CUBANET... INTERNACIONAL

Enero 14, 2000



Elián o la política del surrealismo

Daina Chaviano. Publicado el viernes, 14 de enero de 2000 en

El rostro dulce de ese niño me persigue desde que lo vi por primera vez, tras ser rescatado de las aguas, como un nuevo Moisés proveniente de un pueblo que lleva más de cuarenta años en el destierro... no sólo físico, sino espiritual. Porque uno también puede sentirse extranjero en tierra propia cuando ni siquiera puede pensar sin temor.

¿Se trata de un asunto político, moral o simplemente humano? En Cuba, el gobierno no se cansa de repetir que éste no es un caso político, pero no cesa de movilizar a la gente con consignas revolucionarias, y de dedicar un espacio diario en la televisión (en el horario correspondiente a la programación infantil, de 5 a 7 de la tarde), donde los niños cubanos ven interminables discursos y manifestaciones ``espontáneas'' a favor de la devolución de Elián, que ``ha sido secuestrado por Estados Unidos''... En Cuba, el gobierno dice que no es una cuestión política; pero el presidente de la Asamblea Popular --y tercer hombre del gobierno en la isla-- habló en un acto multitudinario donde las consignas ya preparadas incluían el famoso patria o muerte.

En ese acto, el padre de Elián leyó un discurso escrito de antemano. Este pobre hombre me inspira lástima. No hay que olvidar que se volvió a casar y que ahora tiene un bebé. No hay que olvidar la cantidad de esposas y de niños que, en la isla, continúan siendo rehenes de un gobierno que no duda en hundir barcos llenos de criaturas. Decenas de padres cubanos que viven en otros países han pedido una y otra vez que dejen salir a sus hijos.

Pablo Sánchez, de 38 años, residente en Hialeah, no ve a su hijita desde hace cinco años. Lo único que tiene de ella son un puñado de fotos. Funcionarios cubanos le han dicho que no dejarán salir a la pequeña hasta el año 2003. Curiosa actitud para un gobierno que dice estar tan preocupado por la separación entre un padre y su hijo... ``Estos niños son rehenes'', rezaba un cartel enarbolado en una manifestación ocurrida esta semana en Miami, al referirse a cientos de casos similares.

En Estados Unidos, la suerte de Elián se ha convertido en un asunto legal y ético. A la cuestión moral de su inminente repatriación, al hecho de que nadie parece dispuesto a respetar el deseo más sagrado de un ser humano --la última voluntad de una madre--, se suma ahora la impresión de que pueden utilizarse los argumentos legales más absurdos para devolverlo al sitio del cual huyeran madre e hijo, en una acción suicida que le costó la vida a la mujer.

Estados Unidos --y otros países-- llevan años condenando al gobierno cubano por su política de violar los derechos humanos, entre ellos, la libertad de expresión. Pero esa postura ha adquirido de pronto una connotación casi esquizoide ante la actitud del Servicio de Inmigración norteamericano. El conocimiento de que en Cuba la gente es coercida a decir lo que no cree o a callar lo que piensa no pareció ser obstáculo para la conclusión a la que llegaron los funcionarios federales tras su visita a la isla.

En un país donde la gente teme hablar y usa claves para comunicarse por teléfono (cuando aún vivía allí y mis amigos me llamaban para decirme ``necesito que me prestes la Poesía completa de Rilke'', eso quería decir que encendiera Radio Martí porque estaban dando una noticia importante); en un país donde todas las embajadas y hogares de funcionarios extranjeros --amigos o enemigos-- tienen cámaras y micrófonos ocultos hasta en los baños, los funcionarios de Inmigración celebraron dos entrevistas con el padre de Elián González. La segunda de ellas, según le oí decir a una desinformada señora en un debate por televisión, en el ambiente ``seguro'' de una embajada extranjera. (Con todo respeto, señora, en Cuba todos sabemos que la palabra ``seguro'' sólo significa Seguridad del Estado). Y cuando ese padre les mostró algunas fotos y comprobantes médicos, y ratificó que quería que le devolvieran a su hijo, los funcionarios norteamericanos de Inmigración decidieron que ésa era la ``prueba'' convincente que necesitaban para determinar el futuro del niño.

No sé si la ingenuidad de cierta gente puede llevarla a la estupidez más atroz o si, como algunos sospechan, existe una componenda secreta derivada de algún chantaje político. Cuando alguien controla la salida de millones de personas hacia las costas de otro país, el tráfico de drogas en una región, las guerrillas y los focos terroristas de un continente, todo es posible. Pero sea cual sea la verdad tras una decisión tomada de manera tan desafortunada, lo cierto es que el mayor afectado va a ser ese niño, al que muy pronto escucharán decir --si es devuelto a la isla-- que en Miami lo maltrataron, que no lo dejaban hablar, que lo amenazaron, que alguien abusó de él, o cualquier otra aberración que se les ocurra sembrar en su inocente cerebro. Ya el propio gobierno cubano ha dicho que allí lo esperan numerosos psiquiatras y psicólogos que se encargarán de su reajuste, apenas regrese.

Como me decía hace poco un amigo, cuando comentábamos el fallo de Inmigración: ``Ese pobre niño nunca volverá ser niño''.

Que Dios se apiade de él.

Escritora y periodista cubana exiliada, fue galardonada con el premio Azorín de Literatura, en 1998, por su novela `El hombre, la hembra y el hambre'.

© El Nuevo Herald

Copyright 2000 El Nuevo Herald

[ TITULARES ] [ CENTRO ]

SECCIONES

NOTICIAS
...Prensa Independiente
...Prensa Internacional
...Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
...Inglés
...Alemán
...Francés

INDEPENDIENTES
...Cooperativas Agrícolas
...Movimiento Sindical
...Bibliotecas
...MCL
...Ayuno

DEL LECTOR
...Cartas
...Debate
...Opinión

BUSQUEDAS
...Archivos
...Búsquedas
...Documentos
...Enlaces

CULTURA
...Artes Plásticas
...Fotos de Cuba
...Anillas de Tabaco

CUBANET
...Semanario
...Quiénes Somos
...Informe 1998
...Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887