Publicado el 21 de septiembre de 2000, en
El Nuevo Herald
Dos jóvenes médicos cubanos denuncian en Washington a "Castro,
el secuestrador"
Rui Ferreira/El Nuevo Herald. Washington
Los dos médicos cubanos que desertaron hace dos meses en Zimbabwe
recomendaron ayer en Washington al senador republicano Jesse Helms que acepte la
propuesta del gobernante Fidel Castro de enviar galenos de la isla a trabajar en
vecindarios pobres de Estados Unidos.
"Déjenlos venir, para que vean con sus propios ojos cómo
nos han estado mintiendo todos estos años", declaró el doctor
Leonel Córdova Rodríguez, de 31 años, ante una comisión
del Senado en la capital federal.
Es más, añadió la doctora Noris Peña Martínez,
de 25 años, "si vienen 500 no creo que ninguno regrese
voluntariamente, después que vean cómo son las cosas aquí".
Córdova y Peña declararon que mientras alumnos extranjeros
estudian medicina en la isla con todas las condiciones necesarias, los galenos
cubanos se las ven negras para ejercer su profesión.
"Mientras los estudiantes cubanos que serán responsables por la
salud de la población estudian en situaciones adversas, sin los textos médicos
avanzados, con material de laboratorio obsoleto y en condi ciones de vida
inhumanas, miles de extranjeros estudian gratis en la escuela Iberoamericana de
Medicina en las condiciones ideales para su desarrollo y logrando una educación
de calidad", afirmó Córdova, quien leyó una declaración
a nombre de los dos.
Los dos médicos cubanos comparecieron ayer ante una audiencia pública
de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado invitados por Helms,
quien está organizando una serie de vistas públicas subordinadas
al tema "Fidel Castro, secuestrador".
"Castro es a veces presentado como un nacionalista incomprendido que no
quiere nada más que relaciones respetuosas con Estados Unidos. Durante el
caso Elián González algunos lo pintaron como una figura paternal.
Bueno, hoy vamos a ver al verdadero Fidel Castro, el Castro secuestrador",
aseveró el veterano senador al inaugurar las vistas, que contaron con la
participación de la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen.
Los dos médicos relataron a la comisión su odisea en Zimbabwe,
cómo la embajada estadounidense en Harare no les hizo mucho caso cuando
pidieron asilo la primera vez, y cómo las propias Naciones Unidas les
dijeron que Castro le pidió al presidente Robert Mugabe que los tomara
presos.
"Nos informaron que Castro personalmente llamó a Mugabe y le
pidió que no nos dejaran salir. Si lo logramos fue por la ayuda y las
denuncias", añadió Córdova. En la audiencia participó
un nutrido grupo de estudiantes de leyes y relaciones internacionales, los
cuales tuvieron oportunidad de dialogar con los dos cubanos.
"Esta audiencia va a tener un impacto importante en esos jóvenes.
Ellos escucharon la realidad de la juventud cubana. Si pensaban que Castro es un
presidente carismático, ahora tuvieron oportunidad de constatar la verdad
de boca de los hijos de la revolución', de cómo éstos
rechazan el sistema corrupto en que crecieron", comentó Ros-Lehtinen
a El Nuevo Herald.
En tierra firme los 9 cubanos
P. Katel Y R. Ferreira / El Nuevo Herald. Cayo Hueso /
Washington
Los ocho cubanos sobrevivientes de la fuga en una avioneta AN-2 que aún
no habían tocado suelo estadounidense desembarcaron anoche en Cayo Hueso
para ser sometidos a exámenes médicos, con lo que se ponía
punto final a ingentes esfuerzos para evitar su repatriación.
Un noveno sobreviviente de la fuga, Rodolfo Fuentes, continuaba siendo
atendido en el Lower Keys Medical Center. Se esperaba que fuese dado de alta
hoy.
El único fallecido, según fuentes en Cayo Hueso, era uno de
los hermanos Judel y Pavel Puig, pero al cierre de esta edición se
ignoraba cuál de los dos.
