Hiram Gonzalez. Publicado el jueves, 13 de julio de 2000 en El Nuevo Herald .
El gobierno cubano quiere aparecer ante la comunidad internacional como defensor de la patria potestad por el caso de Elián González, manipulando y engañando a los tontos útiles e incautos que todavían dan crédito a la propaganda comunista. Mientras esto
ocurre, se cumple hoy 13 de julio un aniversario más del hundimiento del remolcador 13 de Marzo. A pesar del tiempo transcurrido no se ha castigado a los responsables directos del crimen, ni se han sacado del fondo del mar los cuerpos para darles cristiana sepultura, mostrando así el
carácter criminal del sistema comunista impuesto en nuestro país hace más de cuarenta años. Y más aún la complicidad de las autoridades más altas en la ejecución de este hecho.
Cuarenta personas, incluyendo a 13 niños, perecieron ahogados cuando los cañonazos de agua de los guardacostas los echaron al mar.
Este crimen y el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, entre muchos otros, demostraron a la comunidad internacional la naturaleza brutal de un sistema que vive al margen de la ley y del comportamiento civilizado, y que pretende continuar imponiendo al pueblo cubano la miseria, la
degradación moral y el despotismo.
El padre de Elián González ha llevado a su hijo a vivir a un país donde la patria potestad está supeditada a los intereses políticos del sistema, donde los padres, aterrorizados, se ven obligados a permitir que el estado adoctrine a sus hijos en un sistema
basado en el odio y la mentira, y los utilice en tribunas públicas para defender ideas y posiciones que no pueden entender, y mucho menos compartir. Esta manipulación de los niños cubanos con fines propagandisticos constituye una violación de las normas internacionales de
protección a la niñez.
En nombre de la libertad y la justicia apelamos a la comunidad internacional para que se solidarice con el pueblo cubano en su lucha por regresar al concierto de naciones libres del mundo. Pedimos con humildad, vigor y dignidad que en cada parlamento y en cualquier rincón del mundo donde
se reúnan los amantes de la libertad se defienda con honor el derecho inalienable de los cubanos a disfrutar de un gobierno democrático, donde el hombre pueda determinar libremente su destino, desarrollar su talento y llenar sin temor sus necesidades espirituales; donde pueda elegir y
renovar periódicamente a sus dirigentes; donde se promueva la justicia social y se elimine la discriminación, el odio y la persecución política.
No se puede llamar civilizado, y sí barbárico, a un gobierno que es incapaz de llevar a los tribunales y castigar a los responsables directos e indirectos del hundimiento del remolcador 13 de Marzo y de las avionetas de Hermanos al Rescate. Sería injusto responsabilizar por
estos crímenes a todos los que forman parte del gobierno cubano, pero sí a la dirigencia histórica, que controla el poder hace más de cuarenta años, y que es el único obstáculo a un cambio democrático en nuestro país. Recordando estos crímenes,
y muchos otros, queremos gritar al mundo, que a veces nos mira con indiferencia e incompresión, el derecho de nuestro país a ser libre y soberano. Necesitamos el apoyo solidario, firme y continuo de la comunidad internacional para extirpar esta vergüenza de América. Para
desenmascarar la descomunal mentira que representa la llamada revolución cubana. Para exigirle al gobierno de Cuba que deje de utilizar a los niños en actos públicos con fines propagandísticos y permita que salgan del país los que tiene retenidos como castigo a los
padres, que abandonaron la isla.
Buscamos la solidaridad internacional para poder incrementar la ayuda a la oposición cívica en Cuba y pedir a las fuerzas democráticas dentro del gobierno cubano que desplacen a la dirigencia histórica de esa fracasada revolución, liberen a todos los presos políticos,
restablezcan las libertades públicas, reconozcan el pluralismo político, inicien un proceso serio de democratización y establezcan un gobierno transitorio de salvación nacional que celebre elecciones libres supervisadas por la comunidad internacional. Si esto no se hace a
tiempo, nuestra isla se llenará de sangre, porque la historia siempre ha demostrado que nada puede detener a un pueblo cuando se decide a pagar el precio de la libertad. Cuando eso ocurra, será demasiado tarde para reprimir las pasiones y el odio alimentados durante más de
cuarenta años de opresión.
Secretario general del Movimiento Revolucionario 30 de Noviembre.
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