Pagamos los venezolanos en riesgo país, pagamos los costos
inmensos de estas lujosas visitas mientras la gente sigue viviendo en la miseria
Francisco Javier Arias Cárdenas. El Universal.
EUD.com. Caracas, lunes 06 de noviembre, 2000
No ha sido sencillo el torneo de palabras y alabanzas entre los jefes de regímenes
de Cuba y de Venezuela. Algunos se llenan de temor y de aprensiones ante la
larga visita y los intervalos de conversación no pública entre los
dos personajes que pretendieron copar nuestra atención y nuestra admiración
los días recientes.
Si algo queda muy claro es que cada uno de los actores busca algo dentro del
escenario que se disputan melosamente frente a los venezolanos y frente a la
prensa internacional.
En el caso del que nos corresponde por nuestra propia culpa, por la de los
desinteresados en la política y la ayuda de Indra, obtiene la publicidad
y llama la atención que es tan importante para su personalidad, sacia su
sed de ser diferente y revolucionario ocultando tras las barbas de aquél,
el perdón a sus revolucionarios puntofijistas que otorga un Tribunal
Supremo de Justicia servil y rastrero, oculta la verdadera esencia de gobierno
tradicional y repetidor de vicios viejos en sus actores y prácticas.
No asoma la nariz Micabú ni su artífice principal, ya
perdonados por el Gobierno y condecorados con la orden del Libertador, igual que
aquellos que condecoraban a Blanca Ibáñez.
No se presenta el CNE, ni el anterior de la megatorta del 28 de mayo, recién
perdonado también por el Gobierno y ya trabajando en el mismo, ni el
nuevo incapaz de señalar el intervencionismo que el mismo don Fidel
ejecutó en la rueda de prensa desde La Habana, con gastos pagos con
dineros del pueblo de Venezuela, el día sábado anterior a las
elecciones del 30 de julio.
No aparece nadie de Cavendes, ni aparecen otros de los financistas y dueños
del dinero que en este régimen 'revolucionario', hacen lo que les
conviene y copan los espacios del poder popular sin ningún reparo.
Además de lo anterior, el régimen nacional pretende con la
visita de Castro tender una muy buena cortina para lograr una de las cosas que
verdaderamente le interesa: la designación a su voluntad y contra la
nueva Constitución de los poderes públicos con militantes o
incondicionales a sus propósitos de permanencia en el poder.
Lo más importante es que pretende polarizar el país en
revolucionarios y contrarrevolucionarios, a decir del mismo gobernante de turno,
solamente puede permanecer y mantenerse en medio de la confrontación
interna e internacional.
Pero podemos seguir tranquilos, piensa el de Miraflores, en una confrontación
que se resuelve desdiciendo, negando, cuando la cosa se ponga peluda. Ignora el
Gobierno que las cosas en política exterior no se resuelven como en la
cosa marital, maletas en la calle, amenazas de separación, ausencia de
una semana y reconciliación cantando la ranchera 'Ya vine de donde
andaba...'.
Es mucho más complicada que una crisis familiar provocada como forma
de vida, la política exterior de un país. La confianza y la
credibilidad que necesita urgentemente Venezuela debe venir de instituciones
serias y firmes, de poderes autónomos entre sí, de justicia
verdaderamente imparcial.
La institucionalidad y la gerencia pública eficiente, honesta, con
resultados sensibles para todos, la modernización del aparato
gubernamental para hacerlo verdaderamente útil a los fines colectivos,
esto produciría el inicio de los cambios tan anhelados por todos los
venezolanos de bien.
En el sentido propuesto no es buen modelo el estilo y los resultados del régimen
cubano. Es, al contrario, una mala señal para los intereses
internacionales de Venezuela.
La revolución por realizar es distinta de la emotividad y los
uniformes para recordar un heroismo que nunca fue, y que sería
irresponsabilidad si se pretendiera lograrlo con una confrontación
internacional unificadora del espíritu nacional.
Pagamos muy caras cada una de las alabanzas en que Fidel es experto, como
algunos seres humanos. Capta el ego del personaje, conoce las teclas que debe
tocar y lo hace con gran maestría. ('Cuídate por favor' es un
lugar común que genera sentido de importancia y protección, la
comparación con Bolívar viene mucho mejor si la dice Fidel que en
boca de Combellas).
Pagamos los venezolanos en riesgo país, pagamos los costos inmensos
de esas lujosas visitas mientras la gente sigue viviendo en la miseria, y las
vamos a pagar en miles de millones de dólares petroleros que no son del
gobierno de Venezuela sino del pueblo lleno de miseria y desnutrición.
Las pagarán nuestros médicos que enfrentarán una
competencia verdaderamente brutal que no solventará los graves problemas
nacionales del sector sanitario, soluciones y salidas que ellos mismos deben
acordar con el régimen.
Si existe una rogativa posible es para que el Gobierno regrese a la
realidad, para que se gane con resultados de buen gobierno el amor de todos los
venezolanos, para que no pague a un extranjero, aunque sea el propio Fidel, un
costo tan alto por hacer una nueva Venezuela heroica con un super Bolívar
de Sabaneta. Sencillamente porque todo ese show lo paga el Juan Bimba del pueblo
de Venezuela.
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