Carlos M. Estefanía. Cuba Nuestra / 23 de mayo
Manuel Cuesta Morúa, secretario general de Corriente Socialista Democrática Cubana, no es precisamente un desconocido en Suecia. Por ello responde el equipo que edita la revista Cuba Nuestra. Miembros de nuestra redacción han destacado el nombre de Morúa en diversas
charlas, conferencias y artículos. Ello ha despertado el interés de colegas suecos quienes han contribuido al conocimiento del trabajo del activista cubano por estos contornos.
La presentación de Corriente Socialista Democrática ante el imaginario político del país nórdico juega un papel de primer orden. Para la izquierda democrática sueca, la existencia de una contraparte en Cuba puede convertirse en un acicate para la
solidaridad con la democratización de la isla. Hasta el momento un dilema entorpecía el apoyo de esa fuerza (hegemónica por estos lares) a la lucha del pueblo cubano por su democratización. Para el sueco promedio de izquierda, cualquier acción contra el sistema
imperante en Cuba sólo podía pasar por una alianza, no deseada, con el exilio de Miami al que considera, en bloque, como un exilio de derecha.
Con el surgimiento en la diáspora cubana de una coalición de centro izquierda: la Plataforma Democrática Cubana, y en el corazón de la Isla de una oposición moderara, en la que participa Corriente Socialista Democrática, desaparecen (al menos en teoría)
las razones de la parálisis. En el caso de Corriente Socialista Democrática hay que decir que ésta comparte con la poderosa izquierda europea las mismas "sensibilidades sociales" (para hablar en los términos de Morúa). Esto le resta legitimidad al Partido
Comunista de Cuba para usurpar y monopolizar ante esta parte del mundo la representación de ideales socialistas que aún sostiene un amplio sector del pueblo cubano.
El 20 de mayo del 2000, como parte de su gira por Europa, Manuel Cuesta Morúa participó en cena de confraternización con los editores de Cuba Nuestra. La actividad, "substanciosamente" organizada por Alexis Gainza, coordinar general de la revista, contó con
la presencia de Germán Díaz (responsable de comunicaciones internacionales), Eniel Bosch (corresponsal en Uppsala) y quien escribe. El encuentro, cargado de reflexiones e intercambios de experiencias, devino espontáneamente en una especie de "mesa redonda de la oposición
moderara", ahora en Estocolmo. Durante una pausa en la amena charla, Manuel Cuesta Morúa, tuvo a bien conceder la entrevista que ponemos a vuestra consideración.
CME- Manuel, hablanos de cómo surge Corriente Socialista Democrática.
MCM-La Corriente Socialista Democrática surge realmente en el año 1991, reuniendo a un grupo de jóvenes y viejos socialdemócratas cubanos, que trataron de articular lo que de alguna manera también es la herencia política cubana: la combinación de
las ideas de la justicia social y las ideas de la democracia entendidas en términos de pluralismo político. Nos reunimos en casa de uno de nuestro más querido compatriota -que desafortunadamente ahora mismo no está en la Corriente Socialista Democrática- con la
intención de darle un carácter orgánico a ese proyecto. Reunimos, como te decía, a estos jóvenes, algunos egresados de la Universidad de la Habana, otros egresados de otras universidades del país. Entonces creamos en 1992, precisamente en enero, este grupo
que ahora se llama Corriente Socialista Democrática, identificado con un proyecto, identificado con unas ideas muy claras de lo que queremos para la sociedad cubana. Buscando, ante todo, una evolución positiva, una evolución gradual, a través de un diálogo y una
transición gradual pactada con las autoridades.
CME- ¿Es una organización centrada en La Habana ó estructurada a nivel nacional?
MCM- Al principio, cuando surge, era una organización capitalina, de la ciudad de La Habana, pero poco a poco nos hemos ido extendiendo a la mayoría de las provincias de Cuba. Tenemos nuestra presencia en las principales provincias: Santiago de Cuba, en Matanzas que es una ciudad
importante (aunque allí la presencia es menor). En nueve de las catorce provincias de Cuba contamos con delegaciones de la Corriente Socialista Democrática ahora mismo en esta fecha.
CME- ¿Podrías explicar cuáles son los retos que enfrenta un opositor cubano en estos momentos, en la Cuba del 2000?
