José Carlos Gil Marín, Opinión de Tenerife. 23 de Mayo de 2000
Y el Presidente Castro se entrevistó al fin con el Presidente Román. Parece ser así que el componente comunista del sustrato ideológico de la formación política de la que proviene el presidente Román, que recordemos es Ican, ha encontrado
satisfacción, porque ha podido al fin hablar con el comandante. Además, a lo largo de la visita, Román Rodríguez ha hecho un posicionamiento claro a favor del Gobierno de Cuba, sin haberse entrevistado con ningún dirigente de la posición interna, en la que
seguro, de haberlos buscado, habrían aparecido canarios. Y por si fuera poco, el "hermano de sangre, espíritu y de condición revolucionaria", con el que fue descrito el Presidente de Canarias en el acto en el que se le confirió el honor de ser Huésped
Ilustre de la provincia de La Habana, sería por otro lado la guinda que colmaría el pastel del viaje de la delegación canaria a Cuba. Después de descubrir la ascendencia canaria de Elián, y tras este periplo por la Isla de Cuba, parece que al final, y después
de 41 años, la revolución de Castro ha llegado a Canarias.
Pero hablar de Cuba es mucho más que todo eso, porque hablar de Cuba es hablar de una realidad sumamente compleja. Partiendo de que el viaje organizado por la Viceconsejería de Relaciones Institucionales del Gobierno de Canarias era igualmente necesario, porque a Cuba podría
llamársele con todos los honores, y con el perdón de San Borondón, la novena isla, ya que Venezuela es la octava. Partiendo de la importancia de dicho traslado a Cuba ante el importante número de descendientes canarios en la isla, sí cabría precisar, en
cierta medida, que el viaje podría haber sido perfilado de alguna otra forma.
Es cierto que la realidad oficial del viaje ha sido perfecta. Entrevistas con todos los que se tenía el deber de hablar; propiciar la creación de puentes económicos desde Canarias hacia Cuba, como se han tendido en el sector tabaquero, o como los que se pretenden tender en
el sector turístico; hablar con la colectividad canaria en Cuba para reformar la Quinta Canaria en La Habana y satisfacer sus necesidades..., son todas ellas muestras de tal perfección. Pero el viaje ha adolecido de un déficit estructural: su enfoque parcial.
Cuba ya no es de Cuba; Cuba lo es de todos, y más de los canarios, ligados a su historia desde la misma guerra de la independencia de 1898, hasta figuras como Blas Hernández o Secundino Delgado. Pero Cuba es también de los cubanos, y no de un régimen concreto. Los
logros de la revolución, en 40 años de existencia, y en sanidad o en educación –por ejemplo– son más que evidentes; la injusticia del bloqueo norteamericano sobre Cuba también lo es. Pero el sistema dictatorial que impera sobre la isla exigía que
la delegación canaria hablase con representantes de la oposición desde una actitud imparcial. Y esto el señor presidente canario no lo ha hecho. Esperemos, pues, que pronto pueda corregirse esta ausencia. |