CUBANET... INTERNACIONAL

Noviembre 24, 2000



Pecadores impecables

Soren Triff. Publicado el viernes, 24 de noviembre de 2000 en El Nuevo Herald

La Feria Internacional del Libro de Miami acaba de mostrar dos aspectos de la sociedad cubana difíciles de observar desde el mirador tradicional de esta ciudad. Se trata de la presentación del escritor y periodista Raúl Rivero, y del cantautor Frank Delgado.

El régimen isleño prohibió la salida de Raúl Rivero a Miami para que leyera su libro Ojo, pinta: pintores cubanos en el período especial, pero no pudo evitar su presencia. El público que asistió al lanzamiento del libro vio a Rivero leer su obra, en vídeo, y habló con él por teléfono, en vivo desde La Habana.

Los extremistas de izquierda y derecha no pudieron utilizar la presentación de Frank Delgado para sus propósitos tampoco. Los primeros no apoyaron a Delgado para mostrar a los exiliados como intolerantes. Los segundos no se dejaron arrastrar por la chusma que toma la bandera cubana y el derecho a ejercer su libertad de expresión para expresar lo peor de ellos mismos, y abrirles de paso la puerta a cobardes, vengativos y amargados.

Fueron dos presentaciones impecables, porque nos permitieron observar la sociedad y la cultura cubana sin la interferencia y distorsión de la politiquería.

Ojo, pinta es un libro con entrevistas a once pintores cubanos que han quedado fuera del circuito del mercado de arte porque no se pliegan ni personal ni profesionalmente al gusto gubernamental. Los artistas prefieren vender una pintura comercial en centros como la plaza de la catedral de La Habana, mientras en sus casas guardan una obra inconformista. Ellos son Cedey de Jesús Rojas, Angel Delgado, Israel Delmonte Cabrera, Alvaro Almaguer, Miguel Fernández Martínez, Magín Pérez Ortiz, Justo Amable Garrote, José Lorenzo Moya, Joel Rojas, Rigoberto Almaguer y Rafael López Ramos.

Series que ilustran los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, figuras humanas truncadas, máquinas absurdas, trato irreverente a los símbolos nacionales, y burla a figuras de la revolución como Ernesto Guevara y Fidel Castro son algunos de los rasgos de estas obras que los artistas se atreven a mostrar. Son igualmente directos cuando le cuentan a Rivero las dificultades materiales y espirituales que enfrentan todos los días.

No debe pensar el espectador de las obras, que se encuentran expuestas hasta diciembre en el Centre Gallery del Miami-Dade Community College, que estos pintores son "disidentes''. Excepto López Ramos, quien presentó el libro y reside en Canadá, los entrevistados no son disidentes en el sentido en el que denominamos a los críticos del gobierno.

Muchos de estos pintores rechazarían el adjetivo, y se cuidan de mezclarse con los conocidos disidentes cubanos, pero reclaman el derecho a expresarse libremente dentro de la sociedad, sin tener que convertirse en parias por expresar una opinión distinta a la del régimen, a la aceptada por la corriente principal de la sociedad.

Estos artistas son la mejor expresión de nuestros deseos para Cuba: crear una sociedad donde no haya disidentes, es decir, marginados sociales sólo por el hecho de disentir de la opinión del estado, del gobierno y de un partido.

Nuestro éxito consiste, no en convertir a escritores en disidentes, sino en que el individuo pueda decir lo que piensa sin que el estado lo convierta en marginado social, político y económico por ejercer su libertad de expresión.

Cada vez que los cubanos se expresan libremente como estos pintores, y como Frank Delgado, la libertad de expresión triunfa, no el régimen, como señalan amigos y enemigos del gobierno.

El poeta Heberto Padilla, por cierto, bastante vilipendiado en el exilio, quería algo parecido: un socialismo con libertad de expresión.

En este sentido, Frank Delgado es una realización de ese ideal que deseamos. Sin ser un disidente, Delgado recoge en su voz las penas de la sociedad cubana actual. La discriminación racial, la discriminación del isleño a favor del extranjero, las penurias de la vida diaria, la destrucción del medio ambiente, las diferencias sociales entre ricos y pobres, las burlas a las autoridades, dirigentes, miembros del partido y ministros, son parte de su canción.

Delgado canta lo que todos piensan. Ese es el mayor honor que puede recibir un artista. Es un pecador impecable.

Frank Calzón, del Center for a Free Cuba, obtuvo los manuscritos y las pinturas de la muestra. El libro fue una coedición con Ediciones Imprimatur / Catálogo de Letras. Alejandro Ríos, del Miami-Dade Community College, colegio organizador de la feria, tuvo la idea de hacer un vídeo de Rivero desde Cuba y comunicar en vivo al autor con el público presente en la feria vía telefónica.

Algún día los cubanos les darán un homenaje por todo lo que han hecho por la cultura cubana. Yo no voy a esperar tanto tiempo. Les doy las gracias ahora, porque ellos también son pecadores impecables.

La muestra Ojo, pinta: pintores cubanos en el período especial se encuentra en el Centre Gallery, Wolfson Campus, 3er. piso, 300 NE 2nd. Ave. Llame al 305 237-3696.

El libro de Raúl Rivero, Ojo, pinta, está en las librerías de Miami o pídalo al Center for a Free Cuba, 1320 19th Street NW Suite 201, Washington, DC 20036.

© El Nuevo Herald

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