LA HABANA, Cuba.- Con Eliécer Ávila Cicilia, político y opositor cubano, líder del movimiento Somos Más y YouTuber, conversó CubaNet mediante una transmisión en vivo.
Eliécer, te hiciste un personaje público —y creo que este es un hecho que te va a acompañar durante toda tu vida— en el 2008 a raíz de una polémica que tuviste cuando confrontaste al entonces presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón. Desde entonces hemos visto una evolución en tus ideas, en tus posturas políticas. Hoy, ¿cómo se define Eliecer Ávila, políticamente hablando?
Bueno, con el paso del tiempo y de la experiencia, y de viajar por varios países y también residir ya por casi cuatro años en los Estados Unidos, y entrado en mis 30 años, puedo decir con cierta información y madurez que me defino como una persona afín a las ideas conservadoras, de derecha, no necesariamente de extrema derecha pero sí creo firmemente en el individuo, en los derechos de cada persona de emanciparse por sí misma, creo en la libre empresa, en la libertad plena, económica, política y social; y el rol del Estado considero que debe ser pequeño, eficaz, transparente, definido o circunscrito a algunas áreas. Y eso, por supuesto, me ubica a la derecha del centro, pero igual creo que soy una persona racional. No es que todas las ideas de izquierda estén necesariamente erradas, ni que todas las de derecha sean perfectas; o sea que en cada caso trato de valorar y hacerme un criterio objetivo y racional.
Fundaste Somos Más en el año 2014 y, desde entonces, has sido su presidente. Tengo entendido que, dentro de poco, van a ser las elecciones presidenciales de la organización y que vas a abandonar entonces tu puesto en la misma. ¿Significa esto que abandonarás la política?
No, nada que ver. Somos Más es el primer movimiento de oposición que hizo elecciones generales donde cualquier miembro que cumpliera los requisitos mínimos podía presentarse como presidente. Ya hicimos unas primeras elecciones, incluso con observación de otras organizaciones de la sociedad civil cubana. Recuerdo que Wilfredo Ballín, Cuesta Morúa y varias personas más en aquel momento estaban precisamente con un proyecto de observatorio y pues participaron en esas primeras elecciones donde resulté ganador entre cuatro candidatos que se presentaron en ese momento. Agoté mis cuatro años como presidente formal después de esas elecciones y, efectivamente, el 18 de octubre de este año me corresponde, por la ley que yo mismo escribí y que el movimiento ratificó, dejar de ser el presidente del movimiento. En nuestra ley, dentro de la organización, los ex presidentes forman parte del Consejo Ejecutivo como asesores y mantienen algún tipo de relevancia honorífica, por así decirlo, y están a disposición total de seguir contribuyendo con el movimiento, pero ese poder ejecutivo pasa al nuevo presidente.
¿Cuántos miembros tiene actualmente Somos Más y cuántos de ellos se encuentran dentro de Cuba?
Eso cambia a diario porque también somos el único movimiento donde sus datos son públicos, automáticos y digitales; entonces, si cualquier persona entra a la página erp.somosmascuba.com puede ver la cantidad de miembros desglosados, incluso por países, por provincias. Tengo entendido que hay ciento y tantos dentro de Cuba y cerca de unos 3 000 o algo así fuera de Cuba. Miembros plenos, o sea, porque hay mucha gente que simpatiza con Somos Más, que inicia de alguna manera algún tipo de membresía, pero nosotros le llamamos miembros plenos a las personas que al menos por tres meses han aportado su cuota de responsabilidad al movimiento.
Somos Más en sus Bases se declara como “un movimiento que convoca a todos los cubanos que deseen participar en la aventura hermosa y difícil de ayudar a construir un país moderno, próspero y libre”. ¿Qué hace en términos prácticos Somos Más para construir ese país moderno, próspero y libre? Es decir, ¿cómo se traduce eso en acciones?
