El País.
Domingo 26 noviembre 2000 - Nº 1668
José María Vitier dedica su nuevo disco a la música
popular cubana
El álbum alude a una Cuba "que no es la más evidente",
indica el pianista
FIETTA JARQUE, Madrid
Un verso de Rafael Alberti, Cuba dentro de un piano, da nombre al nuevo
disco del pianista cubano José María Vitier, conocido como autor
de bandas sonoras de películas como Fresa y chocolate o El siglo de las
luces y de las obras Misa cubana y Salmos de las Américas. Son 14
composiciones, buena parte de ellas inéditas, que componen un fresco de
la música popular de la isla. "La Cuba a la que alude el disco no es
la más evidente. Es una zona de lo cubano que no se sabe que existe",
afirma el pianista.
Vitier toca a su manera distintos géneros como la contradanza, el
danzón, la habanera, el son, la canción, el jazz latino y la
balada. "No es todo Cuba dentro de un piano, pero sí lo esencial, la
almendra. Se quedaron fuera géneros como la salsa, donde el piano tiene
un papel cada vez más relevante".
De sólida formación clásica, Vitier establece un
continuo diálogo entre lo culto y lo popular. "Cuando me pongo en la
posición de autor clásico trato de llegar a alcanzar el poder de
persuasión de lo popular, y cuando adopto la perspectiva de lo popular
intento conseguir darle la densidad de lo clásico", explica.
Vitier siente que con este nuevo álbum consigue quitarse una espina. "No
quería dejar pasar más tiempo sin grabar estas composiciones. Cuba
dentro de un piano es el disco que siempre quise hacer. He incluido doce temas míos
y dos de la tradición de la vieja trova más profunda. Varios se
usan desde hace tiempo como partituras en los conservatorios cubanos, pero no
habían sido grabados", afirma. Su manera de interpretar, sensible,
colorida y emocional, ha sido una ventaja al componer música para cine.
Las cualidades de sus composiciones hicieron comentar a Sidney Pollack: "Durante
todo el concierto estuve pensando qué imágenes filmar para esta música".
Riesgos
En un momento en el que toda la música que lleve la etiqueta de Hecho
en Cuba tiene la venta asegurada, este pianista intenta hacer las distinciones
necesarias. "Los de la explotación comercial es real. Es un riesgo
que se corre en todos los polos emisores de música del planeta, sea Cuba
o EE UU. Existe el peligro de la puerilización del producto, pero hay que
distinguir jerarquías. Gente como Compay Segundo, Eliades Ochoa, Omara
Portuondo o Rubén González han logrado finalmente el equilibrio
entre calidad y éxito mundial. Sin embargo, tampoco es tan cierto el mito
de que en Cuba se morían de hambre y nadie los conocía. Rubén
González ha sido muy conocido y apreciado. El mercado ha beneficiado a
algunos de éstos con justicia. Lo triste es que muchos otros buenos músicos
murieron sin conseguir ese reconocimiento, sobre todo los grandes soneros y los
trovadores".
Vitier desmiente que la escena actual de la música cubana sea poco
creativa. "Ahora se vive un momento exuberante en la música popular
y se dan fenómenos nuevos. Hay mucha música vocal, jazz, rock y
rap, y se está empezando a crear un mercado interno, que no existía
hasta ahora. Con ello convive el peligro de la facilidad del éxito. Se
explota mucho producto efímero y escasa calidad".
También señala otro fenómeno: "El músico
cubano siempre ha sido muy emigrante. Se pasaba buena parte del año
actuando fuera. Ahora a muchos ya les sale a cuenta actuar en Cuba. El turismo
ha hecho que se abran más locales y hay más música viva que
nunca". La profusión de músicos en la isla es consecuencia de
un largo proceso, según Vitier. "El sistema educativo de los años
sesenta está dando sus frutos. Esa generación tuvo una formación
musical muy buena y dio muchos músicos, pero la crisis hizo que muchos se
quedaran atrás. Ahora llega su hora".