MCM- Un opositor enfrenta varios retos, todos difíciles en sí mismos. Unos tienen que ver con la posibilidad misma de hacer política y subsistir. En la Cuba de hoy hacer política es un reto, que no estoy seguro que exista o que existiera en muchos países del
mundo cuando se estaba luchando o cuando se lucha por la democratización de esos países. Otro reto importante es enfrentar la policía política, que si bien en estos últimos años ha cambiado las técnicas de enfrentar a los grupos de la oposición
al interior de Cuba, no deja de hostigar, no deja de hacer difícil la labor política al interior de Cuba. No deja de hacer difícil la articulación de lo que estamos nosotros tratando de lograr y hacer en Cuba.
Otro reto difícil es mantener la cohesión de la familia al mismo tiempo que se hace política. No todos en la familia están preparados psicológicamente para aceptar las tensiones que supone la vida diaria y el intento de trabajar políticamente y de
articular y de hacer ver que hay una viabilidad política en las alternativas que estamos asentando. Y hay otro reto que no se menciona mucho pero es importante, y es el de mantener la convicción de lo que estamos luchando por la democracia. Porque estamos hablando del proyecto de la
oposición al interior de Cuba que no tienen un resultado inmediato en términos de cambios políticos. Si contamos a partir del 90 han sido nueve años o diez años, de lucha en donde los resultados inmediatos, sobretodo aquellos que queremos ver, y que son más
urgentes y prioritarios para la sociedad cubana no se logran. Y hay que mantener un alimento diario a las convicciones políticas para mantener este debate al interior de Cuba.
CME- ¿Cuál es la recepción que tiene el mensaje socialista-democrático en el pueblo cubano?
MCM- La recepción es bastante buena, bastante amplia, porque como bien sabes en Cuba existen viejas sensibilidades sociales. Esto forma parte del acervo genético de los cubanos. Evidentemente aceptan cada vez que planteamos nuestra alternativa, planteamos nuestros royectos,
nuestros programas. Pues aceptan sus postulados y las metas que tratamos de poner en claro. Poner en blanco y negro para que los cubanos de alguna manera vean que tienen una lternativa política. Ese supuesto rechazo al socialismo o aquello que se identifique con la justicia social dentro de
Cuba no es exactamente real. No debe ser identificado con las penurias, ni con las tensiones que está viviendo el cubano ahora mismo.
CME- Sobre tu viaje a Europa: ¿Cómo se genera?¿Cómo fue posible y qué objetivos tiene?
MCM- El viaje se realiza a partir de una invitación que hace el Partido Demócrata de Izquierda de Italia, el Partido Social Demócrata Italiano, de corte socialista democrático, de La Internacional Socialista que iba a celebrar o que celebraron en enero su congreso.
Uno de los congresos más importantes que según ellos mismos han celebrado en estos últimos tiempos.
Ellos me invitan y en ese momento el gobierno cubano no me concede el permiso. Sin embargo dos meses después hay una respuesta positiva por parte de las autoridades de inmigración de Cuba, diciéndome que evidentemente podía salir y podía efectuar mi viaje al
exterior tal y como estaba planteado. A partir de ahí empezamos a movilizarnos para hacer una agenda que no fuera únicamente la de Italia, sino que cubriera muchos de los países Europeos. Sobretodo los principales países donde las fuerzas de izquierda tienen algo que
decir en el concierto político internacional.
Vengo a Italia y vengo a Europa con tres objetivos fundamentales:
-Primero, concitar un mayor apoyo político a los esfuerzos que está haciendo la socialdemocracia y los socialistas democráticos al interior de Cuba, por alcanzar transformaciones democráticas en el país.
-Segundo, concitar apoyo moral, sin apoyo moral creo que va a ser casi imposible que podamos subsistir sobre todo en el aislamiento que supone nuestra condición de Isla y nuestra condición de país post-totalitario.
-En tercer lugar, unos de los objetivos básicos tiene que ver con buscar el apoyo concreto, porque es importante consolidar y trabajar por consolidar formaciones políticas sólidas al interior de Cuba. Sin esto el proceso de alternativas políticas que es necesario para
un debate democrático se debilita, pues no podrá tener muy buena salud, si no hay un apoyo práctico y un apoyo concreto de aquellos que tienen sensibilidades sociales y sensibilidades democráticas hacia mi país.