En los años en que yo vivía en Cuba prácticamente todas las semanas hacíamos algo. Logramos hacer, por ejemplo, La Academia 1010, donde reuníamos en La Habana, en cada ocasión, por diez días, a diez líderes de toda Cuba, de diferentes provincias, y les dábamos una especie de academia rápida sobre temas que la juventud cubana nunca ha practicado, como democracia, transparencia, civismo, multipartidismo, todo ese tipo de contenido. En Cuba hicimos absolutamente de todo, por eso también fuimos tremendamente reprimidos en lo que es habitual en la oposición: hacer encuentros, conferencias, viajar a diferentes provincias para hacer proselitismo político que es lo que hace un movimiento, tratar de sumar personas por el cambio.
Una vez que yo salí de Cuba —pues básicamente como que la fuerza del movimiento máxima ha estado donde yo estoy, cuando estaba en Cuba, era en Cuba—pues la verdad es que se ha activado muchísimo el movimiento en todos los países. Hoy tenemos clubes de Somos Más en más de treinta países, clubes establecidos, y no ha habido nada que se haya hecho fuera de Cuba que no tenga un marcado protagonismo del movimiento Somos Más, o sea, hemos unido a las comunidades cubanas en muchísimas ciudades, países, hemos hecho manifestaciones frente a embajadas, en plazas públicas, hemos hecho proyectos de cooperación con otras organizaciones como por ejemplo la simultánea de ajedrez donde reunimos 17 500 dólares en una tarde para apoyar al Movimiento San Isidro, y así mismo lo hemos hecho con otras organizaciones, cooperaciones con la UNPACU. Actualmente creo que si lo miramos a nivel global somos el movimiento más activo en la mayoría de los países donde se reúne la comunidad cubana, lo mismo a protestar que a darle apoyo a todo lo que va pasando con los activistas dentro de Cuba.
Entonces, en términos prácticos, nos hemos propuesto unir a la comunidad cubana en el mundo entero, cosa que parcialmente hemos ido logrando; apoyar a todas las demás organizaciones; hemos creado productos tecnológicos increíbles como bajanda.com, un proyecto de Somos Más para que toda la información libre que se genera en el mundo se pueda descargar dentro de Cuba de manera automática; tenemos un programa que es para elecciones dentro de la democracia de la oposición, o sea, que todas las organizaciones lo puedan usar; un muchacho nuestro acaba de sacar otro software para Telegram, que convierte en audio todas las directas de todos los youtubers, y se puede descargar, por ejemplo, una directa de 3 horas en 29 megas en audio, dentro de Cuba.
O sea, nos hemos caracterizado por ser un movimiento que hace un gran proselitismo internacional, pero brinda también un gran soporte tecnológico, seguridad y viabilidad para que el pueblo se informe mucho mejor. Todo eso sin contar mi actividad personal, tengo un programa de 2 a 5 p.m. todos los días donde tratamos de suplir ese espacio de prensa libre que no existe de esa manera en Cuba. Mi espacio, por ejemplo, lo ven al mes 250 mil cubanos desde ip.cu, y lo descargan y lo reparten.
Si tuvieras que hacer una autocrítica del trabajo de Somos Más desde su fundación, ¿qué dirías?
Un saco. Nosotros nos reunimos habitualmente en el Consejo Ejecutivo y si hay una cosa que es parte habitual de la vida política de Somos Más es la autocrítica. Yo creo que casi todo lo que hemos hecho pudiéramos hacerlo mejor. Por ejemplo, una autocrítica importante, que vale para Somos Más y para gran parte de la oposición, es el tema de la membresía formal. Nosotros al principio nos conformábamos con que la gente dijera “te apoyo” y ya está, y así usted era miembro de Somos Más, pero a la hora de la verdad nunca teníamos un quilo para nada. Debo recordar que Somos Más es la única organización de oposición en este momento que no tiene ningún respaldo financiero, ningún grant, nada. O sea, fuimos la primera organización de oposición cubana autosustentable; pagamos 10 dólares de membresía los que vivimos fuera de Cuba, y ese es nuestro único capital y con eso ayudamos muchísimo.