Lejos de la visión epidérmica de la música, Vitier
profundiza: "Los que creemos que la música es un lenguaje pensamos
que debería tener los objetivos que se propone la alta poesía. Por
eso me gusta tocar en España. Aquí se comprende la capacidad de la
música popular de expresar una gama muy amplia de sentimientos, a veces
contradictorios. Trato de poner el acento en las formas no tópicas, sobre
perfiles más melódicos que rítmicos. La melodía está
en el corazón del alma cubana".
La vida de Elián, en el panteón de los héroes de
Cuba
Un año después de su odisea el niño 'balsero' vive
bajo vigilancia policial en su pueblo de Cárdenas
Mauricio Vicent , La Habana
El 21 de noviembre, la carretera a Varadero iba prácticamente vacía.
En los 140 kilómetros que separan La Habana de esa playa y del vecino Cárdenas,
el pueblo donde vive Elián González, nos cruzamos sólo con
unos cuantos coches y autobuses de turismo. A pesar del escaso tráfico,
decenas de personas hacían autoestop al borde del camino, aunque lo más
chocante eran las vallas publicitarias: estaban desnudas; una sucesión de
huesudas estructuras de metal corroídas por el salitre.
Meses atrás, estos soportes anunciaban con gran despliegue las
bondades de los hoteles Meliá de Varadero, la cerveza cubana Cristal y el
detergente OMO; pero un buen día -nadie recuerda el momento preciso- toda
esta propaganda capitalista se esfumó en el fragor de la colosal campaña
de rearme ideológico desatada en la isla tras el caso Elián. Desde
luego, no fue éste su único efecto...
Todo comenzó hace un año, otro 21 de noviembre. Ese día,
Elizabeth Brotón se embarcó con su hijo Elián en una lancha
clandestina con el propósito de llegar a Miami. El bote zozobró en
pleno estrecho de la Florida con 14 pasajeros a bordo: sólo se salvaron
dos jóvenes y el niño. Elián, que entonces tenía
cinco años, sobrevivió milagrosamente al naufragio. Aferrado a un
neumático, en un mar infestado de tiburones, estuvo 48 horas a la deriva,
hasta que dos pescadores estadounidenses lo encontraron el 25 de noviembre, el día
de Acción de Gracias en Estados Unidos, una de las fiestas más
importantes del calendario.
Su rescate fue el comienzo de una agria disputa entre Juan Miguel González,
su padre, miembro del Partido Comunista y residente en Cuba, y la familia de Elián
en Miami, que pedía que no fuese devuelto a la isla; su madre, decían,
había dado la vida para que Elián "creciese en libertad".
Enseguida el asunto se politizó. Los grupos del exilio convirtieron
el caso Elián en una bandera anticastrista y lucharon sin tregua ante los
tribunales de EE UU para que el pequeño se quedase en Miami. En Cuba, la
batalla por su regreso fue transformada en prioridad de Estado. Las siempre difíciles
relaciones con Washington temblaron de nuevo y Fidel Castro en persona encabezó
una campaña patriótica sin precedentes. Millones de cubanos fueron
movilizados en torno a la nueva causa nacionalista y se recuperó el
discurso revolucionario de los años sesenta.
Finalmente, Juan Miguel ganó la batalla judicial y Elián
regresó a casa. De eso hace ya cinco meses... ¿Qué ha pasado
con él? ¿Qué secuelas ha dejado su caso?
La escuela Marcelo Salado de Cárdenas está en la calle de la
Calzada y hace esquina con el museo Óscar María de Rojas, el
segundo más antiguo de Cuba. Durante los siete meses que duró la
pelea por Elián, la sala principal de este museo fue transformada, como
todo el país: los jarrones de porcelana china y los retratos de Isabel II
tuvieron que abrirle hueco a Elián y a los testimonios de aquellos que se
destacaban en la lucha. Un poema colocado en aquellos días por una
pionera de 11 años decía: "Elián confía en tu
patria, / en los que estamos aquí, / confía en tu comandante, / no
te quedarás allí".
