Ivonne Lamazares narra la relación madre-hija en la Cuba
revolucionaria
El País, A. C.
| Madrid. Lunes, 30 de abril de 2001
Ivonne Lamazares (La Habana, 1962) quería volver al mundo de su
infancia cuando empezó a escribir La isla del azúcar (Alianza
Literaria). Con apenas cincuenta páginas redactadas, la escritora se
presentó en un taller de escritura de Sewanee y allí mismo encontró
un agente que vendió su novela. Lamazares se siente desde entonces como
si viajara en un coche fuera de control. 'Escribir la primera novela presionada
por un editor puede llegar a ser una pesadilla, pero solucioné mi
problema poniéndole al libro todo lo que salía de mi corazón'.
La isla del azúcar cuenta la relación de una madre y su hija
en los primeros años de la revolución. La madre de Tania, desengañada
del castrismo que apoyó en su día, decide llegar como sea a las
costas de Florida. La niña desconfía de los motivos de su madre y
se dedica a observar lo que pasa a su alrededor con los ojos de una adolescente.
Parte de la novela tiene que ver con la propia vida de la escritora, que creció
en Cuba rodeada de dogmas. 'Allí siempre sentía que traicionaba a
alguien; en casa de mis abuelos, católicos de origen gallego, había
que pensar una cosa y en el colegio la contraria. No creía en nada. Lo
primero que me llamó la atención cuando mis abuelos me llevaron a
Miami fue que había llegado a un lugar donde uno podía convertirse
en cualquier cosa, incluso en un desviado o un marginado con entera libertad'.
Castro dice a Garzón que 'combatiría' su detención
Mauricio Vicent | La Habana. El País, abril 29, 2001
Fidel Castro quiso dejarlo claro de una vez por todas: sólo cree 'en
la extraterritorialidad del honor y la dignidad del hombre' y no está
nada preocupado por que le pueda ocurrir con la justicia española lo
mismo que a Pinochet. 'Soy revolucionario y moriré siendo
revolucionario', dijo, advirtiendo a continuación: 'si algún juez
o alguna autoridad de España o cualquier otro país de la OTAN
intentara alguna vez arrestarme, debe saber de antemano que habrá
combate'.
El mensaje iba dirigido al magistrado Baltasar Garzón, quien
recientemente admitió haber recibido unos expedientes para procesar al
mandatario cubano, si bien aseguró que no era viable jurídicamente
iniciar acción alguna. |