Hace solamente un año, que ya fue una indicación que yo di a un grupo de desarrollo informático del movimiento, creamos el primer registro digital de una organización de oposición en Cuba. Usted se registra, se hace miembro, eso hace que los demás miembros de su ciudad, de su país, puedan localizarse, unirse, pero también aportar económicamente a la organización y a la causa. Creo que si lo hubiéramos hecho cuatro años antes hoy fuéramos mucho más sólidos. Demoramos en formalizar, por ejemplo, ese aspecto.
Lo otro está en el trato con la conflictividad. Todas las organizaciones de la vida, un equipo de fútbol o una organización política que se componga de personas lo tiene, y si esas personas son cubanos pues la conflictividad es altísima. ¿Qué es la conflictividad? Bueno, diferentes ideas, formas de pensar, de abordar determinadas cosas, y nosotros al principio burocratizamos mucho; creamos una comisión porque teníamos, por ejemplo, miembros que entre ellos pues no se llevaban bien y qué se yo, y entonces creamos una comisión y esa comisión investigaba por qué ofendiste a fulano… Bueno, me hago la autocrítica de que eso desgastó mucho incluso, en algún momento, la imagen del movimiento, había personas que soltaban en todas partes, erradas o con razón, lo que querían, y comprometían a toda la organización. Decidimos aplicar el reglamento como era, rigurosamente. Nosotros tenemos prohibido que los miembros del movimiento ejerzan la violencia física o verbal contra otro miembro. Y lo que hemos hecho en los últimos tiempos es que tenemos cero conflictividad.
En el momento en que un miembro revela información interna del movimiento, u ofende o viola las normas internas, inmediatamente nosotros nos deshacemos de él. Llevamos casi dos años concentrados, cooperando, unidos todo el mundo en eso, porque creo que fue dichosísimo para nosotros que tres o cuatro personas en algún momento decidieran abandonar el movimiento y de ahí para adelante fue como si le hubieran echado agua, florecimos realmente. En lo adelante han sido enseñanzas que debemos aplicar siempre; no hay que echarse un año discutiendo con nadie, el que concuerde con las ideas del movimiento y quiera empujar con nosotros bienvenido; y el que no, tiene toda una gama en democracia de cosas que hacer, individual o colectivamente, y no tenemos que estar lidiando tanto con eso.
Por lo que entendí de tu explicación, el trabajo de Somos Más en los últimos años se ha enfocado o desarrollado fundamentalmente en el exterior y, hablando de esto, cuando hacemos referencia a los cubanos se suele hacer una diferenciación entre los cubanos dentro de Cuba y los cubanos en el exilio. Y, hablando del exilio, reconocemos que ha jugado un papel muy importante desde el siglo XIX, por ejemplo, en la preparación de las guerras de independencia, en el financiamiento de las guerras de independencia, y eso ha sido una constante en nuestra historia. Regresando al contexto actual, hay personas que hablan de que en ocasiones hay una intromisión de las agendas del exilio en las agendas que tienen propiamente los opositores dentro de la Isla, se ha hablado incluso de que el dinero o las ayudas financieras destinadas a combatir a la dictadura muchas veces ni siquiera llegan a Cuba, o que en ocasiones se pierde la percepción de que el epicentro no está en el exilio sino dentro de la Isla. ¿Qué opinas sobre esta cuestión? ¿Cuál crees que sea ser el papel del exilio cubano en las actuales circunstancias?
