Publicado el 20 de septiembre de 2000, en El Nuevo Herald
Incierto el futuro de los nueve sobrevivientes del avión
W. Cancio, P. Alfonso Y P. Katel. El Nuevo Herald
Ocho sobrevivientes de la tragedia de una avioneta AN-2 que se estrelló en el Golfo de México tras escapar de Cuba permanecían la noche del martes retenidos por el Servicio Guardacostas, mientras un noveno era internado a las 10:52 p.m. en estado crítico en el
hospital Lower Keys Medical Center, de Cayo Hueso, para recibir tratamiento médico de emergencia.
El martes por la noche no se había revelado la identidad del único integrante del grupo que había muerto al caer la avioneta al mar.
La situación migratoria de los nueve cubanos era aún incierta. Un funcionario del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) y tres agentes del FBI esperaron anoche aquí la llegada del único sobreviviente que había tocado tierra.
El funcionario del INS, que pidió no ser identificado, dijo que al internado en el hospital se le aplicaría la regla general de "pies mojados, pies secos, en dependencia de que no estuviese involucrado en ninguna acción delictiva".
Aproximadamente a la 1:45 de la tarde de ayer, el carguero Chios Dream, de bandera panameña, rescató a tres hombres, tres mujeres y tres niños, y también un cadáver, más de 200 millas al suroeste de Cayo Hueso.
Angel Lenin Iglesias, piloto de la avioneta de fabricación rusa AN-2 utilizada en tareas de fumigación agrícola, se fugó con otras nueve personas a bordo, según confirmaron familiares del aviador en el poblado pinareño de Los Palacios.
Con Iglesias, de 36 años, viajaban su esposa Mercedes Martínez Paredes y los hijos de ambos: David, de siete años, y Erick, de 13. Según un despacho de AFP fechado en Los Palacios, Aleida Caridad Martínez Paredes, cuñada del piloto, dijo que en el avión
viajaban también los dos hijos de ella: Judel Puig Martínez, de 23 años, y su hermanastro Pabel Puig Blanco, de 28.
"Imagínese, no sabemos qué ha ocurrido con nuestros familiares", dijo Martínez Paredes antes de romper en llanto, en medio de otros familiares y vecinos que trataban de consolarla.
Isidro Puig, residente en Hialeah y padre de Judel y Pabel Puig, confirmó a El Nuevo Herald que sus dos hijos venían en el vuelo luego de haber conversado con familiares en Cuba. Aseguró también que ninguna autoridad estadounidense se había puesto en contacto
con él hasta las 10 p.m. del martes.
"Me estoy muriendo de pena y de dolor porque no sé qué ha pasado con mis hijos", dijo Puig.
También viajaban en la avioneta Liliana Ponzoa, de 36 años; su esposo, Rodolfo Fuentes Fernández, de 38, y el hijo de ambos, Andy Fuentes, de seis, todos residentes en La Habana, de acuerdo con sus familiares en Miami. El décimo pasajero sería una mujer
nombrada Jacqueline Viera, cuya edad no pudo precisarse.
"Todo el mundo vino por su propia voluntad; es absurdo que se hable de secuestro", dijo Osvaldo Ponzoa, primo de Liliana, desde la residencia de los padres de ella -Octavio Ponzoa y Olga Mojena- en el suroeste de Miami.
La familia Ponzoa asegura que Fuentes Fernández e Iglesias, el piloto, se conocían desde que ambos estudiaban en el Instituto Técnico Militar (ITM) de La Habana.
Anoche no estaba claro qué rumbo había tomado Iglesias al salir de Pinar del Río: si desde un primer momento se dirigieron hacia la Florida, o si alguna razón -como disponer de muy poco combustible- les había obligado a desviarse hacia el oeste para buscar un
punto de aterrizaje en el extremo oriental de la Península de Yucatán.
Un médico que viajaba a bordo del crucero Tropicale fue el primero en prestar asistencia a los sobrevivientes, pues ese barco de Carnival Cruise Lines se cruzó con el carguero Chios Dream antes de que los guardacostas lo alcanzaran.
En Cuba, mientras tanto, la prensa oficial mantenía absoluto silencio sobre el hecho, pero el periodista independiente Víctor Rolando Arroyo informó desde Pinar del Río que el avión piloteado por Iglesias voló inicialmente de Los Palacios hasta la base
de La Herradura, donde dejó en tierra al copiloto y recogió a los familiares y amigos para emprender la fuga.
La suerte final de los desertores era un enigma, pero ya se perfilaba como un tópico candente para la Casa Blanca en vista de que este mismo jueves debe iniciarse una nueva ronda de conversaciones migratorias entre Washington y La Habana.
Judy Orihuela, portavoz del FBI en Miami, explicó que le correspondía a esa dependencia federal entrevistar a los sobrevivientes para determinar lo ocurrido y cómo se manejaría.
"Una oficina con rango superior a la nuestra -probablemente Washington- tendrá que decidir si presentan cargos", dijo Orihuela. "Parte de ello dependerá de lo que el gobierno cubano quiera hacer".
Al ser interrogado al respecto, el presidente Bill Clinton ofreció una respuesta cargada de diplomacia, pero carente de datos específicos.
