Por Francisco Ramírez Cárdenas. Corresponsal
La Habana, 6 Ene (NTX).- Más de cuatro años después de haber sido estigmatizada por sus "deficiencias, irregularidades e indisciplinas", la frágil industria alimentaria cubana da señales de reanimación para el 2000, según indicaron
fuentes oficiales.
Alejandro Roca, ministro de la Industria Alimenticia (Minal), aseguró esta semana que en 1999 se rebasó en un 13.6 por ciento la producción lograda una década atrás, en 1989, cuando se alcanzó el mayor volumen histórico en este sector.
En 1989, año que marcó el inicio del colapso definitivo de los aliados comunistas de Cuba, la producción alimentaria alcanzó un valor de mil 475 millones de pesos -igual suma en dólares al cambio oficial-, de acuerdo con estadísticas suministradas por
Roca.
El funcionario indicó que en el año recién finalizado el cómputo fue de mil 676 millones de pesos, resultado que será en adelante el punto de referencia del ministerio para su producción.
Sin embargo, reconoció que hay líneas en que no se logran los niveles de los mejores años de la década anterior, como es el caso de la cerveza, cuya producción en 1999 fue de 25 millones de cajas, contra 40 millones de entonces.
Entre otros avances, el ministro destacó la elaboración de 106 mil toneladas de yogurt, de ellas más de 80 mil a partir de la soya y el resto del confeccionado mediante leche.
Dijo que los "positivos resultados" se deben a la producción para el turismo y las tiendas de recaudación de divisas que superaron los 200 millones de dólares, y las exportaciones -valoradas en unos 30 millones- duplicaron las que se hacían en la década
anterior.
El funcionario se abstuvo de precisar a cuanto ascendieron las ventas en el mercado estatal de pesos cubanos, el de mayor interés para la población que depende de salarios promedio de 223 pesos cubanos (poco más de 10 dólares al cambio informal).
El reporte oficial sobre la reanimación de la industria alimentaria, básicamente en la destinada a la venta en moneda dura, constrastó con la situación que exhibía esa rama a mediados de 1995.
En julio de ese año, el vicepresidente cubano Carlos Lage criticó las "deficiencias, irregularidades e indisciplinas" que se acumulaban en la economía del país, pese a la recuperación que, según dijo, se observaba en algunas ramas.
"Es aún insuficiente el ritmo en que se eleva la eficiencia, no tienen la magnitud necesaria la reducción de costos, consumo energético y pérdidas", agregó el alto funcionario, según una versión divulgada por el diario oficial Granma.
Lage, promotor de las reformas con mecanismos de mercado a la economía de la isla, habló al concluir una supervisión gubernamental al Minal donde se formularon severas críticas a directores de empresas.
El control a ese ministerio se realizo del 19 al 24 de junio de 1995 y abarcó en seis reuniones a 86 empresas productivas, la corporación Cuba Ron, dos empresas comercalizadoras, 12 asociaciones económicas y 277 almacenes.
Según Granma, Lage consideró inadmisible que la leche que se distribuye racionada a niños y enfermos "aún tenga agua" o que hubiera altas mermas del producto, así como elevados sobreconsumos de energía eléctrica.
Fuentes oficiales revelaron entonces que la producción de la industria alimentaria presentó una caída del 42 por ciento de su valor entre 1989 y 1994, tras la desaparición de la antigua Unión Soviética y el bloque socialista europeo oriental.
También para 1995 se habían reducido en un 74 por ciento las entregas de materias primas agropecuarias y disminuido un 34 por ciento las importaciones de materias primas y materiales directos para elaborarlas, agregaron las fuentes.
En la reunión, la dirección del ministerio reconoció la mediocridad del pan que se vende a la población (situación que ha tenido poca variación) y los deficientes envases de los productos cubanos llevados al mercado estatal de artículos
racionados.
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