Es un tema súper interesante porque ocurren muchas cosas al mismo tiempo. Es cierto que desde el exterior muchas veces se pretenden liderar las acciones concretas, incluso hasta las opiniones de personas dentro de Cuba. Yo considero que eso no es certero y por eso nunca nadie me ha visto empujar o convocar o decir “mañana por la tarde todo el mundo haga tal cosa”, no por que no tenga ganas de hacer esa convocatoria sino porque creo que eso debe salir de dentro de Cuba y nosotros, que vivimos en libertad, en democracia, debemos aportar todos los elementos de la realidad, compartir la experiencia de cómo se progresa en un Estado de Derecho, pero la decisión final debe tomarla la persona que está dentro de Cuba. Pero también es curioso porque como mismo la dictadura ve al exilio como un aspecto económicamente utilitario, más del 50 por ciento del PIB de Cuba se ingresa formalmente por remesas, pero por cada dólar formal entran cien informales, así que casi la economía cubana depende casi en su totalidad del exilio. También la oposición dentro de Cuba suele ver al exilio muchas veces como un componente utilitario. Yo me refiero a que si vas a ejercer tu soberana decisión de hacer lo que tú quieres también dentro de Cuba, que me parece súper legítimo, hazlo para los cubanos también, porque la directa no la están viendo los cubanos, entonces todo el mundo como que reporta para el exilio, o sea: “mira lo que me están haciendo, mira lo que me pasó, compártanlo con el mundo entero”, bueno, entonces opositor cubano, ¿qué es lo que tú quieres?, que el exilio se pase la vida sufriendo lo que a ti te hacen y a la hora de darte una opinión de algo, “no tú estás afuera”, bueno pues no hagas la directa para mí, hazla para el barrio, para la gente que está allí. Yo siento que ni la gente que está en Cuba, ni nuestros familiares, ni la dictadura, ni la oposición dentro de Cuba logra ubicar en un espectro cuál es el papel del exilio, ¿o el papel del exilio es solo hacer recargas?
Entonces, si vamos a luchar por una Cuba diferente, una de las cosas que debe cambiar es que nosotros, los que vamos adelante, que estamos proponiendo esa Cuba, debemos quitarnos de la cabeza el tema del de adentro y el de afuera. Nadie en Italia se plantea eso, ni en España ni es ningún lado. Todo el mundo es un italiano o un español con pleno derecho, estés en Cataluña o vivas en Cuba. Yo creo que nosotros como oposición debemos ser los primeros en asumir perfectamente que todos los cubanos dentro o fuera de Cuba tienen exactamente los mismos derechos a tener opiniones, a luchar, a empujar, a convocar, a todo, porque, por ejemplo, yo me uno a todo lo que me convocan desde dentro de Cuba, hay muchas convocatorias que se hacen desde dentro que yo pierdo mi fin de semana y me movilizo afuera. Bueno, puede ocurrir que un día a alguien afuera se le ocurra hacer una convocatoria y que se sumen los de dentro. Pero si nosotros mismos ya ponemos el muro entonces seguimos, de alguna manera, cada cual por su lado.
Yo creo que hay buscar una sana conciliación entre lo que sucede dentro y lo que podemos empujar afuera, porque sin los de afuera no se ven los de adentro, sin los de adentro no importa lo que hagan los de afuera, entonces hay como una interdependencia que debe ser sana y debe ser consensuada, nadie debe violar a nadie, y creo que por ahí debe ir el camino.
¿Cómo lograr esa conciliación que mencionas? Por ejemplo, desde hace unos meses se habla de convocar quizás a un diálogo nacional, algunos prefieren llamarle debate, entre los opositores políticos para llegar, digamos, a un entendimiento para ver qué hacer, qué camino tomar en las actuales circunstancias de Cuba, para lograr finalmente lo que todos queremos que es el fin de la dictadura.
