Publicado el 11 de enero de 2001 en
El Nuevo Herald
Atacan a España y a un reportero británico
El gobernante Fidel Castro denunció el "ultraje'' organizado
por la embajada ibérica
Servicios De El Nuevo Herald. La Habana
La televisión cubana lanzó el martes en la noche duras críticas
contra un corresponsal británico en la isla, al que acusa de ser "un
fiel servidor'' de Washington y de haber publicado datos confidenciales de la
economía cubana.
Durante una "mesa redonda televisada'' --programa cotidiano creado
durante el caso del niño balsero Elián González, y que reúne
a comentaristas y periodistas cubanos para tratar diversos temas-- el
corresponsal del diario británico Financial Times y también
colaborador de la agencia Reuters, Pascal Fletcher, fue criticado por "su
actitud provocadora'', "tendenciosa'' y "pérfida''.
Los participantes --informó la AFP-- fustigaron fundamentalmente uno
de sus recientes despachos sobre un controvertido desfile de los Reyes Magos
organizado por la embajada de España en las calles de La Habana y que
desató la ira de las autoridades cubanas.
Fletcher fue "ofensivo e irrespetuoso a la figura del compañero
Fidel'', "ha dañado la economía de nuestro país'', es
una "persona amargada'', hace "cínicas valoraciones'', mantiene
una "conducta provocadora'', es un "fiel servidor de la Oficina de
Intereses'' de Estados Unidos en Cuba, fueron parte de los comentarios emitidos
en el programa, según la AP.
Sin embargo, los comentaristas dijeron que el gobierno no daría una
excusa expulsando al reportero del país para que luego éste se "hiciera
la víctima'', añadió la AP.
Un miembro del Centro de Investigación de la Seguridad del Estado leyó
luego ante las cámaras informaciones personales sobre Fletcher, entre
ellas la fecha de su matrimonio, así como una lista de funcionarios
estadounidenses con los que se habría reunido.
Entretanto, el gobernante Fidel Castro se quejó del "ultraje''
durante el festejo español por el Día de los Reyes Magos y afirmó
que su intención no era "echar leña al fuego'' a las
relaciones con Madrid. El pasado viernes, delegados españoles disfrazados
de los tres reyes y en carruajes, lanzaron caramelos por un paseo vial del
centro capitalino, y más tarde repartieron regalos a niños en la
sede del Centro Cultural de España, abarrotado por decenas de personas
pujando por un presente.
"No vamos a echarle la culpa a los niños... (Los diplomáticos
españoles) fueron y les lanzaron los caramelos, lo que nadie debió
haber hecho nunca'', dijo Castro en declaraciones difundidas ayer por Granma.
"Nadie debió haber cometido el ultraje de lanzarles caramelos a
los niños, crear el desorden, como hicieron allí'', añadió.
Castro indicó que el gobierno no estaba contra el festejo de origen
religioso, o contra el pueblo español, sino contra "provocaciones
insólitas'' como intentar presentar "a los niños cubanos detrás
de una caravana de Reyes Magos, recogiendo caramelos.
"Que nadie dude que toda grosería, toda provocación, todo
insulto tendrá adecuada respuesta'', enfatizó Castro.
Un espía afirma que fue amenazado por La Habana
Declaró Joseph Santos, un agente cubano que confesó
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
Cuando La Habana entrena un agente para enviarlo a Estados Unidos no sólo
le enseña cómo reportar sus actividades, esconderse o escapar si
es detectado, sino también qué pudiera pasarle si decide cambiarse
al campo enemigo, declaró ayer un espía cubano confeso.
"Se considera traición. Nunca me lo dijeron claramente, pero [en
Cuba] se sabe claramente a nivel nacional que eso pasa'', afirmó Joseph
Santos, cuando el fiscal federal asistente Dave Buckner le preguntó sobre
las consecuencias que su gesto pudiera tener en la isla.
Santos, hasta ahora el testigo estrella de la fiscalía, fue arrestado
en septiembre de 1998, mientras ejercía actividades de espionaje en el
sur de la Florida. Sin embargo, hizo un rápido arreglo con las
autoridades: cambió una sentencia de cadena perpetua que le hubieran
impuesto por todo lo que sabe sobre la "Red Avispa''.
El tema surgió durante la audiencia y provocó un intenso
debate entre fiscales y la defensa de los cinco integrantes de la red acusados
de espiar para la isla, cuando los abogados defensores insistieron en que el
testimonio del espía confeso se debía a las promesas de la fiscalía
de reducirle la sentencia. Según Buckner dio a entender al jurado, Santos
habría sido condenado a muerte en la isla por colaborar con las
autoridades estadounidenses.
"Recibió una sentencia de muerte; tiene mucho que perder aunque
digan lo contrario. Al engañar a la inteligencia cubana se está
exponiendo a castigos. Es más, hubo amenazas antes del arresto'', sostuvo
el fiscal federal asistente.
Durante poco más de media hora, las dos partes debatieron sobre quién
había tocado o no el tema y si era relevante para el caso que el detalle
fuera escuchado por el jurado.
