CUBANET... INTERNACIONAL

Mayo 25, 2000



Economía cubana en la transición

Ernesto Betancourt. Publicado el jueves, 25 de mayo de 2000 en El Nuevo Herald

La experiencia de los países en transición en cuanto a la política macroeconómica para una economía de mercado demuestra que éste es un proceso complejo. El tema macroeconómico es altamente técnico; algunos prefieren dejar su discusión a especialistas. Pero sus consecuencias afectan a todos los ciudadanos. Prueba de ello es el impacto que ha tenido sobre todos los cubanos la decisión anunciada por Castro, el 26 de julio de 1993, legalizando la circulación del dólar.

Algunos están a favor de dolarizar la economía cubana

El gobierno cubano de transición tendrá que tomar varias medidas en materia macroeconómica: i) identificar las funciones requeridas por una economía de mercado; ii) examinar los organismos actuales del gobierno cubano relacionados con el desempeño de estas funciones y determinar su capacidad y qué funciones no se están atendiendo en el sistema actual; iii) preparar un plan de desarrollo institucional para los diversos organismos en la red institucional correspondiente; y iv) preparar un programa de capacitación masivo para educar al público y a los directivos de las empresas que se privaticen, así como al personal de los organismos de la red institucional, sobre qué supone el funcionamiento del sistema macroeconómico en una economía de mercado.

Esta ha sido una de las omisiones más significativas en las transiciones sistémicas en el ex bloque soviético. Se partió del supuesto de que dando prioridad a los cambios de política económica, y sin atender adecuadamente los cambios necesarios en la red institucional y en las aptitudes y conocimientos de los funcionarios envueltos, sería posible convertir las economías de comando a economías de mercado. En el caso de la transición cubana se debe aprovechar la experiencia en esta década en los antiguos miembros del bloque soviético.

Existen varias propuestas sobre cómo manejar la política macroeconómica durante la transición en Cuba, particularmente en la cuestión monetaria. Algunos están a favor de dolarizar la economía cubana, como ha hecho Argentina, o de ir a una introducción de la moneda estadounidense como circulante oficial, como han hecho Ecuador y anteriormente Panamá. Otros consideran que debe mantenerse el sistema dual monetario actual. Por último, hay quienes consideran que para satisfacer el sentimiento nacionalista sería aconsejable restablecer la circulación del peso cubano como única moneda legal. Hasta que el gobierno de transición decida esto, no será posible iniciar la adaptación institucional necesaria de la red institucional existente.

En todo caso, el pueblo cubano pudiera encarar tres situaciones. Continuar el modelo dual actual en que el peso circula paralelo al dólar, con todas las distorsiones que esto ocasiona. Esto es lo que ha sucedido en Cuba a resultas de la legalización de la tenencia de dólares. Hoy hay dos Cubas, un quince a un veinte por ciento de la población que vive mejor por el acceso al dólar y un ochenta a un ochenta y cinco por ciento que se ha empobrecido aún más porque sólo tiene acceso al peso.

El modelo de regresar al peso como la única moneda con un cambio único a un nivel realista, que no podría ser el actual oficial de un peso por un dólar, ocasionaría una caída masiva en el poder adquisitivo de la mayoría de la población, al no tener el país reservas adecuadas de dólares en el banco central. En forma de balón de ensayo, esta opción fue adelantada recientemente por el presidente del Banco Central de Cuba, Francisco Soberón, al mencionar la posibilidad de acudir a una desdolarización. El gobierno de Castro titubea consciente de que estas medidas pueden originar una contracción en el flujo de remesas. Este tipo de situación desalienta la inversión a largo plazo.

La última opción sería ir a un proceso de dolarización de la economía. Es interesante que esto se ha considerado como opción dentro del propio régimen, aunque no ha recibido apoyo alguno para convertirse en política oficial. Dentro de este esquema, se limitaría la moneda circulante a la disponibilidad de dólares obtenidos por préstamos, privatizaciones, inversión extranjera o exportaciones. Así se evita la inflación y se ofrece el clima más favorable para el proceso de inversión, aunque no se le garantiza. Al mismo tiempo, como la reciente experiencia de Ecuador demuestra, esto ocasiona una seria contracción del nivel de vida de la población, que puede dar lugar a inestabilidad política.

Hay dos Cubas, una con acceso al dólar y una que sólo tiene acceso al peso

Las opciones que encarará el gobierno de transición no son nada atractivas. Pero otros países, como Chile, han enfrentado exitosamente situaciones similares y, después de un etapa dura inicial, han tomado el camino de la reconstrucción.

El tema de la política macroeconómica en la transición se discute más ampliamente en un documento al que puede accederse en www.cubanet.org/opiniones.html Este tema también se discutirá en el programa Haciendo camino que se transmitirá por Radio Martí a las 11:00 a.m. el 27 de mayo.

© El Nuevo Herald

Copyright 2000 El Nuevo Herald

[ TITULARES ] [ CENTRO ]

SECCIONES

NOTICIAS
...Prensa Independiente
...Prensa Internacional
...Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
...Inglés
...Alemán
...Francés

INDEPENDIENTES
...Cooperativas Agrícolas
...Movimiento Sindical
...Bibliotecas
...MCL
...Ayuno

DEL LECTOR
...Cartas
...Debate
...Opinión

BUSQUEDAS
...Archivos
...Búsquedas
...Documentos
...Enlaces

CULTURA
...Artes Plásticas
...Fotos de Cuba
...Anillas de Tabaco

CUBANET
...Semanario
...Quiénes Somos
...Informe 1998
...Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887