Se han hecho varios intentos y, a mi juicio, sigo diciendo que hace falta una mesa, un frente que reúna el mayor talento dentro de la Isla y el mayor talento fuera de la Isla en un frente común, pero que pueda actuar coordinadamente. Esto, con mayor o menor éxito, se ha hecho en otros países pero, honestamente, los cubanos no hemos podido concretarlo porque, además, pocos o casi nadie se suma, es como que es más cómodo, digamos, cada cual en su espacio, mantenerse en esa visibilidad o ese liderazgo. En mi caso, estoy dispuesto a unirme a todo el mundo pero para que haya matrimonio tiene que haber dos, tres, cuatro…
Yo creo que tenemos que buscar una forma de establecer ese mecanismo. Yo propuse unas elecciones, o sea sacar un candidato al que apoyaría, ese al mayoritariamente todos los cubanos libres del mundo quieran que sea líder de la oposición en unas posibles elecciones libres en Cuba. Yo lo haría. ¿Cómo se selecciona? Bueno, todas las organizaciones que se postulen, incluso los independientes, vamos a hacer debates, vamos a hacer una campaña de primarias, que se hace en el mundo entero, y que todos los cubanos libres del mundo ejerzan el derecho al voto y elijan a lo mejor no a un solo líder sino a una mesa, a cinco, a los diez mejores votados, qué se yo, la democracia es una vía, al que no le guste la democracia pues, bueno, vamos a hacerlo por conciliación, vamos a sentarnos, vamos a conversar. Pero algo habrá que hacer porque ahora mismo yo siento que la situación en Cuba cada vez está peor y el pueblo está despertando de algún modo; es el momento de mostrar una alternativa súper clara, estructurada, organizada, con personas realmente presidenciables, de verdad, no tengo que ser yo, yo lo mismo lidero que me subordino.
¿Crees entonces que el problema esté en el liderazgo?
El liderazgo es uno de los problemas. Sin liderazgo no vamos a ningún lado. Los países más prósperos del mundo, Alemania que es la cuarta economía, Estados Unidos, Gran Bretaña, tienen fuertes escuelas de liderazgo, empresarial, político y social. Sin liderazgo no hay nada. Ahora, en la sociedad cubana hay un anti liderazgo, porque venimos de Fidel, de una gran manipulación, de una gran absorción de energía por una, dos o tres figuras, y ahora el cubano lo que quiere es desprenderse totalmente y no quiere saber de ningún líder. Entonces, a priori, juzga, condena, lastima a veces a cualquier persona que asuma el liderazgo. El liderazgo es la mayor responsabilidad; al que despiertan a las 4 de la mañana es al líder, no al miembro, es la persona más responsable, más comprometida, la cara visible y el que carga con el fracaso de muchas cosas.
Ojalá seamos un día un pueblo de muchos líderes, líderes económicos, financieros, religiosos, sociales, de ONG, y líderes políticos. Los líderes son el reflejo de su pueblo. Tú dices, “en México no encontramos a nadie que no sea un tipo corrupto”, bueno, y de dónde lo estás sacando, del pueblo; hay que ver qué es lo que está pasando ahí. Pues sí aparecen muchísimos líderes que no son corruptos, porque es un fenómeno de la sociedad toda. Entonces, si todo el que levanta la cabeza, todo el mundo le va arriba y todo el mundo le va en contra, bueno, los comunistas sí tienen líderes, los comunistas sí están organizados, los comunistas sí siguen, de alguna manera, un orden, una coherencia, no tienen la razón, están acabando con los cubanos, pero están organizados y son coherentes en lo que hacen. Entonces, del otro lado, lo que hay es una dispersión de muy buenos talentos individuales, hay muy buenas cosas que se hacen pero ninguna de ellas reúne la fuerza suficiente porque, ya te digo, son como acciones individuales de una organización.
Yo estoy dispuesto a subordinarme a la democracia en ese sentido y si Camila Acosta es la persona que la mayoría de los cubanos libres deciden que nos represente por un año, quiero decir, a la oposición, cuente conmigo de día, de noche y de madrugada para apoyarla en todo lo que haga falta. Esa es mi opinión.
¿Y este líder estaría dentro de Cuba o fuera de Cuba?
Yo pienso que debería estar en los dos lados. O sea, ojalá que el líder pudiera salir, pudiera entrar, pudiera moverse. Creo que si está dentro de Cuba está profundamente limitado.
Algo difícil.
Sí, creo que, en ese sentido, en el aspecto de la concepción de la lucha, hay que sopesar si en algunos aspectos es mejor que esté fuera; en otros aspectos, digamos, puede ser mejor que esté dentro, hay que sopesarlo. Puede haber un liderazgo dentro y un liderazgo afuera, porque estoy hablando también de que puede ser un equipo, alguien se va a encargar de la campaña internacional, alguien se va a encargar de representar la cuestión dentro de Cuba: pero ambos tienen ventajas y limitaciones. Hemos visto lo que pasó ahora con Luis Manuel Otero Alcántara, si tú está dentro de Cuba bajo la bota de ellos te vuelven loco, te envenenan, te reprimen, te encarcelan y descabezan al movimiento de una manera muy fácil.