Respondiendo a la pregunta de si la decisión de traer a los cubanos
había respondido a motivos políticos, Marcus Woodring, oficial de
Operaciones del Servicio Guardacostas en Cayo Hueso, dijo anoche que los
guardacostas "son un servicio humanitario. Nuestra misión más
importante es salvar vidas en el mar. Esta gente necesita atención médica,
y por eso vienen a tierra".
De acuerdo con versiones no confirmadas, el piloto de la avioneta y uno de
los sobrevivientes, Angel Lenin Iglesias, es hijo de uno de los comandantes más
jóvenes que lucharon junto a Fidel Castro en la Sierra Maestra;
presumiblemente Joel Iglesias.
Horas antes de que desembarcaran en la Florida, el gobierno de Panamá
había otorgado asilo político a los ocho cubanos cuando aún
permanecían en el carguero de bandera panameña Chios Dream.
El primer secretario de la Oficina de Intereses Cubana en Washington,
Fernando Remírez de Estenoz, había exigido anoche que los nueve
sobrevientes fuesen devueltos a Cuba.
"Eso fue un delito. Ellos robaron el avión. Por eso deben enviar
a esa gente de regreso a Cuba según los acuerdos internacionales",
dijo Remírez de Estenoz.
Los esfuerzos para conseguir que los ocho sobrevivientes a bordo del
carguero panameño fuesen traídos a Cayo Hueso involucraron a políticos,
abogados y activistas del sur de la Florida, entre ellos el presidente del
Partido Demócrata en Miami-Dade, Gus García.
García, según fuentes que prefirieron mantener el anonimato,
habría apelado al equipo de campaña del vicepresidente Al Gore
-específicamente a Joe Fraga y Carl Koch-; a la oficina del senador Bob
Graham y a la del vicepresidente del Concilio Demócrata en el Congreso,
Bob Menéndez.
"La única forma en que usted puede decir que esta es la tierra
de los valientes y el país de los libres es teniendo el coraje de
conceder la libertad", habría dicho García en un mensaje a
Gore, según las mismas fuentes.
El abogado Many Díaz confirmó por su parte estos esfuerzos. "Tal
como yo entiendo, Gore mostró interés en el asunto", dijo Díaz.
El asilo político en Panamá fue gestionado por el congresista
Díaz-Balart después que su oficina recibió informaciones
según las cuales los cubanos podrían ser repatriados por la
administración de Bill Clinton.
Las gestiones para que el gobierno panameño les concediera el asilo
se iniciaron a media tarde de ayer con un cruce de correspondencia entre el
congresista, el embajador panameño en Washington, Guillermo Ford, y el cónsul
de ese país en Miami.
El Departamento de Estado dijo desconocer gestión alguna, y un vocero
que prefirió permanecer en el anonimato reiteró que la suerte de
los refugiados es una decisión "compartida entre el INS y el FBI",
que investiga los detalles e implicaciones del posible secuestro o desvío
del aparato cubano.
A pesar de las conversaciones que Rodolfo Fuentes, de 36 años,
sostuvo en su cama del Lower Keys Medical Center con funcionarios, familiares y
activistas del exilio, casi nada trascendió sobre las circunstancias de
la fuga en la avioneta, ni mucho menos sobre la forma en que fue planeada.
Según una de las personas informadas de esos diálogos, el
piloto de la avioneta parece haberse perdido después de salir de Cuba,
quizás porque estaba tratando de evitar un mal tiempo. Cuando vio el
buque mercante abajo, dio varias vueltas para atraer la atención de los
tripulantes de la nave antes de lanzarse al mar.
Fuentes se recuperaba sin complicaciones de las lesiones sufridas en la
cabeza y la columna vertebral, dijo el doctor Donald Bannon, del Lower Keys
Medical Center.
