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LA HABANA, Cuba.- Al cien por ciento, trescientos sesenta y cinco días al año. Así describe el auge del turismo en Viñales la arrendadora Hilda María, que comenzó a rentar dos habitaciones a extranjeros hace 19 años, y hoy ya cuenta con cuatro, además un bar cafetería dentro de su casa.
En la década de 1990, el Valle de Viñales, ubicado en la provincia de Pinar del Río y declarado en 1979 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, creció como destino turístico de importancia en la Isla.
A pesar de ello, sus tres hoteles (La Ermita, Los Jazmines y Rancho San Vicente), junto a varias casas de alquiler, eran suficientes para cubrir la afluencia de visitantes extranjeros y nacionales durante la temporada alta turismo en la isla.
En los últimos cinco años, con un marcado incremento a partir del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en el 2014, la iniciativa privada se desarrolló de forma acelerada hacia el boom del turismo extranjero en el Valle, y se convirtió en el principal renglón económico de los pobladores del denominado municipio especial Viñales.
La parálisis estatal
Tres hoteles, con un total de 185 habitaciones, conforman el fondo habitacional del Estado para el turismo en Viñales, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI).
La insuficiente disponibilidad generó la aprobación de proyectos para elevar las capacidades hoteleras en la región, un esfuerzo tardío por alcanzar el nivel de desarrollo del sector privado.
Pero si bien el Estado dispone de mayores recursos para incentivar la actividad constructiva, desde el 2009 la ONEI no registra crecimiento alguno en la capacidad hotelera en la región.
En 2011 se comenzó la edificación del hostal Central Viñales, de entre 8 y 10 habitaciones, en el centro urbano; pero hasta la fecha no ha rebasado los cimientos.
El director del hotel La Ermita, Osniel Benítez García, explicó a CubaNet una serie de acciones planificadas por el Grupo Cubanacán para impulsar el crecimiento de la gestión estatal.
En los terrenos aledaños al hotel, señaló, “se está proponiendo construir veinte cabañas de madera (…) Se pretende hacer un spa, vinculado a Rancho San Vicente, con las aguas medicinales que tienen el Rancho y Los Jazmines”. Agregó que existe otro proyecto de mini spa, con el objetivo de atraer el turismo de salud.
Según Benítez existen otros proyectos, como el de las seis habitaciones que se pretenden rehabilitar en una casa colonial próxima al hotel, que hasta hace poco era una escuela y se pretende transformar en hostal.
El plan de inversión más significativo corre a cargo de una agencia china que mostró interés en remodelar una escuela ubicada en la localidad de Valle Ancón. El proyecto que estará a cargo de una empresa mixta tiene la intención de crear un hotel cuatro estrellas de 200 habitaciones.
Sin embargo, las acciones para el futuro, diseñadas para aumentar la capacidad en poco más de 500 habitaciones, no resuelven el contexto actual que enfrentan los arrendadores privados, quienes en tres años duplicaron la aspirada cifra estatal.
El desabastecimiento del sector privado
En el 2005, Viñales contaba con 261 casas de renta para turistas. En la actualidad hay un total de 774 trabajadores por cuenta propia, de los cuales un poco más de 700 pertenecen a la modalidad de arrendamiento de casas, sumando alrededor de 1300 habitaciones.
El crecimiento de la demanda de habitaciones en las casas por los turistas extranjeros que visitan el Valle de Viñales, es resultado de la eficiencia con que los arrendadores particulares a las exigencias del turismo mayormente europeo que viene aquí.
Pero la voluntad de los viñaleros se frustra cuando hay que esperar por el Estado.
La arrendadora Ana Deisy Amador declaró a CubaNet que los principales problemas que enfrenta el segmento no estatal son el desabastecimiento en el mercado minorista, y el encarecimiento y escasez de materiales de construcción.
El pollo, la leche, la mantequilla el papel higiénico y la cerveza figuran entre los productos que suelen faltar. Los cuentapropistas entrevistados cuentan que para adquirirlos deben viajar los 25 kilómetros de camino hasta la ciudad de Pinar del Río, o los 178 que los separan de La Habana.
Viene entonces la especulación entre los mismos cuentapropistas, que dejan al margen al resto de la población.
Aquilino Sojo, un residente del lugar, dijo a CubaNet: “Puede haber pollo durante dos días pero después se pierde, hay una ‘contracción’ que dura días (…) ¿Entonces a qué lleva eso? Al acaparamiento, y como es liberado (venta no racionada) no puedes decir nada, aunque a veces lo limitan”.
Otra situación que afecta al sector privado es el servicio de agua potable. El arrendador Delfín Naite comenta que dos o tres veces al mes “se rompe la bomba por varios días”.
Según confeso a este diario una fuente oficial de la localidad, negado a identificarse por temor a represalias, los problemas del agua en Viñales son “técnicos”: “No es suministro o la existencia del agua en el municipio, sino que se trata de desperfectos, envejecimiento de las tuberías”.
¿Y Viñales qué?
Más del 76% de los viñaleros residen en la zona urbana, donde la población flotante se ha multiplicado en los últimos años debido a la afluencia turística.
Los meses que habitualmente eran considerados como de “baja turística” –de junio a septiembre– son ahora los de mayor afluencia. Al igual que el lapso diciembre-febrero, catalogado por las autoridades del turismo como “extrema alta”, que ha dejado en Viñales con turistas durmiendo en las calles.
Sin embargo, el desarrollo infraestructural del Estado se expresa en los servicios para extranjeros con la apertura de tres agencias de renta de autos y una Casa de Cambio para conversión monetaria.
Los comercios minoristas para la población se limitan a dos tiendas –una de ropa y otra de alimentos– y dos puntos de venta móviles (contenedores). El Mogote, la tercera tienda de ropas del poblado, fue destinada a la venta de habanos y ron para el turismo.
¿Dónde están los beneficios resultados de la generación de ingresos y utilidades que el municipio aporta a la provincia? Hasta el momento no se aprecian planes que favorezcan el crecimiento de la infraestructura del municipio especial. Los dilatados proyectos del Ministerio del Turismo que lucran en la zona con categoría de Paisaje Natural de la Humanidad no contemplan planes para los viñaleros, quienes no perciben las mejoras económicas que deben llegar a Viñales con el boom turístico.