Durante muchas etapas de la historia de Cuba, que tú mencionabas al principio, los líderes de los movimientos no estuvieron dentro de Cuba, pasaron muchos años afuera; y dicen que no hay nada mejor en el mundo que una idea a la que le llega su momento, bueno pues hay que crear ese momento y unirnos todos en Cuba y empujar, pero todavía hay mucho que hacer dentro y fuera para que llegue ese punto.
¿Por quién votarías para este liderazgo?
Yo, por Dagoberto Valdés. Es mi candidato preferido.
Volviendo al tema del exilio, ¿en qué temas crees que esté cometiendo errores el exilio y qué hacer para revertir eso?
Yo ayer cometí un error: contraté a un jardinero que me hizo malísimo el césped.
Primero, hay que entender la multidimensionalidad de las personas. Dentro de Cuba tú estás en un contexto en el que no puedes desarrollar tus ideas, tus proyectos, y a mí, por ejemplo, que siempre fui empresario dentro de Cuba desde que me gradué —hice una fábrica de chorizos, vendí helado, vendí ropa—,una de las cosas que me demostró que el sistema no funciona fue que yo no podía hacer mi negocio, mi empresa; y digo, bueno, pues hay que estar en política para que cambie ese contexto y yo puedo hacer realidad mis sueños que a lo mejor no son políticos.
Cuando sales de Cuba, cambia el hecho de que sí puedes hacer tus proyectos, sí puedes hacer tu compañía, sí puedes hacer tu negocio; entonces empiezas, quieras o no quieras, a echar raíces fuera de Cuba, y a adquirir cada vez más y más compromisos y responsabilidades que no tienen que ver con la libertad de Cuba. Es bastante lógico que dentro de Cuba haya mucha gente que su enfoque principal sea la libertad del país porque, además, si no hay libertad no vas a poder hacer otras cosas, pero es que fuera de Cuba sí hay libertad. A mí a veces me dicen “¿qué vas a hacer para que Cuba sea libre?”, yo hago cosas relacionadas con eso, pero eso no es necesariamente lo único que yo hago o por lo único que alguien me pueda juzgar. Porque, ¿y qué hago como padre de una niña de tres años en los Estados Unidos?, ¿qué hago como propietario de una vivienda que tengo que pagar mensualmente?, ¿qué hago como miembro de mi vecindario en Kendall, en el que tengo muchas responsabilidades y cosas que hacer? Lo primero que hay que entender es que el exilio es diferente en la concepción de la lucha por la libertad de Cuba porque ya la gente que vive en el exilio está construyendo su vida, está construyendo su vida en otro país.
Yo siento que casi siempre uno pasa a una perspectiva de decir “déjame apoyar en lo más que pueda a las personas que están dentro de Cuba”, y eso es lo que tratamos de hacer por todos los medios; pero la mayoría de la gente que yo conozco que vive hoy fuera de Cuba me han dicho que, incluso, si Cuba cambia, no tienen planes de regresar a hacer su vida allí, les va muy bien donde están. La gente en el exilio lo que quiere es que Cuba sea un país para los cubanos, como República Dominicana es para los dominicanos, como Costa Rica es para los costarricenses; que vivas donde tú quieras y digas “mañana por la tarde me dio ganas de ir a ver a mi mamá, y me monto en un avión y voy para Cuba y ya está, no hay lío”. Pero pensar que todo el mundo en el exilio, tres millones de cubanos, se levantan por la mañana a emplear un día en la libertad de Cuba no es realista. (…) Entonces, entender eso debería ser bueno para todas las personas que viven dentro de Cuba porque hay 8 o 9 millones de personas dentro de la Isla pensando que la libertad de Cuba es un capricho del exilio, mirando las noticias, a ver ahora qué van a hacer, ahora qué van a chillar… Yo digo que a veces hay que aplicar la política del adolescente, no sé si sabes de qué te hablo, ¿tú tienes niños?
