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D.F., México – Cada día de la semana de 12 a 2 pm y de 6 a 8 pm, izan sus pancartas de protesta, preparan los instrumentos musicales y se desnudan para protestar. En esta ocasión ocupan un tramo de la avenida Eje Principal, San Juan de Letrán del Distrito Federal, México.
El “Movimiento de los 400 Pueblos” o “los encuerados”, como también se les conoce, llevan a cabo un tipo de manifestación considerada única en el mundo. Los manifestantes atraviesan el país para bailar, encueros o semidesnudos al ritmo de la cumbia tocada por la agrupación musical que los acompaña. Por esta razón los organizadores se autodenominan como “protestantes alegres ante las grandes tragedias”.
Si de algo están convencidos todos los miembros de esta organización campesina es de su derecho a las protestas públicas. Quizás por ese convencimiento, los manifestantes entrevistados para este trabajo conocen que ese derecho está vetado en Cuba.
“Nosotros nos manifestamos contra cualquier gobierno. Tenemos el derecho de expresarnos y eso es lo que hacemos (…) Ahora estamos esperando que la procuradora nacional de justicia nos dé una audiencia para ver los avances de nuestra denuncia contra Miguel Ángel Yunes Linares”, dijo a CubaNet Juan Reyes Domínguez, representante de los “400 pueblos”.
La actual protesta del movimiento en la avenida Eje Principal demanda la encarcelación del diputado del Partido de Acción Nacional (PAN) Miguel Ángel Yunes Linares, por actos corruptos y represivos.
Reyes Calixto Cruz campesino organizador de la protesta, declaró a CubaNet su satisfacción por la actual respuesta del gobierno federal. “Nunca se había procedido contra Yunes Linares. Hoy queremos reconocer que el gobierno federal aceptó la denuncia en la procuraduría (…) Confiamos en que si el gobierno de Peña Nieto dice no a la corrupción, este es un buen ejemplo”, declaró el entrevistado.
Los detractores del movimiento lo acusan de ser acarreado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde militó Yunes Linares. Son acusados de cobrar de 200 a 500 pesos diarios por manifestarse y funcionar como una especie de maquinaria de choque destinadas al descrédito. También se utiliza su capacidad de movilización para argumentar la influencia de los intereses políticos superiores detrás del movimiento.
Antes de desnudarse
La organización de los “400 pueblos” surgió en 1974, de la demandas por el despojo de hectáreas de tierras. El actual movimiento proviene de la unión de varias organizaciones campesinas del norte de Veracruz. Adoptó el nombre de una marcha llevada a cabo en 1970, en cual participaron 400 pueblos mexicanos.
Los campesinos comenzaron por crucificarse para llamar la atención, hasta que en 2002, durante una de sus protestas en la capital, decidieron desnudarse. Desde entonces se manifiestan desnudos o semidesnudos, lo que les hizo ganar el nombre de “los encuerados”.
Las principales protestas del grupo comenzaron contra las políticas agrarias. Según las declaración de los miembros de la comisión entrevistados para este reportaje, recurren al desnudo como forma pintoresca de describirse despojados.
De esta forma salen de la invisibilidad, en un país que describe en la capital más de 8 mil protestas públicas al año. La estadísticas oficiales registran que el 46 % de la población considera una costumbre salir a protestar cuando no se está de acuerdo con algo.
Resultados de las protestas
Entre los logros de los encuerados está la entrega de dos a tres parcelas de tierra para el 70% de los campesinos del movimiento. Para los campesinos no es suficiente y exigen justicia contra quienes los despojaron y encarcelaron hace dos décadas.
Movimiento social o de choque, sus demandas están justificadas por los elevados índices de corrupción en el gobierno, la precariedad de las tierras para el trabajo y la invisibilidad social del problema campesino extendido hasta la segregación.
La constitución que les otorga el derecho a la protesta pública contra los gobernantes es la principal ventaja de estos campesinos, a quien nadie le puede negar la singular popularidad y fuerza que ganan con cada protesta.