CUBANET... INTERNACIONAL

Diciembre 18, 2000



Petróleo por información

Un centenar de rusos vigila a EE UU desde un centro de espionaje en Cuba que Moscú paga con gasolina

M. Vicent / J. J. Aznárez , La Habana. Sábado 16 diciembre 2000 - Nº 1688.El País

La desaparición de la Unión Soviética acabó con la mayor parte de los vínculos económicos y políticos bilaterales, pero no logró socavar uno de los pilares importantes sobre los que descansó la alianza entre Moscú y La Habana durante tres décadas: la utilización del territorio cubano para espiar a Estados Unidos.

Para los dirigentes soviéticos las relaciones con Cuba siempre tuvieron un alto valor estratégico. La primera demostración fue la crisis de los misiles, que puso al mundo al borde de la guerra atómica pero permitió a Moscú acabar con el desequilibrio en el arsenal de armas nucleares, que entonces favorecía a Estados Unidos.

Con la guerra fría en pleno apogeo, a finales de los años setenta, la URSS estableció en la isla uno de los mayores centros de espionaje electrónico en el hemisferio occidental: la base de telecomunicaciones de Lourdes. Desde este centro, Moscú controló —y sigue controlando— no sólo lo que pasaba dentro de Estados Unidos, sino lo que ocurría en todo el hemisferio, incluyendo los movimientos de barcos y aviones en casi toda el área.

Cuando hace una década la URSS se desintegró, Moscú se llevó la brigada de 2.800 soldados que mantenía destacada en la isla desde la época de la crisis de octubre, pero no desactivó la base de Lourdes. Según fuentes estadounidenses, la instalación, situada a las afueras de La Habana, es manejada por técnicos y militares rusos —cuya cifra se aproxima al centenar— y Rusia paga por su uso anualmente 200 millones de dólares (unos 37.000 millones de pesetas) de arrendamiento al Ejército cubano.

Al parecer, una buena parte de este alquiler se abona con suministros de petróleo, que nunca han dejado de llegar a la isla puntualmente —incluso en la época en que los intercambios comerciales entre ambas naciones se redujeron prácticamente a cero—.

La base de Lourdes —un gran campo de antenas y parábolas que nace en medio de la vegetación tropical— ha sido manzana de la discordia entre el Kremlin y el Gobierno de Estados Unidos. En varias ocasiones el Congreso estadounidense ha tratado de condicionar la concesión de ayudas a Moscú argumentando que parte de este dinero sería empleado para pagar a Cuba su colaboración en el espionaje a EE UU. Sin embargo, las autoridades rusas tienen una visión muy diferente del asunto y no están dispuestas a hacer ninguna concesión a EE UU en este terreno.

El embajador de Rusia en La Habana, Andrei Dimitriev, considera que Lourdes tiene una gran importancia no sólo para su país, sino "en la esfera estratégica internacional". Gracias a ella, afirma, Rusia "tiene un medio para observar el cumplimiento por parte de EE UU de los acuerdos de limitación y reducción de armamentos estratégicos". Sirve, además, "como medio de comunicación" de las representaciones rusas en América Latina "y para funciones de navegación", y por si fuera poco —argumenta Dimitriev— "Estados Unidos tiene varios centros similares en las fronteras de Rusia".

Vladímir Putin, que antes de ser presidente trabajó en el KGB, dejó bien claro durante su visita a Cuba la importancia que concedía a las labores que se realizan en la base de Lourdes: en su programa oficial, de poco más de 24 horas, incluyó una visita a este centro de espionaje nacido durante los tiempos duros de la guerra fría.

La visita de Putin a Cuba concluye sin acuerdo sobre la central nuclear

M. V. / J. J. A. , La Habana

La estación de espionaje de Lourdes seguirá funcionando como hasta ahora: suministrando información sobre Estados Unidos a los militares rusos y al Gobierno cubano "de acuerdo con las normas internacionales", confirmó ayer el presidente ruso, Vladímir Putin.

Cuba y Rusia acordaron seguir operando conjuntamente ese centro de información, "y después ya se verá". Putin, por otra parte, expresó su confianza en que con George W. Bush, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia continúen por buen camino: "Todo depende de la política que aplique".

La visita de Putin terminará mañana sin haber resultados concretos sobre dos temas fundamentales de la agenda bilateral: la central nuclear de Juraguá, a medio construir, y la cuantía y formas de pago de la deuda contraída por La Habana con la desaparecida Unión Soviética. "Son miles de millones [de dólares], aunque el montante no está resuelto todavía por los expertos", dijo Putin en conferencia de prensa. Las condiciones de pago serán cómodas, precisó el gobernante ruso, quien en ningún momento habló de condonar la deuda.

Respecto a la central de Juraguá, rechazada por Washington, Putin dijo que habrá que decidirse entre seguir desembolsando dinero para mantener la seguridad de las instalaciones o modernizarlas. Reconoció, no obstante, que "Cuba no está mostrando interés en seguir construyendo esa obra".

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid

[ TITULARES ] [ CENTRO ]

In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Busque en Noticias de Diciembre

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
...Prensa Independiente
...Prensa Internacional
...Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
...Inglés
...Alemán
...Francés

INDEPENDIENTES
...Cooperativas Agrícolas
...Movimiento Sindical
...Bibliotecas
...MCL
...Ayuno

DEL LECTOR
...Cartas
...Debate
...Opinión

BUSQUEDAS
...Archivos
...Búsquedas
...Documentos
...Enlaces

CULTURA
...Artes Plásticas
...Fotos de Cuba
...Anillas de Tabaco

CUBANET
...Semanario
...Quiénes Somos
...Informe 1998
...Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887