuerpo de Guardia de esta institución reveló a CubaNet que “casi todos los instrumentales y equipos están deteriorados”, y a razón de la falta de equipamientos los pacientes son remitidos al Hospital Provincial Comandante Pinares, a más de 30 kilómetros, en el aledaño municipio de San Cristóbal.
“Estoy aquí desde las ocho de la mañana y ya han pasado más de cuatro horas, y ni siquiera ha entrado el primero de la lista para ver al médico, que dicen que no ha llegado”, reclamó Esteban, un señor que esperaba a las afueras de la instalación.
Ernesto cuenta la situación que tuvo que afrontar meses atrás cuando fue partícipe de un lamentable accidente automovilístico, junto a su esposa. “Llegué al cuerpo de guardia con graves heridas en la pierna, y con mi esposa inconsciente. Todo era una locura y el médico nos dijo que seríamos remitidos al hospital de San Cristóbal, que teníamos que esperar a la ambulancia, pero esta nunca llegó y cuando mi familia se empezó a quejar nos dijeron que la ambulancia estaba en otro caso. Tuvimos que buscar transporte por nuestra cuenta”.
“Por gestiones de mi padre, pudimos alquilar un carro en 40 CUC y salir de aquel lugar para recibir los cuidados necesarios”, añade. “No quisiera volver a pasar por aquello otra vez, ni le deseo a nadie someterse a tanto maltrato”.