Todo esto ha desaparecido, igual que las grandes pancartas de Elián
que en aquel tiempo inundaron las plazas y los parques de la isla. Hoy, un policía
de uniforme vigila los alrededores del colegio para que ningún intruso le
moleste, sobre todo si es periodista. No está permitido hacer fotos, ni
filmar, ni esperar en la puerta. "No se pongan bravos, pero hay que
proteger su intimidad. ¿No creen que ha sufrido bastante?", dice.
La única que habla, después de una asumible espera paseando
por el pueblo entre carruajes de caballos y tiendas de dólares, es la
directora, Maribel Reyes. "El niño está perfectamente. No
tiene ningún problema. Es un buen estudiante. Ya ha vuelto a la
normalidad". Sus frases son cortas, cortantes; quiere terminar rápido.
Recalca mucho que Elián "no tiene ningún privilegio" y
que la gente de Cárdenas no lo atosiga. "El pueblo cubano se ha
portado bien. Ha cumplido cabalmente las órdenes del comandante en jefe.
No lo molestan".
Cuando regresó a Cuba, un comunicado oficial dijo también que
los maestros y pedagogos tenían ante sí la tarea de convertir a
Elián "en un niño modelo" para que fuese siempre, "a
la vez que un ciudadano normal, un símbolo, un ejemplo y una gloria para
los niños y educadores de Cuba". Pero de eso no hablamos con la
directora.
La rutina de Elián no es ningún secreto. Entra al colegio
antes de las ocho de la mañana y sale al mediodía. A veces va a
recogerlo Juan Miguel en bicicleta, otras lo hacen sus abuelos. Ninguno habla ni
da entrevistas. A diferencia de lo que ocurrió durante su estancia en
Miami, desde que llegó a Cárdenas, Elián ha sido protegido
celosamente del acoso de la prensa. Quieren que el niño tenga una vida
normal, aunque eso no es tan sencillo.
"Hace un mes sufrió un desmayo y un profesor nuevo lo cargó
en brazos y lo sacó de la escuela para que fuese atendido. Pensaron que
era un secuestro. Se formó un gran alboroto y en pocos minutos el parque
y los alrededores se llenaron de policía", cuenta una vecina.
Elián vive en la casa de su padre y sus abuelos, en el humilde barrio
de la Marina. Es una casa modesta, pero es de las pocas que están
pintadas en la calle de Cosío. Un policía en la puerta impide que
se importune a la familia.
Juan Miguel sigue trabajando en una instalación turística de
Varadero. "Gana en dólares; así que, aunque su hijo no viva
con los lujos que tendría en Miami, tampoco le falta de nada", opina
otro habitante de Cárdenas, que también pide discreción
absoluta.
El 6 de diciembre, Elián cumplirá siete años y, aunque
por suerte para él desde hace meses está lejos de la vista del público
y de las cámaras, su caso sigue muy presente en la vida de los cubanos.
Elián está vivo y quizás algún día llegue ser
un niño normal en su pueblo de Cárdenas, pero ya forma parte del
panteón de los héroes revolucionarios. Cada tarde, la televisión
emite un programa informativo y de educación ideológica creado al
calor de la batalla patriótica librada por él. Cada sábado
se celebra en un municipio del país una manifestación
antiimperialista, aunque Elián ya está en casa.
Los restos del santuario
M. V , Miami
Si en Cuba se puede hablar de un antes y un después del caso Elián,
no digamos en Miami. En la calle 8, la mítica arteria del exilio cubano,
está el monumento a los mártires de la Brigada 2506 muertos en la
invasión de Bahía de Cochinos. Uno se sorprende al ver el retrato
de una mujer frente al monolito donde están grabados los nombres de los
expedicionarios; es Elizabeth Brotón, la madre de Elián, elevada
por el exilio a la categoría de heroína y mártir.
Realmente, la batalla por el niño balsero, más que conmover sacudió
al exilio.
Una encuesta de la Universidad Internacional de Florida realizada entre
1.975 exiliados en Miami, revela que el 82% considera que el caso Elián
ha dañado la imagen de la comunidad cubana en EE UU. Aun así, el
93,5% asegura que hoy habría que hacer lo mismo.