Estos son los tres objetivos básicos que cumple esta visita, este viaje por acá por Europa. Y hasta ahora las respuestas han sido bien positivas en las tres direcciones en la que venía hablando. Por supuesto, todavía me falta poder conversar con algunos políticos
europeos y, creo que al mismo tiempo estas visitas, estos posibles contactos virtuales o potenciales que todavía están por realizarse van a dar resultados positivos.
CME- Ahora regresemos a Cuba:¿Qué puedes decirnos de la Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada?, ¿Cuál es su sentido?
MCM- La Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada trata de reunir a demócratas. Demócratas que tengan puntos comunes en dos direcciones fundamentales: Primero en cómo lograr el tránsito a la democracia en Cuba. Nos hemos puesto de acuerdo en la única
manera de lograr un tránsito de la democracia para Cuba, con un sentido por supuesto positivo, es a través de la moderación política. Ese es un punto importante en que nos hemos puesto de acuerdo.
Un segundo punto importante que ha posibilitado la reunión de los grupos de direfentes ideologías en la mesa de reflexiones, tiene que ver con la lucha por institucionalizar el debate político al interior de Cuba. Es decir, el debate político no puede seguir siendo un
debate entre gladiadores, entre personas que pueden tener muy sólidas convicciones democráticas pero que no institucionalizan los proyectos políticos. Sin esto no hay futuro para la democracia en Cuba. Este es un segundo punto que nos une para hacer este proyecto de mesa de
reflexión moderada.
Las metas tienen que ver exactamente con los objetivos. Ahora mismo de lo que se trata en Cuba es de establecer lo que comúnmente conocemos estado de derecho. No es tanto un debate puramente ideológico como un debate de la civilización política al interior de Cuba. Y
en ese sentido la mesa de reflexión pues ha adelantado mucho y ha hecho un programa de transición, que llamamos "Plataforma Común", donde aparecen claramente cuáles son los mecanismos y los modos en que queremos se logre la democracia en Cuba.
CME- Nos has hablado en otro momento de que el sistema cubano se está transformando. ¿Pudieras señalar cuáles son las tendencias fundamentales de esa transformación?
MCM- Sí, hay una visión tanto de un lado como del otro, tanto de la izquierda como la derecha, de que el régimen cubano no moviliza intenciones para buscar una evolución positiva. Venimos observando que casi todos se fijan en los discursos del presidente cubano y en
la falta de voluntad para hacer transformaciones democráticas y en su posición de no abrir ningún espacio y ninguna posibilidad para que la sociedad cubana se transforme. Sin embargo, entre discurso y realidad hay una distancia, como todo el mundo sabe. Y la realidad cubana por
si misma viene reacomodándose, viene buscando cuáles son las ventajas posibles para tratar de adaptarse a las nuevas condiciones mundiales y esto viene pasando en dos direcciones básicas.
Primero, se viene creando una sociedad civil embrionaria. Muy embrionaria en estos momentos, pero que se está extendiendo a todo lo largo y ancho de la Isla. Y esto es fundamentalmente para crear un tejido básico para la democratización de Cuba.
Segundo, se van perfilando las tendencias políticas al interior de Cuba. Se van creando organizaciones, que ya algunas tienen muchos años de existencia, pero que ahora mismo están consolidándose, que van marcando cuáles son las tendencias políticas más
fundamentales al interior de Cuba y, cómo se puede ir ganando estos espacios para articularlos mejor con la sociedad cubana. Esto es una tendencia que se fortalece.
Al mismo tiempo se observa dentro de Cuba, muy a pesar de los discursos y muy a pesar de las autoridades, un creciente pluralismo cultural. Eso no debe perderse de vista, por que eso también crea relaciones importantes y crea como colchones donde la gente va reacomodando sus pensamientos,
su mentalidad y sus propios intereses.
También se va abriendo espacios (aunque las autoridades tratan de controlarlos), de supervivencia económica. Que es una especie de protesta cotidiana ante los esquemas vacíos que presentan las autoridades cubanas para el desarrollo económico de Cuba. Todo esto se
viene consolidando a pesar de las autoridades, y todo esto apunta a que en un mediano plazo tendremos un sólido tejido, tanto social como político que va a facilitar un mejor tránsito o, una transición tranquila, como de alguna manera llamamos nosotros a este proceso de
la Plataforma Común.
