NUEVA YORK. Alfonso Armada. ABC, viernes 07 de enero de 2000
La Casa Blanca ha optado por dejar el caso de Elián en manos de funcionarios de segundo nivel dentro de su política de mejora de relaciones con Cuba. Mientras, furiosos exiliados cubanos provocaron gigantescos atascos de tráfico en Miami para protestar contra la decisión
de devolver al niño a su padre. Y preguntado Elián sobre dónde quería vivir, dijo: «A veces en Miami, a veces en Cuba».
«Comparto por completo la decisión de que el padre tiene la legitimidad y todo el derecho a hablar en nombre de su hijo en cuestiones de inmigración», declaró ayer la fiscal general de Estados Unidos, Janet Reno, en quien los abogados de la familia de Elián
en Miami esperaban encontrar el eco que no hallaron en el Servicio de Inmigración y Naturalización, que ha fijado el 14 de enero como fecha en que el niño debe ser devuelto a Cuba.
DERECHO A RECURRIR
Expertos legales indicaron ayer que Lázaro González, el tío abuelo de Elián que acogió al muchacho después de que fuera rescatado del mar junto a otros dos supervivientes de la trágica travesía, tiene todo el derecho a apelar ante un
tribunal la decisión del Servicio de Inmigración, pero lo más probable es que la corte se manifieste incompetente. Bajo la legislación estadounidense, un niño no tiene capacidad legal para presentar una demanda o ser demandado en su nombre, una potestad que
retienen los padres. Tal y como estableció el Servicio de Inmigración, el padre de Elián, Juan Miguel González, divorciado de su madre, no sólo ha manifestado el deseo de que le sea devuelto su hijo sino que ha demostrado con fotografías y documentos médicos
y escolares que ha mantenido un estrecho contacto con el niño.
Para los exiliados cubanos, el caso de Elián se ha convertido en una agria disputa política entre el comunismo que impera en la isla y la libertad que encontraron en Florida. A la hoguera se han sumado los candidatos electorales a la designación en la carrera presidencial
por el partido republicano. Mientras que George W. Bush declaró que las autoridades de inmigración han cometido un error y que el padre de Elián debería viajar a Florida para «saborear la libertad que se disfruta en Estados Unidos y así podría decidir
lo mejor para su hijo», el senador John McCain repitió su punto de vista de que era una equivocación devolver al chiquillo a Cuba porque su madre había muerto mientras intentaba llevarle consigo a la libertad. Los dos candidatos a la designación por el partido demócrata,
Bill Bradley y el vicepresidente Al Gore, han manifestado que no querían entrometerse en la decisión de Inmigración.
ARMA ARROJADIZA
El diario «The New York Times» calificó ayer en un editorial de «razonable» la decisión de devolver a Elián González a Cuba y criticó a los militantes anticastristas que acusan al líder cubano de servirse del niño como un «trofeo»
por haber hecho del pequeño balsero un arma arrojadiza en una batalla diplomática que podría perjudicarle durante años.
DISCUSIONES AL MÁS ALTO NIVEL
El diario aseguraba que importantes funcionarios del Gobierno estadounidense sabían que, aunque se había optado por dejar el caso en manos del Servicio de Inmigración para que hiciera un dictamen estrictamente legal, el asunto de Elián González había
sido discutido al más alto nivel por las implicaciones que podría tener para las difíciles relaciones entre Washington y La Habana.
El presidente Bill Clinton recordó el miércoles que desde un principio dijo que haría todo lo posible por mantener el asunto al margen de la política y que su Gobierno no había interferido en la decisión de las autoridades de inmigración que
dictaminaron que el niño pertenecía a su padre.
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