"Hay muchas interrogantes sobre qué se debe hacer con las personas que sobrevivieron, pero creo que por el momento lo más importante es su salud", dijo el presidente, aludiendo a los cubanos heridos a bordo del barco mercante.
Según supo El Nuevo Herald, el senador demócrata Bob Graham y el congresista republicano Lincoln Díaz-Balart han solicitado a la Casa Blanca que divulgue toda la información relacionada con el vuelo de la avioneta cubana antes que cayera al mar.
"Ellos graban todas las conversaciones [de tráfico aéreo] en el Caribe, monitorean constantemente todos los movimientos de los aviones, así que deben saber muy bien qué sucedió", dijo Díaz-Balart.
Según el Código Penal cubano, modificado en 1999, los casos de delitos "contra el normal tráfico migratorio" son penados con condenas de 20 a 30 años de cárcel, y hasta con privación perpetua de la libertad.
La condena toma en cuenta agravantes tales como si los responsables de la comisión del presunto delito ponen en peligro la vida de alguna persona, si se produce alguna muerte y si involucran en el hecho algún menor de 14 años.
Los reporteros Jeannette Rivera-Lyles y Rui Ferreira contribuyeron a esta información
La banca extranjera puede servir para evadir el embargo a Cuba
Rui Ferreira / El Nuevo Herald. WASHINGTON
Los agricultores y granjeros estadounidenses recurrirán a la banca extranjera en busca de préstamos para vender sus productos a Cuba, si el Congreso decide levantar las restricciones a las ventas de alimentos y medicinas -sin crédito- como pretenden sectores del Partido
Republicano.
"No nos queda otra alternativa que ir a buscar créditos a bancos de otros países", dijo ayer Richard Bell, presidente de la Federación Estadounidense del Arroz, quien regresó recientemente de un viaje a la isla.
Bell fue uno de los participantes en una audiencia de dos días que comenzó el martes en Washington, D.C., organizada por la Comisión para el Comercio Internacional, entidad federal independiente y no partidista que prepara un estudio sobre el impacto que el embargo
estadounidense a la isla tiene sobre la economía de los dos países.
Con 36 testigos, la audiencia es uno de los más grandes foros públicos celebrados en esta ciudad sobre las sanciones económicas a Cuba. Se produce en momentos que toma impulso en el Congreso al menos suavizar estas sanciones.
Según Bell, con el embargo económico Estados Unidos perdió un mercado que representaba el 50 por ciento de sus exportaciones arroceras.
"Desde 1962 Cuba ha importado 8.5 millones de toneladas métricas de arroz, o sea, Estados Unidos pudiera haber ganado unos $3,100 millones con las ventas", enfatizó el empresario.
Además, "las ventas tienen potencial para aumentar, porque Cuba ha disminuido su producción por falta de fertilizantes", agregó.
Bell dijo que las autoridades cubanas le informaron que la cosecha arrocera cubana dis minuyó más de 50 por ciento desde 1992. "Debemos invertir en la isla si nos permiten; las ventas implicarán también una inversión. Estamos listos para hacerlo tan pronto
el Departamento del Tesoro lo permita".
Sin embargo, el profesor Brian Latell, de la escuela de servicio exterior de la Universidad de Georgetown, dijo que no recomendaría a los empresarios estadounidenses invertir en Cuba.
"Ningún hombre de negocios tiene las seguridades mínimas para hacerlo", dijo Latell, ex director para Latinoamérica de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). "En modo alguno el sistema judicial del país [Cuba] apoyará a un empresario
extranjero, mucho menos norteamericanos, en cualquier reclamación.
"No hay que equivocarse con Castro. Desde 1960 anda diciendo que está luchando contra el capitalismo", opinó.
Es más, recordó Latell, "cuando hizo la campaña de rectificación de errores, criticó duramente a los nuevos capitalistas, y el ejemplo que dio fue bien patético: dijo que había que aplastar gente como un vendedor de chocolates en el Parque
Lenin. Si para Castro una cosa tan insignificante como un vendedor de chocolates es un peligro, ¿qué pasará con un empresario extranjero?".
El jefe de la misión cubana en Washington, Fernando Remírez de Estenoz, dijo al panel que el presidente de la Comisión de Asuntos Económicos del parlamento cubano, Osvaldo Martínez, estaba supuesto a participar en las sesiones pero no recibió visa para
viajar.
"Este es precisamente otro ejemplo del bloqueo a mi país del que les hablo", dijo el diplomático cubano, quien, curiosamente, dijo que el embargo ha sido un "completo fracaso [para Estados Unidos] porque Cuba ha sobrevivido".
Concurrido entierro del disidente Yánez Pelletier
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
Más de 200 personas, entre ellas reconocidas figuras de la disidencia interna, asistieron ayer a los funerales del veterano disidente Jesús Yánez Pelletier, sepultado en el Cementerio Colón de La Habana bajo fuerte vigilancia policial.
El cortejo fúnebre salió a las 11:00 a.m. de la céntrica funeraria de Calzada y K, en El Vedado, seguida por unos 12 autos y dos pequeños autobuses con familiares, amigos y miembros del movimiento opositor cubano.
