LA HABANA, Cuba.- Poco antes de morir en su exilio puertorriqueño, el destacado ensayista cubano Jorge Mañach se refirió a una doble traición cometida por Fidel Castro al establecer una república marxista –leninista en Cuba. La primera traición habría sido ignorar el espíritu de las luchas heroicas por nuestra independencia, acometidas al calor del sentimiento democrático de nuestros padres fundadores. Y la segunda el darle la espalda a los convenios que Castro firmó con otros grupos que se oponían al gobierno de Fulgencio Batista.
Precisamente, uno de esos convenios firmados por Fidel Castro fue la denominada Carta de México, el 28 de agosto de 1956. Se trató de un pacto entre el Movimiento 26 de Julio y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), esta última representada en la persona de su presidente José Antonio Echeverría.
Ambas organizaciones se inclinaban por la vía insurreccional para derrocar a Batista, en oposición a otros intentos que pretendían estabilizar la situación de la República por métodos pacíficos.
Uno de los párrafos de la Carta de México establecía que “La Revolución debía nacer libre de ataduras y compromisos, para llevar a cabo un programa de justicia social, de libertad y democracia”.
Unos meses después de la firma de la Carta, ya la Federación Estudiantil Universitaria comenzaba a cumplir su misión. El 13 de marzo de 1957 se produjo el ataque al Palacio Presidencial con el objetivo de eliminar físicamente a Batista. Mientras tanto, José Antonio Echeverría ocupaba la emisora Radio Reloj con vistas a dar a conocer al pueblo la hipotética muerte del mandatario. Como sabemos, la acción fracasó y José Antonio cayó en combate contra fuerzas policiales.
Fidel Castro, por su parte, aglutinó a un grupo de hombres en tierras mexicanas y desembarcó en Cuba para iniciar una lucha armada contra el ejército batistiano. Contrario a lo sucedido con la acción estudiantil, la opción castrista sí tuvo éxito, y el Movimiento 26 de Julio se apoderó del poder en la isla el 1ro de enero de 1959.
Entonces Castro se olvidó por completo de lo que había acordado con la FEU en la Carta de México. Estableció un régimen en el que la libertad y la democracia brillaban por su ausencia. Y lo peor del caso es que no se cansó de decir que siempre, desde sus tiempos de estudiante, simpatizó con las ideas de Marx, Engels y Lenin.
Cada 13 de marzo, en una muestra de hipocresía política, el castrismo ofrece la grabación de las palabras de José Antonio Echeverría durante la toma de Radio Reloj. Siempre ha llamado la atención la manera en que el líder estudiantil calificaba al gobierno de Batista como “un régimen de oprobio”. Y si ese era el calificativo que reservaba para un gobierno que solo llevaba cinco años en el poder, y que ya daba pasos para ir normalizando la situación política en la isla, ¿cuál habría sido su actitud ante un régimen totalitario que se adueñó de Cuba desde hace más de seis décadas?
Indudablemente, de no haber muerto en aquella acción, y haber llegado con vida al 1ro de enero de 1959, José Antonio hubiera tomado las armas contra Castro, o se hubiese consumido en las cárceles castristas.
Por estos días, al cumplirse el aniversario 65 de la firma de la Carta de México, la prensa oficialista se ha hecho eco de la efeméride. El periódico Juventud Rebelde, en el artículo “Leyendo hoy la Carta de México” se refiere a la unidad que reinó entre las dos organizaciones, que posibilitó la firma del documento
Sin embargo, ni una letra acerca de la traición de Fidel Castro a lo acordado allí con la representación estudiantil de la isla.
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