CME- Para terminar te voy a preguntar, ¿qué mensajes le darías a los siguientes receptores: Europa, el exilio cubano en los Estados Unidos, el gobierno norteamericano y el gobierno cubano, el pueblo de Cuba?
MCM- Los mensajes son distintos pero tienen una unicidad en el fondo. Para Europa el mensaje es claro en el sentido de que Europa debe mantener una postura de diálogo crítico hacia las autoridades cubanas, pero una postura de diálogo. Deben abrir todas las ventanas que sean
posibles para que el intercambio y la relación entre Cuba y Europa se fortalezca y se profundice. Debe mantener por lo tanto abierto los esquemas de cooperación con el pueblo cubano y al mismo tiempo debe abrirse nuevos esquemas de cooperación con la sociedad civil y política
al interior de Cuba, que está tratando de agenciar o buscar cambios democráticos al interior de Cuba.
En segundo lugar y para la misma Europa, es importante tener en cuenta lo que de alguna manera nosotros consideramos cierta especificad en el caso cubano y es la mala relación o la tirantez política que existe entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos. Esto le da un papel
particular al debate democrático al interior de Cuba. Y creemos que Europa puede ayudar mucho en la dirección de pedirle a las autoridades norteamericanas que se abstengan de cualquier proceso interno al interior de Cuba, en el sentido de que la mejor visión es una visión
positiva, una visión constructiva que incluya y no excluya a ninguno de los actores políticos.
En el caso del gobierno norteamericano, que es hora de hacer una parada, pensar y reflexionar sobre los esquemas políticos que ha venido desarrollando hacia el gobierno cubano en los últimos 41 años. Y que hay que darle un giro con valentía política a esos
esquemas políticos que no han demostrado ninguna capacidad y ninguna eficacia para lograr sus objetivos de la democratización de Cuba. Nosotros los cubanos somos los que debemos resolver nuestros asuntos, y no creemos que políticas de embargos unilaterales puedan ayudar
precisamente en esta dirección. Eso no está probado, hay estudios ahora mismo que hablan de que los embargos a mediado plazo no han facilitado una democratización real de aquellas sociedades a las que se les ha aplicado. Excepción por supuesto hecha a la sociedad
sudafricana. Pero eso es un caso que quizá venga a confirmar la regla.
Hacia el exilio de cubanos, sobretodo el exilio que está en los Estados Unidos, que se dé cuenta que hay una inversión importante en los últimos cuarenta años que sitúa la situación del conflicto político al interior de Cuba. Son los
cubanos que están dentro de la Isla los que están en capacidad o no de buscar y abrir los espacios necesarios para la transformación democrática. El exilio debe volver un poco a la filosofía del tabaquero cubano, que prestaba todos sus auxilios y prestaba todo su
apoyo a aquellos que iban a luchar dentro de Cuba por la transformación, en aquellos momentos por la liberación de España, en este caso por la transformación democrática del país. Creo que el exilio debe ayudar en esta dirección. Y ayudar en esta
dirección supone también un cambio, cosa que yo sé que es difícil, que supone también un cambio en la manera que el exilio cubano ha venido desarrollando su relación o ha venido desarrollando sus proyectos políticos hacia Cuba.
Hacía el gobierno cubano, que es hora ya de que se comience a pensar seriamente en la posibilidad de un diálogo. Por que hay fuerzas alternativas que tienen una visión muy positiva, una visión incluyente y que están precisamente ofreciendo esto. Ofreciendo la
posibilidad de una transición pactada. Son organizaciones que ahora mismo están dispuestas en cualquier momento a responder positivamente a una iniciativa positiva de las autoridades cubanas para comenzar un diálogo y ponernos de acuerdo sobre los destinos y el futuro de Cuba.
Y al pueblo cubano al interior de la Isla, que sepan que hay alternativas que están tratando de que los cubanos vivamos bien en nuestro hogar nacional. Que los cubanos podamos encontrarnos y que los cubanos podamos disfrutar de las libertades fundamentales. Y más fundamental, que
los cubanos estamos en capacidad de asumir los retos que supone el desarrollo de la modernidad política, la modernidad económica y la modernidad social.
Entrevista y presentación: Carlos M. Estefanía.
Trascripción electrónica: Germán Díaz.
Revista Cuba Nuestra.
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