MAURICIO VICENT, La Habana.
El País. Viernes 22 septiembre 2000
- Nº 1603
El caso de la avioneta secuestrada el martes por un grupo de diez cubanos
que querían huir de la isla ha puesto de nuevo a los Gobiernos de La
Habana y Washington al borde de una crisis migratoria.
Un amigo del piloto desveló que no se trató de un secuestro
real, sino que éste lo fingió como parte de su plan de fuga. No
forzó a nadie, recogió a su familia y algunos amigos y puso rumbo
a Florida. Sin embargo, el Gobierno cubano afirma que se trata de un caso de "piratería
aérea", y pide a EE UU que deporte a los nueve supervivientes, que
fueron rescatados después de que la avioneta cayese al mar tras agotarse
el combustible. Cuba considera que, de no repatriarlos, Washington estará
violando los acuerdos migratorios entre ambos países.
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