Los agentes del FBI que visitaron a Fuentes en el hospital rehusaron hacer
comentarios. Una portavoz de la agencia dijo desde Miami que no se iba a hablar
por ahora de los resultados de las entrevistas con los cubanos. Pero reconoció,
basándose en reportes de prensa, que el vuelo "no parece haber sido
un secuestro".
La situación migratoria de los ocho restantes sobrevivientes que no
habían tocado tierra estuvo sujeta todo el día de ayer a certezas
y desmentidos de que pisarían suelo estadounidense en Cayo Hueso.
En horas de la tarde, el administrator del Lower Keys Medical Center, Donald
Bierman, dijo a periodistas que el Servicio de Guardacostas le había
informado a los ocho cubanos que serían trasladados del buque mercante
panameño Chios Dream a un escampavías, para luego ser
desembarcados en Cayo Hueso y llevados al hospital con el fin de hacerles exámenes
médicos.
En Miami, un portavoz del Servicio de Guardacostas informaba que los ocho
cubanos serían trasladados del buque panameño Chios Dream al
escampavías Courageous cerca de las 8:00 de la noche, cuando estuviesen a
una distancia de seis a ocho millas de Cayo Hueso.
Al anochecer, sin embargo, Bierman reconoció: "Queda la duda de
si serán traídos acá". Aún así, no se
retractaba de su anuncio original, motivado, dijo, por la decisión de un
médico del Servicio de Guardacostas según el cual los cubanos
requerían exámenes médicos en tierra.
"Si esto ha cambiado, ya es otra cosa", dijo Bierman.
Según el activista cubanoamericano Arturo Cobo, Fuentes fue informado
en su cama del hospital a través de un familiar que los ocho restantes
sobrevivientes serían traídos a Cayo Hueso.
Entre esos ocho sobrevivientes trasladados del carguero panameño al
escampavías del Servicio de Guardacostas figuran la esposa y los dos
hijos de Fuentes.
Empresarios de EU defienden su intención de comerciar con Cuba
Según un funcionario de Caterpillar, las inversiones en la isla
se justifican porque se trata de abrir puentes
Rui Ferreira/El Nuevo Herald. Washington
Un grupo de importantes empresarios estadounidenses fustigaron duramente
ayer todo intento de limitar sus relaciones de negocios con la isla, invocando
las restricciones económicas en vigor hace 38 años.
"El tema de las reclamaciones por las nacionalizaciones es un tema
serio que debe ser considerado con seriedad. Pero nadie debe decirnos si
invertimos o no en Cuba. Si tenemos problemas, los resolvemos nosotros mismos
con Fidel Castro", pero "no necesitamos de ningún gobierno que
nos diga qué debemos o no hacer", sostuvo Frank D. Kittredge,
presidente de la firma alimentaria NFTC y vicepresidente de USA Engage, una
consultora de negocios con la isla.
"El comercio no es un asunto de políticos, sino de hombres de
negocios", subrayó.
La aseveración, hecha en tono airado, fue esgrimida durante uno de
los paneles convocados para una audiencia de dos días de la Comisión
Estadounidense para el Comercio Internacional, una entidad bipartidista, pero
autónoma, que prepara un informe sobre el impacto del embargo económico
en la economía de los dos paí ses.
Según Joe Green, director de ventas para América Latina de
Caterpillar, las inversiones en la isla se justifican porque se trata de abrir
puentes, como hicieron en China hace 20 años.
"Traten de entender esto", dijo Green a la comisión de seis
miembros. "Aunque no tengamos espacio cuando lleguemos, siempre vamos a
poder comprar los espacios que otros han logrado obtener allá".
El empresario se refería a firmas japoneses instaladas en la isla
desde hace décadas y que le hacen la competencia, y que pese a la
legislación y la inseguridad judicial reinantes, no han decidido soltar
ese mercado.
"Realmente no estoy viendo muchos dólares entrando rápidamente
cuando se pueda hacerlo", añadió Green refiriéndose a
inversiones. Pero, "hay inversiones limitadas que se pueden hacer ahora,
como establecer los espacios".
