ABC. España, abril
22, 2001.
Bush promete desde Quebec libertad a Cuba y Castro alienta las protestas
QUEBEC/LA HABANA. Afp, Ep - El presidente de Estados Unidos, George Bush,
aseguró a los cubanos que «la libertad les llegará», en
un discurso por radio a la nación enviado desde Quebec, donde Cuba es el único
país del hemisferio excluído de la Cumbre de las Américas.
En contrapartida, el presidente cubano Fidel Castro enviaba a los manifestantes
contra la cumbre un mensaje de solidaridad.
«Buenos días. Estoy en Canadá para la Cumbre de las Américas,
junto a líderes de otras 33 naciones democráticas. Solamente un país
del hemisferio occidental no está representado, porque ese país,
Cuba, es el único que todavía no es una democracia», dijo
Bush en su mensaje.
«Más de 800 millones de personas viven en las Américas;
11 millones de ellos viven bajo una dictadura», dijo Bush, refiriéndose
al Gobierno del presidente cubano Fidel Castro. «El progreso de la
democracia en nuestra parte del mundo no es total, pero es muy notable. Vivimos
en un hemisferio definido por las ideas y aspiraciones de la libertad»,
agregó.
Bush se declaró complacido de que «muchos países de las
Américas se sumaron a nosotros para aprobar esta semana en la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (en Ginebra) una resolución
pidiendo a Cuba que respete los derechos humanos de sus ciudadanos», y
agregó: «Sabemos que, para el pueblo de Cuba, su día de
libertad llegará». Cuatro países iberoamericanos votaron en
favor de la resolución: Argentina, Uruguay, Costa Rica y Guatemala,
mientras Venezuela votó en contra y Brasil, México, Colombia,
Ecuador y Perú se abstuvieron.
En La Habana, mientras, Castro expresó solidaridad con los
manifestantes antiglobalización, que el viernes protagonizaron graves
disturbios en Quebec y forzaron un retraso en la inauguración de la
cumbre.
MANIFESTANTES HEROICOS
El presidente cubano envió un mensaje de «simpatía y
admiración» a las personas que se manifiestan contra la globalización.
Según un comunicado leído por la televisión oficial cubana,
Castro calificó de «comportamiento valiente y heroico» la
actitud de los manifestantes, que ayer protagonizaron enfrentamientos con la
Policía canadiense al intentar derribar el cerco instalado por las
fuerzas de seguridad en torno al lugar en que se celebra la cumbre.
«Acabamos de ver por televisión las imágenes de la forma
brutal con que las autoridades de Canadá reprimen las manifestaciones pacíficas
de los que protestan contra el crimen que se quiere cometer contra los derechos
políticos y económicos de los pueblos de América Latina y
el Caribe en Quebec», indicó el mensaje de Castro.
«Es una vergüenza», recalcó, al tiempo que expresó
«en nombre del pueblo de Cuba, nuestra simpatía y admiración
por el comportamiento valiente y heroico de los que allí luchan por tan
justa causa». El gobernante cubano manifestó que «así
tratan a sus propios pueblos los Gobiernos que intentan engañar al mundo
llamándose "defensores de los Derechos Humanos"».
Cuba se ensaña con el ministro de Exteriores mexicano, Carlos
Castañeda, por la votación de Ginebra
MÉXICO. Enrique Serbeto, corresponsal
Después de ser condenado el pasado miércoles en la Comisión
de Derechos Humanos de Ginebra, el régimen cubano ha empezado a pasar
cuentas dialécticamente a los países que votaron en su contra.
Pero ninguna de estas manifestaciones de desagravio ha tenido la intensidad que
la que se dirigió el viernes por la noche personalmente contra el
ministro de Asuntos Exteriores mexicano, Jorge Castañeda, al que su
colega cubano, Felipe Pérez Roque llegó a calificar públicamente
como traicionero.
En un debate televisado al que también asistía Fidel Castro, Pérez
Roque dijo que Castañeda «es susceptible de aceptar presiones de
Estados Unidos» y además «tiene compromisos con ellos, está
deslumbrado por su poderío y tiene un historial político plagado
de deslealtades». Castañeda, un reconocido intelectual mexicano que
hace años fue militante del Partido Comunista, es autor de una biografía
del «Che» Guevara en la que critica con dureza a Fidel Castro, y se
considera que es una de las personas con más influencia en el entorno del
presidente Vicente Fox.
Los vilipendios contra los países iberoamericanos que votaron por la
condena a la situación de los derechos humanos en Cuba fueron la tónica
de la «mesa redonda informativa», en la que se dijo que Costa Rica es «una
colonia yanqui», que Guatemala «carece de legitimidad moral para
hablar de derechos humanos». De Argentina, el mismo Pérez Roque
afirmó que «nunca un calificativo como el de lamebotas ha descrito
la indignidad con tan pocas palabras».
Sin embargo, al hablar de México, que finalmente se abstuvo en la
votación, hubo una voluntad expresa de mostrar un ensañamiento
personal en contra de Castañeda, que desde su nombramiento como canciller
mexicano ha estado tratando de establecer una política hacia Cuba en la
que prevaleciese una defensa de los valores democráticos universales y al
mismo tiempo cierta distancia de la política norteamericana. Pero para Pérez
Roque, «en el caso de México, hemos estado ante la insistencia, el
trabajo y frustración del ministro de Relaciones Exteriores de ese país»,
y que «sólo la amplia solidaridad mexicana con Cuba y el valiente
pronunciamiento de todas las bancadas de todos los partidos políticos
impidió que se consumara el voto» contra el régimen
castrista.
En un gesto poco habitual en las prácticas diplomáticas, Pérez
Roque desveló que, en enero, Castañeda envió una misión
presidida por la jefa de la delegación mexicana en Ginebra, Mariclaire
Acosta, y pidió que como un gesto para facilitar la situación de México
en este debate se le permitiese reunirse públicamente «con elementos
de los grupúsculos revolucionarios al servicio de la embajada yanqui»
(disidentes), a lo que Cuba se negó.
El ministro cubano llegó a decir que «de fuentes muy serias se
supo que Castañeda estaba muy frustrado porque no había podido
lograr un mayor protagonismo de México» en Ginebra. |