Según testimonios de participantes, las exequias transcurrieron sin incidentes pero con notoria presencia policial. Unos 20 agentes del Ministerio del Interior, vestidos de civil, bordearon la capilla del cementerio donde se reunieron los dolientes para el servicio religioso.
En la caravana que se trasladó desde la funeraria al cementerio se incorporó un auto LADA, en el que viajaban cuatro agentes policiales, de acuerdo con testigos del funeral.
Yánez Pelletier falleció el lunes a la edad de 83 años, víctima de un ataque cardíaco.
La familia evitó que se leyeran discursos en la ceremonia fúnebre para evitar enfrentamientos con las autoridades. Su hijo Jesús Gregorio Yánez tuvo a su cargo unas palabras en nombre de la familia, en las cuales destacó que su padre "había sido
consecuente con sus ideas". "A pesar del absoluto silencio oficial, la muerte de Yánez Pelletier se conoció en todo el país", señaló desde La Habana el periodista independiente Raúl Rivero. "Hasta esta madrugada llegaron dos personas
procedentes de Bayamo [ciudad de la zona oriental de Cuba] para asistir a los funerales".
Líderes y agrupaciones de la disidencia entregaron a los familiares un documento en el que reconocen la contribución de Yánez Pelletier a la causa cubana.
"Quienes en los últimos años hemos estado cerca de él nos quedamos con el tesoro de su cordialidad, su simpatía y optimismo. Nos quedamos también con su lección humana de respeto a los semejantes y su tránsito sin odios ni resentimientos estériles",
indica el texto, firmado por unos 60 opositores y periodistas independientes.
Considerado una personalidad legendaria del movimiento disidente cubano, Yánez Pelletier era al morir vicepresidente del Comité Cubano Pro Derechos Humanos, fundado en 1987. Su celebridad histórica se generó cuando, siendo supervisor militar de la prisión de
Boniato, en la provincia de Oriente, denunció un plan urdido para eliminar al entonces prisionero Fidel Castro, poco después del asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.
Tras guardar prisión durante 11 años, salió en libertad en 1971 y se vinculó al naciente activismo de derechos humanos. Las autoridades cubanas le negaron siempre el derecho a viajar fuera de la isla. Este año había recibido visa para visitar Estados
Unidos, pero el régimen no le concedió el debido permiso de salida. Lo sobreviven tres hijos y su esposa, Marieta Menéndez.
Piden al gobierno eliminar trabas a la emigración
Associated Press. LA HABANA
Tres conocidos disidentes exhortaron ayer al gobierno de Fidel Castro a eliminar "todas las barreras" para la salida de cubanos de la isla, asegurando que las restricciones constituyen violaciones de los derechos humanos.
Los tres opositores indicaron que tales restricciones migratorias eran una muestra de las "violaciones de los derechos humanos que se cometen día a día en nuestro país (...) incluyendo claros ejemplos de que la patria potestad [de menores] está en manos de la
dictadura".
"La cara oculta del régimen debe ser expuesta a la luz", afirmó un documento de 42 páginas entregado a corresponsales extranjeros en conferencia de prensa por los tres opositores: la economista Martha Beatriz Roque, el abogado René Gómez Manzano y el
ingeniero Félix Bonne, del llamado Grupo de los Cuatro.
Encarcelados hace tres años por criticar un documento del Partido Comunista de Cuba, el trío quedó en libertad condicional en distintas fechas de mayo pasado. Su cuarto miembro sigue en prisión.
El grupo ofreció en el documento "22 casos de diferentes problemas migratorios" en la isla, investigados a lo largo de los dos últimos meses y algunos de cuyos detalles confirmaron con organizaciones en Miami.
"Creemos que la importancia mayor que le damos a este [documento] es el hecho de ser un trabajo conjunto entre el exilio [cubano en Miami] y la oposición interna", indicó Roque en la conferencia celebrada en su residencia.
Los opositores agradecieron la colaboración en el trabajo de siete grupos, entre ellos miembros de la Radio Martí, que transmite desde Miami y es financiada por el Congreso de Estados Unidos, y del grupo de cubanos en el exilio Hermanos Al Rescate, ambos opuestos al gobierno de La
Habana.
Los casos migratorios del documento están referidos a una veintena de personas con las que hablaron, telefónicamente o en persona, y que dijeron no haber obtenido del gobierno cubano el permiso para salir del país, ya sea para emigrar o para trabajar.
"El gobierno cubano debería responder por cada uno de estos casos, pero más que esto es imprescindible eliminar todas las barreras que mantiene para permitir la salida del país, ya sean de índole política, social o económica", declararon los
opositores.
La Habana asegura que los cubanos pueden viajar libremente, y que aquellos que buscan salir de la isla lo hacen por razones económicas como muchos latinoamericanos que intentan llegar a Estados Unidos.
El grupo abogó además por la liberación de su cuarto miembro: Vladimiro Roca, un ex piloto militar e hijo del fallecido fundador del Partido Comunista Cubano, Blas Roca.
Roca fue condenado a cinco años de prisión. | 