Es en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU · EE.UU. no
tiene suficiente apoyo para sancionar a la isla
Por Juan Gasparini. Ginebra. Especial Para Clarín.
Clarín digital. Abril 12,
2001
La presentación del proyecto de resolución para sancionar a
Cuba por violaciones de los derechos humanos, que debería votarse el 18
de este mes en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra pone
en evidencia que Estados Unidos no cuenta aún—como otros años—
con los votos necesarios para que se apruebe la resolución.
El proyecto que fue presentado oficialmente por la República Checa
aspira a conseguir 21 votos a favor entre los 53 Estados miembros de esta Comisión,
una cantidad que el año pasado fue suficiente para colocar a Cuba entre
los países que violan sistemática y masivamente los derechos
humanos, a pesar de los 18 votos en contra y las 14 abstenciones.
"Por ahora sólo tienen 8 votos de la Unión Europea, 4 de
los países del Este, más otros 4 que son Estados Unidos, Canadá,
Japón y Corea del Sur", asegura uno de los cuatro diplomáticos
cubanos destacados en Ginebra para este tema.
A esos eventuales sufragios, Martin Palous, viceministro checo de
exteriores, le añade la esperanza que al menos algunos de los cinco países
latinoamericanos que él considera proclives a sostener la condena se
decidan finalmente a hacerlo. Papalus dijo a Clarín que estos posibles
votos son Argentina, México, Guatemala, Costa Rica y Uruguay, países
cuyas capitales visitó en febrero pasado para difundir las bondades de
una "alianza estratégica democrática entre Europa, Estados
Unidos y América latina".
De los demás integrantes latinoamericanos este año de la
Comisión, Venezuela y Cuba votarán en contra, mientras que Perú,
Ecuador, Colombia y Brasil se abstendrían.
Para atraer patrocinantes y voluntades, el texto tiene no obstante una
novedad. El punto nueve de la Resolución ha sido dejado en blanco, con la
promesa que allí podría insertarse una crítica, cuanto
menos velada, a las sanciones económicas unilaterales de los países,
en sesgada alusión al embargo decretado por los Estados Unidos contra
Cuba.
La idea trata de satisfacer a la Unión Europea que el año
pasado manifestó que no votaría más resoluciones contra
Cuba que no incorporara la cuestión del embargo, una revindicación
que en esa ocasión también asumieron varios países
latinoamericanos, entre ellos la Argentina.
El párrafo a definir es clave porque debe seducir a partidarios y
adversarios del embargo como instrumento de presión sobre un Estado.
Los que se oponen y van a votar en contra quieren ver una redacción
contundente que descarte este tipo de medidas para propiciar mejoras en los
derechos humanos.
Los que lo defienden, en particular Estados Unidos que lo aplica con Cuba,
ven con recelo que la problemática del embargo sea utilizada en una
resolución en la que se exponen las causas de las transgresiones a las
libertades públicas y derechos individuales en Cuba.
Obtener votos latinoamericanos para condenar a Cuba se dificulta también
este año porque el grupo regional está más ferreamente
mancomunado que antes, debido a que por unanimidad nombraron presidente de la
Comisión al argentino Leandro Despouy, un alfonsinista que todos saben es
favorable a la abstención en el debate sobre Cuba.
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