Julio Algañaraz. Roma. Corresponsal. Clarín digital. Jueves 13 de abril de 2000
El caso Elián González ha complicado aún más las tensas relaciones entre la Santa Sede y Cuba, que según los observadores se encuentran en el punto más bajo desde la histórica visita del Papa a Cuba, en enero de 1998. Un síntoma de esta
crisis fue el anuncio, por parte de la Iglesia cubana, de que las autoridades habían comunicado que este año "no habrá procesiones especiales de Semana Santa".
La Oficina de Asuntos Religiosos del gobierno replicó, horas después, que "están autorizadas las procesiones en La Habana, Cienfuegos, Camagüey y otros lugares que solicitaron permiso ordinario para las celebraciones públicas en calles y plazas".
Estos equívocos revelan el pesado clima que se vive entre la Iglesia y el régimen castrista, que repercuten negativamente sobre las relaciones entre el gobierno cubano y el Vaticano.
El caso del niño balsero, según fuentes diplomáticas, ha servido como revulsivo para agravar las tensiones. El propio Fidel Castro, en una de las reuniones multitudinarias que presidió continuamente desde que comenzó el conflicto por el niño balsero,
dijo que tenía referencias de una "falta de interés" por parte de la Santa Sede, que no asumió públicamente la defensa de los derechos de patria potestad del padre de Elián. Esta defensa había sido concretamente solicitada por el canciller cubano,
Felipe Pérez Roque, cuando se reunió el 17 de enero con el canciller vaticano, monseñor Jean-Louis Tauran. En la información posterior del encuentro, suministrada por el vocero pontificio Joaquín Navarro Vallas, se aludió al "enfoque común"
en algunos problemas internacionales, pero no se dijo una palabra sobre Elián González.
La situación se puso al rojo vivo después que la agencia oficiosa Fides, que muchas veces funciona como "mano izquierda" de las informaciones más delicadas que el Vaticano no quiere asumir oficialmente, publicó la semana pasada una información
titulada "Detrás de la máscara de Elián, una mayor represión". decía: "Mientras el mundo se conmueve por la suerte de Elián González, el Líder máximo Fidel Castro, imperturbable detrás del escenario, está
conduciendo una campaña contra la Iglesia y contra todos los activistas por los derechos humanos." Fides lanza una serie de ataques basándose en "fuentes de la capital cubana". Sostiene que el régimen castrista ocultó durante diez días que el
cardenal arzobispo de La Habana, Jaime Lucas Ortega, afirmó públicamente que Elián debe reunirse con su padre, posición compartida por la Conferencia Episcopal cubana.
Clarín encontró ayer, navegando en Internet, un reportaje en audio que difundió una agencia de la disidencia cubana, en la que el presidente de los periodistas cubanos, Tubal Páez, hablando en una mesa redonda que presidía el propio Fidel Castro, atacó
el despacho de Fides como tributario de la "propaganda de extrema derecha de la mafia de Miami". Páez contó también que el embajador cubano ante la Santa Sede protestó personalmente ante el sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor
Giovanbattista Ré.
Según Páez, monseñor Ré le dijo al diplomático que la Santa Sede estaba haciendo gestiones en favor de la entrega de Elián González a su padre, pero que era mejor no hacer públicos estos movimientos diplomáticos para no restarles
eficacia.
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