La Nueva España. Octubre
20, 2000.
Oviedo - La antropóloga cubana Natalia Bolívar trasladó
a Oviedo toda su sabiduría afrocubana para ilustrar a los habitantes de
este lado del Atlántico sobre las virtudes mágicas que el tabaco
posee en su país para los practicantes de religiones de clara procedencia
africana.
Allí la religiosidad del tabaco está claramente
emparentada con la santería y con los ritos de procedencia indígena,
hasta el punto de considerar el humo que se expulsa al exterior en forma de
remolinos como un acto de magia.
Las manifestaciones religiosas llegaron a Cuba en el siglo XVI
procedentes de África central. Cuando los indios nobles fueron
esclavizados y llevados a las montañas convivieron con los negros y éstos
aprendieron el uso del tabaco. A partir de entonces no se entiende en la isla
manifestación religiosa alguna sin la presencia del tabaco.
El humo tenía también en los rituales poder purificador
al transformarse en energía espiritual. La antropóloga explicó
que el espiritismo, que aparece en la isla en la segunda mitad del siglo XIX,
busca un contacto con los antepasados, que tiene una importancia capital en
Cuba. En la búsqueda de ese contacto es fundamental el tabaco, mediante
el cual los mediums purifican los espíritus. «En el espiritismo
cruzado cuando se entra en contacto con los espíritus todo se hace por
medio del ritual del tabaco». En todas las religiones cubanas se atribuye
al tabaco un poder benéfico, pues posee la cualidad mágica de
ahuyentar las desgracias en animales y personas.
Natalia Bolívar es coautora del libro «Cubasanta.
Comunistas, santeros y cristianos en la isla de Fidel Castro».
© 2000, La Nueva España |