Madrid. L. Ayllón. ABC,
abril 12, 2001.
Desde la llegada de José María Aznar al Gobierno, las
relaciones hispano-cubanas han atravesado distintas fases hasta llegar al
momento actual en que los contactos políticos se encuentran limitados al
mínimo indispensable.
La primera crisis se produjo en noviembre de 1996 cuando Aznar y Fidel
Castro se reunieron en Santiago de Chile, con motivo de la Cumbre
Iberoamericana. Bromas como el intercambio de corbatas entre ambos no pudieron
enmascarar el enfrentamiento. Aznar reclamó a Castro que moviera ficha y
facilitase la apertura del régimen.
Semanas después, Castro retiró el plácet a José
Coderch, que había sido nombrado embajador de España en La Habana.
Ante un gesto tan poco amistoso, hasta pasados unos 500 días, en abril de
1999, el Gobierno no propuso a otro embajador: Eduardo Junco. Aznar ensayó
entonces la vía del acercamiento a Castro. En junio de 1998 decidió
que el «Juan Sebastián de Elcano», buque-escuela de la Armada
hiciera escala, por vez primera, en el puerto de La Habana. Castro subió
a bordo.
En octubre de 1998, con ocasión de la Cumbre Iberoamericana de
Oporto, Aznar y Castro reanudan sus contactos, Castro se deshace en elogios al
Rey. Dos días despúes viaja a España y es recibido por
Aznar en La Moncloa.
En junio de 1999 se produce un nuevo encuentro, durante la Cumbre UE-América
Latina, en Río de Janeiro. Aznar pide al dictador cubano mayor apertura,
pero esta vez no subraya la defensa de los derechos humanos, para facilitar que
se celebre la Cumbre Iberoamericana de La Habana, prevista para noviembre, que
España se esfuerza en sacar adelante.
Aznar acude a esa cumbre tras afirmar que ve poco posibles los cambios en
Cuba mientras Castro siga en el poder. Se entrevista con disidentes
anticastristas, pero no se reúne formalmente con Castro. El régimen,
molesto porque el Gobierno español no accede a que el Rey haga una visita
oficial, se ocupa de que las calles de La Habana estén casi vacías
cuando Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañados de Aznar,
pasean por ellas.
Transcurrido un año, en la Cumbre de Panamá, se registra un
nuevo enfrentamiento entre España y Cuba cuando Castro se niega a apoyar
una declaración de condena a ETA.
La reciente visita del Rey a Miami y la reunión de Josep Piqué
con disidentes de la Fundación Nacional Cubano-Americana provocan las
iras castristas.
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