Reporteros Sin
Fronteras, enero 19, 2001.
PARIS, 19 de enero - Reporteros sin fronteras se felicita por la liberación
de un periodista, pero se preocupa por las declaraciones de Fidel Castro contra
la prensa extranjera.
El periodista independiente Jesús Joel Díaz Hernández,
de 27 años, fue puesto en libertad el 17 de enero de 2001, mediante una
reducción de condena sobre la cual las autoridades no ofrecieron ninguna
explicación. Reporteros sin fronteras (RSF) se felicita por esta liberación
y demanda a las autoridades cubanas que liberen los otros dos periodistas todavía
encarcelados y que podrían teóricamente beneficiarse de una
libertad condicional por haber cumplido la mitad de su condena. Por otra parte,
la organización expresa una gran preocupación por las
declaraciones del presidente Fidel Castro contra la prensa extranjera. No
solamente amenazó con "anular la acreditación" a
agencias de prensa extranjeras presentes en Cuba. Estas declaraciones siguen a
los ataques de la prensa oficial contra el corresponsal de la agencia Reuters
Pascal Fletcher.
Jesús Joel Díaz Hernández, director de la agencia
Cooperativa Avileña de Periodistas Independientes (CAPI), con sede en
Ciego de Avila (al centro del país), fue arrestado el 18 de enero de 1999
y condenado al día siguiente a cuatro años de prisión por "peligrosidad
social". De acuerdo al artículo 72 del Código Penal, su
conducta estaba "en contradicción evidente con las normas de la
moral socialista". Desde 1995, Díaz Hernández transmitía
sus artículos al extranjero, al principio como colaborador de la agencia
Patria y luego como director de la agencia CCAPI, que había ayudado a
fundar en diciembre de 1998.
Desde la prisión de Canaleta, en Ciego de Avila, donde se encontraba
encarcelado, el periodista denunció frecuentemente las malas condiciones
de la cárcel y se declaró varias veces en huelga de hambre. Sus
familiares consideran que fue condenado para "dar ejemplo", a fin de
evitar que la juventud local se lanzara a hacer periodismo independiente.
Otros dos periodistas continúan encarcelados: Bernardo Arévalo
Padrón, fundador de la agencia de prensa independiente Línea Sur
Press, condenado a seis años de prisión en noviembre de 1997 por "desacato"
al jefe de Estado, y Manuel Antonio González Castellanos, miembro de la
agencia de prensa independiente Cuba Press, arrestado el 1 de octubre de 1998 y
condenado a dos años y seis meses de prisión por "desacato"
al presidente Fidel Castro.
En Cuba, cuya Constitución estipula que la libertad de prensa debe
estar "conforme a los objetivos de la sociedad socialista", solamente
la prensa oficial está autorizada. En ese contexto, los periodistas
independientes, un centenar agrupados en unas veinte agencias de prensa, no
reconocidos por las autoridades, son objeto de presiones constantes. Llevados al
extremo, 18 de ellos tomaron el camino del exilio en 2000. RSF demanda el fin
del hostigamiento contra estos periodistas y el reconocimiento de las agencias
independientes.
Por otra parte, la organización está profundamente preocupada
por las últimas declaraciones del jefe de Estado cubano contra la prensa
extranjera, dirigidas a obligar a los corresponsales extranjeros a
autocensurarse. En un discurso retransmitido por la televisión cubana
durante la noche del 17 al 18 de enero, el presidente Fidel Castro acusó
a "ciertas agencias" de "no ser objetivas". Sobre todo
criticó a "ciertos de sus colaboradores que se dedican a difamar a
la Revolución" o "transmiten no solamente mentiras, sino también
insultos groseros contra la Revolución y particularmente contra mí".
Los nombres de las agencias o periodistas acusados no fueron citados. Después
de acusar a estos periodistas de buscar su "expulsión", el
presidente indicó que él preferiría que las propias
agencias los llamaran. "Más que expulsar a un periodista, sería
más razonable anular la acreditación de la agencia en Cuba",
añadió el presidente Fidel Castro.
Estas declaraciones se produjeron después que Pascal Fletcher,
corresponsal de la agencia Reuters y del periódico Financial Times, fue
objeto de ataques de la prensa oficial desde principios de año. El 6 de
enero de 2001, el diario cubano Granma lo calificó de "portador de
veneno contra la Revolución cubana". El periódico lo había
acusado también de mantener una "estrecha relación con la
Sección de Intereses de Estados Unidos". Tres días más
tarde, durante una emisión televisada, el corresponsal británico
fue criticado por "su actitud provocadora, tendenciosa y pérfida"
después de redactar un despacho sobre un controversial desfile organizado
por la embajada de España. En julio de 1999, el responsable del buró
de la Agencia France-Press (AFP), Denis Rousseau, salió de Cuba después
de haber sido víctima de una campaña de prensa similar. Después
de su partida, el periodista afirmó haber sido sometido a "múltiples
presiones" que no le permitían "trabajar normalmente". |