LA HABANA, 12 (AP) - Aunque son pocos los cubanos que no creen que Elián González debe ser devuelto a su padre en Cuba, algunos admiten estar un poco cansados del tema del niño de seis años llevado a Estados Unidos, e incluso reconocen que el presidente Fidel Castro
está manipulando el asunto con fines políticos.
``Es lo mismo todo el tiempo y eso cansa'', dijo un estudiante de música de 19 años que se identificó sólo como Carlos al ser entrevistado en una plaza en La Habana Vieja. Cuando vio a un policía mirándolo, pidió terminar la entrevista.
Aunque aquí no se realizan encuestas, no cabe duda que la mayoría de los cubanos opina que Elián, ahora al cuidado de un tío abuelo en Miami, debe ser devuelto a su padre.
Entrevistados en bares y restaurantes, en calles, esquinas y mercados de alimentos, muchos cubanos opinaron que si no se devuelve a Elián se estaría desgarrando a una familia e impidiendo a un padre estar con el hijo al que ama.
``Esto no es un problema de política. Es un problema de humanismo'', dijo Maryanis Romero, una contadora de 25 años.
Pero también es evidente que se ha generado cierta fatiga con el tema. El gobierno comunista ha hecho del caso una gran cruzada nacional, llenando las ondas radiales con noticias sobre el ``secuestro'' del niño y las paredes de las principales ciudades con carteles que rezan
``Salvemos a Elián''.
Casi todas las noches, el mismo Castro se une al padre y los abuelos de Elián en manifestaciones bien organizadas, con coros y bailes y apasionados discursos de loas a la revolución comunista de Cuba.
El niño fue rescatado del mar el 25 de noviembre, flotando aferrado a la cámara de un neumático, después que se hundió la embarcación en que lo llevaba su madre y otros 10 refugiados cubanos, que murieron.
Sus familiares residentes en Estados Unidos sostienen que el niño no debe ser devuelto a Cuba, porque su madre murió tratando de llevarlo a la libertad. Cuba dice que su retención en Estados Unidos es una violación al derecho internacional.
Una mujer llamada Carmen dijo en el barrio chino de La Habana que creía que Castro está capitalizando el caso para avivar el fervor revolucionario y desviar la atención de los problemas económicos del país.
Su esposo Jorge habló de un rumor que circula por La Habana de que un locutor de televisión fue despedido porque dijo, sin darse cuenta de que estaba en el aire, que estaba harto de leer noticias de Elián. ``Sólo dijo lo que muchos de nosotros pensamos'', añadió
Jorge.
Fuentes de la televisión estatal negaron que hubiera ocurrido el incidente.
Otro hombre, frente a un mercado de alimentos, dijo que se pone a ver algo en cassette de video cada vez que transmiten alguna noticia sobre Elián.
Otro dijo que creía que los padres y abuelos de Elián reciben favores económicos del gobierno y que esos favores desaparecerán tan pronto regrese el niño.
Y otro, un artista de 24 años que se identificó sólo como Alexander, dijo que no entendía por qué el padre de Elián, Juan Miguel González, no ha viajado a Miami a recoger a su hijo.
``Yo busco a mi hijo en las entrañas de la Tierra'', comentó.
Keyner, un amigo de Alexander, le discutió, afirmando que si secuestraron al niño, pueden secuestrar al padre también.
Otro amigo, Eugenio, dijo que el gobierno no debe calificar a la situación como un ``secuestro''.
``Al niño no lo secuestraron, al niño lo rescataron'', dijo Eugenio, afirmando que conoce la experiencia de tratar de llegar a la Florida en balsa, pues lo hizo, sin éxito, en 1979.
A pesar de las muestras de escepticismo, muchos cubanos siguen profundamente conmovidos por la suerte de Elián y consideran que su permanencia en Estados Unidos es una afrenta a su orgullo nacional.
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