No.
Cuando los tengas te vas a dar cuenta, sobre todo cuando estén en la adolescencia, de que van a hacer todo lo contrario a lo que tú les digas. Si tú dices, ese novio no te conviene, ese es el novio que te va a traer a la casa; no llegues después de las 9 de la noche, va a llegar a las 4 de la mañana… Bueno, acá funciona como que el pueblo cubano es el adolescente y el exilio es el viejo peleón, y entonces el pueblo de Cuba se encarga de hacer todo lo contrario a lo que diga el exilio, aunque el exilio tenga razón en lo que está diciendo al final. Entonces, a veces hay que dejar como que ese adolescente tome decisiones y decir, mira, yo vivo en Francia, en Francia hay multipartidismo, aquí se vive así, yo vivo en Costa Rica y aquí se vive así y como cubano he logrado hacer esto… ¿Cómo quieres vivir tú? Listo.
Pero me refiero a que sí hay personas en el exilio que su trabajo es la política y su trabajo está encaminado a democratizar la Isla, a este exilio es al que yo me refiero y no exactamente a todos esos que tienen otro tipo de trabajo como puedes tener tú.
Yo a esos no los conozco mucho porque no tengo a nadie a mí alrededor que viva de hacer algo por la libertad de Cuba. Yo sé que existen. Hay organizaciones aquí que son contraparte de organizaciones en Cuba y que reciben, qué se yo, un millón de dólares al año y con eso pagan salarios, tienen oficinas… Yo hago mi trabajo desde el garaje de mi casa, uno de mis emprendimientos es que estoy empezando una compañía de viajes en barcos, tengo otro de transportar pacientes, entonces son cosas que no tienen mucho que ver con el asunto; y con lo que yo ingreso y en los espacios en los que tengo visibilidad todos los días le doy caña a la dictadura en mi programa, como también hablo de Israel y Palestina o también de las elecciones en Perú; o sea, mi enfoque es global, pero siento también, y a lo mejor viene por ahí tu pregunta, que el modelo que se aplica para el tema de los grants es un error, es un gran error. Yo siento que eso tiene que ser directo, tiene que ser transparente y tiene que ser abierto. Lo que sucede es que hay personas en el exilio que llevan 20 o 30 años ya recibiendo esos grants, y la burocracia norteamericana cuando tú la conoces te das cuenta de que son muy de costumbre, o sea, si me va bien trabajando contigo y tú me mandas las planillas a tiempo eso para mí es muy cómodo, y no son tan abiertos a las nuevas cosas, eso es así en la burocracia americana en general.
Entonces, tú destinas un millón de dólares a promover la democracia en Cuba, y nada más en gastos de salarios en Miami son 700 000, o sea, el 70 por ciento del asunto, y entonces, luego, pues hay un programa para ponerle una recarga a Camila al mes, de 20 dólares, pero hay una persona en Miami que gana 4 000 y se sienta en una oficina a pensar qué va a hacer Camila en Cuba. Yo siento que eso debería funcionar de una manera diferente, debería estar en una página web, bueno, está público a quién se lo asignan y es verdad que cualquiera puede aplicar, pero esto ni es conocido, ni se hace ningún tipo de promoción de cuándo son los días, cuándo son las cosas, y yo siento que desde Cuba la gente podría o debería, los artistas, los activistas, los miembros de la comunidad LGBTI, todo el mundo, proponer sus proyectos directamente, y no depender, por obligación, de esas organizaciones sombrilla que consumen el 70, 80, 90 por ciento de ese presupuesto.
¿Volverías a Cuba, Eliécer?