La jueza Joan A. Lenard decidió que si bien no creía que el
asunto era relevante, podría ser profundizado por la defensa. Los
abogados defensores argumentaron que la existencia de supuestas amenazas contra
Santos era irrelevante, porque las mismas habrían sido hechas antes de su
llegada a Estados Unidos en 1993.
"Ni siquiera tenemos claro si hubo amenazas, quién las hizo y en
qué consistieron'', añadió Paul A. McKenna, uno de los
abogados defensores.
Santos tampoco aclaró mucho, pero dio a entender que, de haber
existido, esas amenazas habrían sido puramente subliminales.
"Una sola vez antes de venir a Estados Unidos [se tocó el tema].
Un viejo oficial de la inteligencia cubana me mostró un video clandestino
donde me dijo aparecía una persona que traicionó, y que él
había seguido y ubicado. Sin embargo, lo mandaron a salir del trabajo una
vez que lo encontró y yo no sé que pasó después'',
explicó Santos.
En la misma sesión de ayer, un oficial de la Oficina Federal de
Investigaciones (FBI) que por meses se dedicó a seguir y grabar las
actividades de los supuestos espías cubanos, brindó detalles sobre
un encuentro clandestino realizado en Cayo Hueso en febrero de 1996 entre el
supuesto jefe de la red, Gerardo Hernández, y Antonio Guerrero, alias
Lorient, aparentemente infiltrado en la Base de Boca Chica. "Se encontraron
en un restaurante de Cayo Hueso y Hernández le entregó un saco plástico
azul. No sé qué contenía, pero lo fotografiamos'', dijo el
oficial William J. Murphy Jr., cuyo testimonio será ampliado hoy.
Contentos de abandonar la "pesadilla de Cuba'' los balseros
llegados a Costa Rica
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
Un día después de iniciar una nueva vida en Costa Rica, José
Domingo Insula está confiado en que su futuro como refugiado tendrá
que ser definitivamente mejor a los días en su natal Santa Cruz del Sur,
en la provincia cubana de Camagüey.
Su deducción es elemental pero contundente: "No creo que pueda
vivir en lo adelante algo peor a la pesadilla de Cuba... allí
sencillamente no se puede estar'', afirmó Insula, de 51 años, en
conversación con El Nuevo Herald.
Insula es uno de los 21 cubanos que el pasado lunes obtuvieron refugio
temporal en Costa Rica luego de escapar de la isla y acometer una prolongada
travesía en la embarcación pesquera que los llevó hasta
Puerto Limón, a 80 millas de San José, la capital costarricense.
Fue él quien ayer cocinó un congrí gigante, revoltillo
de huevos, cebolla y tocineta, y plátanos fritos, para el grupo que se
aloja temporalmente en el club José Martí, propiedad de la colonia
cubana en el barrio de Guachipelín de Escazu.
"Estamos muy felices todos'', comentó. "No quiero dinero ni
vine aquí con sueños de grandeza; sólo aspiro a trabajar
aunque sea picando piedras, y a que mis hijos puedan almorzar y comer todos los
días sin sobresalto''.
Insula, que vino con su esposa, María Caridad Consuegra, de 48 años,
dos hijos, sobrinos, nietos. En total son 17 de la misma familia.
"Estuve pensando muchos años en irme, pero no quería
hacerlo si no era con toda la familia junta'', relató. "El 25 de
diciembre decidimos que era el momento preciso''.
El plan inicial era salir el 28 de diciembre, pero no fue posible y la tarde
siguiente oficiales de la Seguridad del Estado visitaron la casa de Insula para
interrogarlo sobre los rumores de una fuga. Esa misma noche el grupo salió
remando en dos botes plásticos desde Santa Cruz hacia el cayo Cabeza del
Este, a 30 millas de la costa.
En el cayo está una caseta receptora para el control de los barcos
pesqueros. Allí llegaron el 31 de diciembre y, favorecidos por la
superioridad numérica y el ambiente festivo, lograron neutralizar a los
vigilantes y llevarse la nave Langostero I dos horas antes de que terminara el
2000.
"Pensamos en celebrar el cumpleaños de mi esposa [el día
7 de enero] en tierra firme, pero tuvimos un problema mecánico en el
barco que nos obligó a parar en [la isla colombiana] San Andrés'',
contó Insula.
La noche del lunes, cuando pudieron subir a tierra y tomaron el autobús
que los trasladó al club José Martí, Insula sintió "como
si todas las puertas se abrieran para nosotros''.
Había crecido en el seno de una familia humilde, pero los cambios
revolucionarios no trajeron mucho bienestar para su hogar.
"A decir verdad, seguí viviendo bastante arrastra'o, ni piso teníamos
en la casa. Con los años comprendí que a las cosas que parecen
buenas del sistema, hay otras que le quitan el brillo: el hambre, la miseria, la
mentira, el azote de no poder decidir ni siquiera sobre una vaca que es tuya'',
manifestó.
Insula dijo que para asegurar el sustento de su familia tenía que
arriesgarse a hacer constantemente negocios ilícitos. "Nos dieron
media libra de aceite en abril y otra media libre en diciembre. ¿Tú
crees que así se puede sobrevivir?'', se cuestionó. |