MAURICIO VICENT, La Habana. El País. Martes 12 septiembre 2000 - Nº 1593
La delegación cubana a los Juegos de Sydney comenzó el domingo sus actividades en Australia dando a conocer una declaración de principios que termina así: "¡Viva el deporte socialista cubano! ¡Viva nuestro invencible pueblo! ¡Viva nuestro
comandante en jefe! ¡En Sydney por la gloria de la Patria!". Quizá no sea necesario añadir más. Los atletas cubanos que participan en los Juegos competirán por la gloria deportiva, pero, por lo dicho, para el Gobierno de La Habana tan importante como las
medallas será su lealtad ideológica y su resistencia a la tentación de no volver a casa.
La delegación cubana a los XXVII Juegos Olímpicos de Sidney esta integrada por 436 personas, de ellas 239 deportistas, la mayor presentada por Cuba en la historia de las olimpiadas. Pero no es este el único récord. El movimiento olímpico cubano no recuerda unos
juegos tan politizados como estos. El pasado mes de agosto, durante el acto de abanderamiento de la delegación cubana, celebrado en La Habana, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, lo dijo así de claro: "Sidney será un nuevo campo para la
batalla de las ideas, no solo un escenario para el enfrentamiento deportivo".
Así las cosas, nada más llegar a Sidney los deportistas cubanos y sus dirigentes, médicos y masajistas consideraron necesario reunirse en torno al busto de José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, que existe en la Plaza Iberoamericana de la ciudad sede de
los Juegos Olímpicos, y con toda la solemnidad requerida hicieron pública una declaración de principios en la que los atletas cubanos se comprometen a "no negociar los principios ni las ideas" que les inspiran. "Sepan nuestros enemigos", dice el comunicado, "que
no vacilaremos en responder con firmeza si el acoso, las provocaciones y los intentos de chantaje se hacen presentes por intermedio de sus mercenarios".
En la declaración no se hace mención al veto a la saltadora de longitud nacionalizada española Niurka Montalvo, campeona del mundo en salto de longitud en Sevilla, a quien el gobierno cubano ha vetado al hacer tres años y no cuatro desde que obtuvo el pasaporte español,
tal y como exigen las normas de la Carta Olímpica. Tampoco se alude al jugador de waterpolo del C.N Barcelona, Iván Pérez, a quien le acabó salpicando el Caso Montalvo: Pérez se desmarcó de la atleta asegurando que él no es un desertor, pero también
se ha quedado sin Juegos.
Denuncia de la corrupción
Ni se menciona esos dos casos en la declaración leída en Australia ni la prohibición a otros deportistas cubanos exiliados para que compitan bajo la bandera de otros países, aunque si se menciona la "convicción" de "continuar denunciando la
corrupción , el chantaje, la comercialización desmedida, el profesionalismo destructor, el doping fraudulento, la infame compra de atletas y defender el deporte socialista cubano, el derecho de todos a la actividad física, el amor a la patria y a la bandera".
En la delegación cubana no figuran deportistas famosos como los hermanos Orlando y Liván Hernández, dos de los 35 jugadores de beisból que han desertado en los últimos años y hoy cobran millones de dólares por temporada en Estados Unidos. Tampoco
el pelotero Andy Morales, quien logró llegar a Miami en balsa después de ser capturado en alta mar y deportado a la isla en su primer intento de entrar ilegalmente a EE UU. Si están, en cambio, figuras de reconocido prestigio, como los saltadores Javier Sotomayor e Iván
Pedroso, o las cotizadas jugadoras de la selección femenina de vóleibol, a quienes se les permite jugar parte del año en equipos profesionales italianos y representar a su país en las competencias mundiales.
En el comunicado leído en Sidney, reproducido ayer íntegramente por el diario comunista Granma, la delegación cubana alude de refilón al caso Sotomayor, a quien el COI permitió competir en Sidney al reducir de dos a un año la sanción impuesta tras
resultar positivo en un control de cocaína en los últimos Juegos Panamericanos, hecho que siempre ha negado el gobierno cubano. "Se encuentran con nosotros ocupando un lugar de honor los atletas que fueron víctimas el pasado año de injusticias concebidas y ejecutadas
por enemigos del deporte y la verdad", se afirma en la declaración. En otro párrafo digno de mención, los atletas cubanos se comprometen a "hacer presente primar el amor a la patria, el compromiso de fidelidad con nuestro máximo inspirador y guía, nuestro
Comandante en Jefe, Fidel Castro, y la convicción de mantener en alto las banderas del honor".
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