Para el Gobierno cubano, la batalla ha servido para romper el cordón
umbilical que unía al exilio con Washington. Pero los anticastristas
aseguran que si el próximo presidente de EE UU es George W. Bush, se
deberá a Elián, pues los cubanoamericanos castigaron al Partido
Demócrata por su decisión de devolver el niño a la isla.
Castro acusa a España de buscar una condena "hipócrita"
al terrorismo
El líder cubano dice que Aznar se comportó con prepotencia
en Panamá
Mauricio Vicent, La Habana
Los fuegos del sonado incidente protagonizado por Cuba durante la pasada
Cumbre Iberoamericana, a raíz de la detención en Panamá del
terrorista cubano Luis Posada Carriles y de la negativa de la isla a firmar un
documento contra las acciones de ETA en España, aún no se han
apagado.
Fidel Castro los reavivó ayer al referirse al enfrentamiento que tuvo
con el presidente de El Salvador, Francisco Flores, quién presentó
la resolución de condena. El mandatario cubano aseguró ayer que la
"hipócrita ponencia sobre el terrorismo fue previamente cocinada con
el Gobierno de España", cuya "jefatura política",
dijo, "se comporta con evidente inclinación a la prepotencia".
Castro hizo estas declaraciones durante un acto político masivo
realizado en Guisa, un poblado situado a 900 kilómetros al este de La
Habana, donde hace 42 años tuvo lugar una de las últimas batallas
de la guerra contra el régimen de Batista. El líder comunista
aprovechó este marco propicio para leer un discurso de 20 minutos, en el
que no improvisó una sola palabra y que le dio juego para repartir leña
a discreción entre todos los participantes en la cumbre, con excepción
del rey Juan Carlos y del presidente venezolano, Hugo Chávez.
Castro reiteró que no firmó la declaración de condena
al terrorismo en España -en ningún momento mencionó a la
organización ETA- porque ésta era "excluyente" y no
contemplaba las acciones cometidas contra Cuba. Dijo que el proyecto de resolución
era inadmisible para Cuba por provenir precisamente de El Salvador, el país,
dijo, "que ha sido la base de EE UU para la contrarrevolución en
Centroamérica y refugio del peor terrorista que se conozca en el
hemisferio ".
Castro afirmó que desde El Salvador Posada organizó y llevó
a cabo diversas acciones terroristas contra Cuba, entre ellas el plan de
atentado contra su vida descubierto en Panamá. Ante estas acusaciones
durante la Cumbre, afirmó el mandatario, Flores "reaccionó
con incontenible histeria" y "mintió impúdicamente"
al hacerse la víctima de la calumnia.
No paró ahí la cosa. Después de denunciar el papel
jugado en la preparación de la "engañosa" resolución
contra ETA por España, a la que calificó de "emergente
potencia económica europea en América Latina a veces útil
en la lucha contra la voracidad del Norte, pero cuya jefatura política se
comporta con evidente inclinación a la prepotencia", arremetió
contra el resto de los países que firmaron la condena: "un México
diferente, hoy regido por los intereses, los principios y los compromisos
impuestos por el Tratado de libre Comercio firmado con su vecino del Norte";
y el resto de las naciones iberoamericanas "por afinidad neoliberal o por
lo engañoso del tema". "Casi todos los allí reunidos",
dijo, "albergan ideas políticas, económicas y sociales muy
distintas del pensamiento revolucionario y ético" de Cuba. Se
salvaron Chávez y el rey de España, "un hombre noble y
siempre amistoso con Cuba", que durante el rifirafe con el presidente de El
Salvador, Flores, estuvo "más bien consternado".
Castro enfatizó que la principal batalla política que tiene
ante si su país ahora es lograr que Posada Carriles sea juzgado y
condenado. Al parecer será una lucha planteada en los mismos términos
que la que se libró durante el caso Elián, con manifestaciones
masivas y grandes campañas de propaganda en la radio y la televisión.
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