El argumento fue refutado por Nick Gutiérrez, quien en nombre de los
empresarios cubanoamericanos de la industria azucarera, subrayó que la
inseguridad judicial existente en la isla y sus reflejos en la legislación
estadounidense terminarían transformándose en un impedimento serio
para los inversionistas norteamericanos.
"Existe una Ley Helms-Burton. Ellos no puede invertir en propiedades
confiscadas aún sometidas a un proceso de reclamación", adujo
Gutiérrez, quien cuantificó en $1,800 millones el total de
propiedades norteamericanas expropiadas en la isla a principios del proceso político
castrista.
Las audiencias de la comisión, que duraron dos días,
sirvieron, según la vocera de la Comisión Estadounidense para el
Comercio Internacional, Peg O'Laughlin, para hacer un recuento del impacto del
embargo, una descripción del estado de la economía cubana actual,
y una evaluación de cómo la economía de Estados Unidos
mejoraría con el mercado isleño.
"Estamos aquí solamente para evaluar fríamente esta
situación. No vamos a hacer recomendaciones", dijo O'Laughlin a El
Nuevo Herald, refiriéndose al informe que la comisión presentará
en febrero del próximo año.
Niegan que fuera desviado el avión
Pablo Alfonso. El Nuevo Herald
El ingeniero de vuelo que acompañó inicialmente al piloto
Angen Lenin Iglesias, antes de que éste escapara de Cuba a bordo del
Antonov AN-2, desmintió ayer categóricamente las versiones de
secuestro difundidas por las autoridades cubanas.
"Me engañó... es mentira eso del secuestro... nunca
sospechaba que él fuera a irse", afirmó Juan José
Galiano Cabrera, en declaraciones formuladas a la prensa extranjera en el
poblado pinareño de Los Palacios.
Galiano explicó que él e Iglesias comenzaron su trabajo
habitual en al Antonov cuando éste lo convenció para que se
quedara en una pista de aterrizaje, mintiéndole al decirle que iba a
recoger un cheque en otra pista, donde en realidad recogió a su familia y
amistades.
El gobierno cubano ratificó la versión de "secuestro"
en una escueta nota publicada en Granma ayer tras casi 24 horas de silencio
oficial. Sin embargo, la declaración reconoce que Iglesias, "recogió
a un grupo de personas que, evidentemente concertadas con él, lo
esperaban en el extremo" de una de las pistas en la región de Pinar
del Río.
El gobierno cubano ratificó la versión del supuesto secuestro
Por su parte Idiania Hernández, madre del piloto Iglesias, dijo que
su hijo es militante del Partido Comunista "y nunca le pasó por la
cabeza una cosa semejante".
"Nunca ha sido su interés salir del Estado cubano. El es
graduado por este proceso revolucionario en su condición de piloto y todo
lo que debe en cuanto a estudios y demás se lo debe a esta revolución",
afirmó Hernández.
La nota castrista atribuyó a versiones norteamericanas de prensa las
primeras noticias sobre el avión, eludiendo informar a la población
que fueron las propias autoridades de la isla quienes, a las 8:54 a.m.,
alertaron al centro de control de vuelos en Miami del supuesto secuestro aéreo.
Asimismo la nota hizo énfasis en que el avión se dirigía
a la Florida sin mencionar que los sobrevivientes fueron rescatados al oeste de
Pinar del Río, en aguas internacionales del estrecho de Yucatán.
En el pequeño poblado de Los Palacios la dramática salida es la
comidilla del día y los familiares de los que escaparon a bordo del AN-2
se declaran sorprendidos, primero por la fuga, y consternados después por
la caída del aparato.
"Un compañero del Partido me dijo primero que habían
secuestrado el avión de Lenin, pero más tarde otro de la Seguridad
me comunicó que él se había fugado con la familia",
comentó a AFP Aleida Caridad Martínez, cuñada del piloto y
cuyo hijo también venía en la nave accidentada |