CARDENAS, Cuba, 18 (AP) - El gobierno de Cuba mantiene que la madre de Elián González emprendió su fatídica travesía hacia Estados Unidos bajo la presión de un violento amante con una larga hoja criminal.
Pero entrevistas con aquellos que conocieron a la pareja en esta su provincia natal de Cárdenas -- hogar de Elián, su madre y el novio, Lázaro Munero -- revelan que el retrato oficial del hombre puede ser una exageración.
``Yo no lo catalogaría como un criminal'', dice Seida García, ex profesora de una pequeña escuela en el pueblo de Jaguey Grande, donde Munero fue transferido tras ser sancionado por indisciplina en otra escuela cercana.
Lo que surge de las conversaciones, es más bien una historia de amor entre una joven y trabajadora mujer que se mantenía en los mejores términos con el Partido Comunista, y un inquieto muchacho, a quien le gustaba burlar el sistema.
Munero y la madre de Elián --Elisabeth Brotons, de 30 años-- murieron junto con otras nueve personas cuando naufragó en aguas del Atlántico el bote en el que intentaban llegar a Estados Unidos. Sujetándose a la goma de una llanta, Elián logró
sobrevivir dos días solo hasta que fue rescatado el 25 de noviembre.
El pequeño vive ahora en Miami con su tío abuelo paterno, Lázaro González, quien encabeza la lucha por obtener la custodia del niño y mantenerlo en Estados Unidos, asegurando que su madre murió tratando de llevar a Elián hacia la libertad.
El gobierno de Cuba ha convertido el caso en una cruzada nacional, exigiendo que el niño sea regresado los brazos de su padre, Juan Manuel González, en Cuba, e insistiendo que Brotons emprendió su travesía bajo ``amenazas y violencia'' de Munero, de 24 años.
Aparentemente la madre de Elián no le comentó a nadie sus planes de dejar Cuba, pero algunos de sus amigos en Cárdenas dicen creer que Brotons no salió de la isla ni en busca de la libertad ni por amenazas.
Solo quería estar con Munero, aseguran.
``Yo puedo decir que hizo lo que hizo, por amor'', afirma Lisbeth García, de 28 años, quien trabajó junto la madre de Elián como camarera en un hotel.
Entender la historia de Lázaro y Elisabeth es entender la vida en Cárdenas, donde el Partido Comunista controla la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana, mucha gente aun se moviliza en caballos y es común conseguir algunos dólares extras con actividades
prohibidas.
Cerca a la entrada de Cárdenas un gran pancarta reza: 'Elián, tu ciudad te espera'.
Mucho de lo que el gobierno afirma sobre Munero es verdad: que alguna vez penetró a una habitación de un hotel turístico, que fue expulsado de un liceo al lanzar unas latas llenas de material fecal a un patio, y que ilegalmente utilizaba su auto como taxi y vendía
cerveza en el mercado negro.
Pero también es cierto que el gobierno de Cuba -- que despliega una vasta e intensa vigilancia -- buscó hasta debajo de la última piedra de la vida de Munero, y, sin mayores sorpresas, consiguió lo que quería.
Las autoridades de inmigración de Estados Unidos han afirmado que sospechan que Munero logró hacer algún dinero enviando balseros fuera de la isla y que de hecho, cobró a algunos de los pasajeros del fatídico viaje.
Aunque los dos adultos que sobrevivieron junto a Elián han asegurado que pagaron 1.000 dólares a Munero por el viaje, aun es incierto si el hombre realmente se ganaba la vida como un 'contrabandista' de personas.
La semana pasada el oficial diario Granma publicó un extenso artículo describiendo la lista de Munero como llena de ``multas, sentencias por robos con violencia, riñas, hurtos, estafas, delitos de receptación y comercialización de mercancías robadas,
actos ilícitos de todo tipo, hábitos de alcoholismo y otras actividades''.
Varios de los amigos de la madre de Elián en Cárdenas afirmaron haber escuchado en noticieros locales, tras el fatal naufragio, versiones sobre la violenta personalidad de Munero. Pero personalmente ellos no le vieron maltratar a Brotons.
En cambio, algunos sí observaron que trataba bien al niño y a la mujer.
``Con el niño siempre presencié que era muy bueno. Todos los días esperaba que Elisa subiera la guagua (el bus) y despues Lázaro llevaba al niño para la escuela'', añade García, que trabajaba como camarera junto con Elisabeth.
``Para mí era buena gente'', agrega Clemente Robaina, de 67 años, cuya hija está casada con el hermano de Brotons, Pedro.
Otros conocidos de la pareja se hacen eco de la versión oficial, calificando a Munero como 'el guapo' del barrio y hasta un hampón. Pocos están dispuestos a hablar bien de Munero, sabiendo que así estarían contradiciendo la posición del gobierno.
Incluso un hombre, que los vecinos describen como el mejor amigo de Munero, rehusó a que su nombre fuera revelado, o hasta hablar del caso, asegurando que con ello se podía meter en problemas.
Uno de los ex vecinos de Elián afirma que no es justo lo que se dice de Munero.
``Los muertos no hablan ¿Quién lo va a defender ahora?'', asegura. Ella tampoco quiso dar su nombre por temor a posibles consecuencias.
El diario Granma afirmó que Munero, a los 18 años en 1993, fue condenado por penetrar a la habitación de un hotel turístico cerca de la meca de los balnearios cubanos, Varadero, y robar a un turista alemán.
Pero Héctor Reyes, el jefe de seguridad del hotel, minimizó la importancia del incidente.
``Hay una larga lista de hechos así, en ese entonces, porque no hubo seguridad o una cerca en el hotel,'' asegura Reyes, agregando que para él era mas por provocar que por robar.
García, quien era la maestra de la escuela, confirma que Munero había estado en problemas por lanzar las latas llenas de excremento y herir ligeramente a un compañero con un punzón durante una riña.
Lo describe como un amante de la diversión, quien gustaba de bailar, pero fue siempre ``muy conflictivo''. Sin embargo, también asegura que no era el peor de sus estudiantes, ni siquiera uno de los peores.
Munero, dijo la mujer, "siempre quería ser el eje de todo''.
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