LA HABANA, 27 (Reuters) - El gobernante Partido Comunista de Cuba protestó el jueves por el trato ``humillante'' e ''inhumano'' hacia las abuelas del niño cubano sobreviviente de un naufragio, Elián González, durante una breve reunión en Miami, dos meses después
de que se iniciara una fuerte disputa por su custodia.
Las dos principales quejas de la Habana son que la prima de Elián en Estados Unidos, Marisleysis, violó las reglas de la reunión del miércoles en la tarde al entrar con el niño hasta la casa donde debía efectuarse el encuentro, y que después a las
dos abuelas se les prohibió continuar el contacto telefónico que establecieron con Cuba.
``Engaños, mentiras, trampas, traiciones, humillaciones y un trato inhumano y despótico, fue el precio que el Miami de la mafia cobró en su guarida de La Pequeña Habana a estas abuelas tan amorosas como heroicas'', dijo un comunicado del partido distribuido a los
corresponsales extranjeros durante las primeras horas del jueves.
La reunión fue el primer encuentro cara a cara entre Elián y su familia cubana desde que fue rescatado del mar, en el Estrecho de la Florida, el 25 de noviembre, hecho que causó una amarga y altamente politizada contienda entre sus familiares a ambos lados del estrecho,
sobre el futuro del niño de seis años.
Su madre pereció ahogada, junto con otras 10 personas, cuando el pequeño bote, atiborrado de emigrantes cubanos ilegales, se volteo, pero Elián sobrevivó milagrosamente dos días y dos noches, al agarrarse con fuerza y decisión a la cámara de un
neumático, en un mar infestado de tiburones.
La discusión familiar escaló pronto hacia un capítulo más dramático en esta guerra fría que dura ya cuatro décadas entre el gobierno del presidente Fidel Castro y sus enemigos de la comunidad de exiliados cubanos anticomunistas del sur de la
Florida.
El comunicado de La Habana dio detalles pormenorizados de la reunión del miércoles desde el punto de vista de las abuelas, quienes están en Estados Unidos desde la semana pasada en busca de ganar el favor de la opinión pública hacia sus campaña para
traer de vuelta a Cuba a Elián.
Tras haber entrado ``con gran dignidad en la lujosa mansión'' de la hermana Jeanne O'Laughlin, una monja Dominica y presidenta de la Universidad Barry, y cuya residencia fue utilizada como un sitio neutral para que se realizara la reunión, las dos abuelas esperaron nerviosamente a
la llegada de Elián.
El niño se abalanzó hacia los brazos de su abuela paterna, Mariela Quintana, pero la abuela materna, Raquel Rodríguez, se dio cuenta que otra persona había entrado a la habitación, agregó el comunicado.
``Era nada menos que la ya famosa e histérica Marisleysis, muy conocida por sus diatribas e insultos contra la verdadera familia de Elián que reclama al niño, hija de Lázaro, el tío-abuelo que en complicidad con la mafia contrarevolucionaria se responsabilizó
con el monstruoso y traicionero secuestro. Era una verdadera provocacion''.
Después de que se le ordenó a Marisleysis que abandonara el inmueble, ``algo todavía más grosero ocurre'', aseguró La Habana.
La familia de Elián en Cuba llamó por teléfono a un celular que las abuelas llevaban consigo y Juan Miguel González comenzó ''un paternal diálogo con su pequeño hijo ausente''. Pero ese contacto fue rápidamente interrumpido cuando una monja
entró a la habitación y ordenó que dejaran de hablar por teléfono, y la policía confiscó dos teléfonos celulares que las abuelas tenían.
``Es fácil imaginarse la amargura y el trauma familiar que produjo aquello'', dijo el comunicado.
A pesar de contactos urgentes e inmediatos entre altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos y Cuba, en Washington y La Habana, el contacto teléfonico no pudo ser restablecido.
``La monja dominica (...) en cuya residencia 'neutral' se produjo la reunión, y el jefe responsable allí del INS (Servico de Inmigración y Naturalización), decían mentiras tras mentiras y no acertaban a dar una explicación coherente y lógica de
aquella acción incivilizada y cruel'', dijo el comunicado.
La Habana se quejó también de numerosas interrupciones durante la reunión de hora y media por personas que llevaban ''jugos, meriendas y otras chucherías''. Además, O'Laughlin se comportó de una manera perentoria en su casa, ``una prisión'' para
las abuelas, dijo el comunicado.
A pesar de todo eso, Elián dejó un ``gratificante y entrañable recuerdo'', besando a sus abuelas repetidamente, disfrutando del álbum de fotografías que las dos le llevaron, y despidiéndose de ellas con prolongados abrazos. Elián estuvo encantado
al ver los dibujos, las cartas y los libros que le enviaron sus compañeros de clase y sus familiares en Cuba, dijo La Habana.
El comunicado será publicado más tarde el jueves, como un editorial del diario Granma, portavoz del gobierno de Castro.
A pesar de la tradicional reverencia cubana hacia las abuelas, las dos mujeres, de 51 años, han sido calificadas por algunos en Miami como cobardes, mentirosas y títeres de Castro.
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