Mañana por la mañana, mañana por la mañana. No volvería a nada, o sea, yo tengo muchas cosas que hacer. Tengo 35 años, soy un joven orgullosamente cubano, pero con una visión universal, lleno de proyectos, lleno de cosas que quiero hacer; nací en Cuba, pero me encanta el mundo, me encanta México, España, Nueva York y, como todos los cubanos que han nacido en Cuba y han hecho cosas en el mundo entero, yo quisiera ser uno de ellos, pero volvería a Cuba a algo en específico. O sea, mañana la universidad de Oriente y la de Camagüey, y la de Villa Clara, se ponen de acuerdo y la juventud universitaria cubana tiene una convocatoria para salir a las calles y reclamar libertad; las tabaquerías en Cuba, los policlínicos, los hospitales, las amas de casa, … hay un movimiento de esa naturaleza, yo voy a estar junto al pueblo cubano.
Ahora, yo lo que no tengo es tiempo que perder; yo perdí 11 años de mi vida en Cuba convocando al pueblo y no salió, desde Cuba, desde el canal del Cerro; yo fui víctima en Cuba de todas las detenciones que no te puedes imaginar porque hubo un tiempo que éramos Yoani, yo, el otro y el otro, cinco gentes, los de todos los días. A los 11 años, ya yo con 32, dije “coño, yo tengo cosas que hacer, yo tengo que tener un hijo, yo tengo que hacer una vida”. Ahora combino la lucha por la libertad de Cuba con la emancipación y el desarrollo personal también.
Cuando el pueblo de Cuba se decida, visiblemente y en masa, a reclamar su libertad, a lo que yo me decidí hace 15 años, yo me uno al pueblo de Cuba, a no ser que no me dejen montarme en el avión.
¿Qué nos faltaría para llegar a eso?
Yo creo que seguir… De alguna manera estamos todos los días cogiendo personas de un lado, desde la apatía total y la desinformación, y sumándolos. Tú entras ahora a internet y vas a ver un millón de caras nuevas que el año pasado no existían. Eso es parte del logro de lo que estamos haciendo en una combinación de activistas políticos, infuencers, redes sociales, todo. Eso va caminando, yo no sé si en la velocidad que a todos nos gustaría, pero va caminando. Yo creo que hay que seguir y, eventualmente, esos números se van a equilibrar, o sea, habrá una gran cantidad de personas que se comporte como se comporta la ex fiscal, como te comportas tú, como se comporta la gente de San Isidro, y creo que ese momento va a llegar y se va a acelerar en la medida del fracaso de la dictadura, económico y demás, cada vez más evidente; la influencia de la información, las redes sociales y el contenidos que estamos generando, que es cada vez mayor también, van a confluir en ese gran movimiento. No sé si va a demorar tres meses o va a demorar seis, pero creo que lo que hay que hacer ahora es seguir; si pudiéramos organizarnos mejor creo que podemos acelerar también este proceso.
Una última interrogante, antes de pasar a leerte algunos comentarios y preguntas que tengan las personas que nos están siguiendo en vivo. Nos hemos acostumbrado, creo yo, durante muchos años, a dirigir nuestras críticas a la dictadura pero cuando se dirige cierta crítica o cuestionamiento a políticos de la oposición enseguida muchos suelen atacar, calumniar o acusar a esas personas incluso de agentes de la Seguridad del Estado, incluso cuando esas críticas son constructivas. ¿Qué opinas del cuestionamiento a los políticos y a la oposición? ¿Crees que sea viable o que debamos hacerlo para cambiar de alguna manera o subsanar esos errores que podamos cometer?
Te voy a decir mi experiencia como presidente del movimiento Somos Más. Tú lo ubicas de la siguiente forma, hay líderes políticos en la oposición que alguna persona les hace una crítica constructiva y que los demás lo atacan, lo calumnian y lo difaman. Eso casi nunca ocurre, Camila. Yo no recuerdo la última crítica constructiva que me hizo alguien, no la recuerdo. Yo lo que recuerdo es la calumnia, la difamación, la burla, la estupidez, el bullying, eso es lo que yo recuerdo; no recuerdo la última vez que alguien, respetuosamente, pública o personalmente, me dijo “mira, Eliécer, yo respeto lo que ustedes hacen, pero yo creo que esto debe ser así o debe ser de esta manera, creo que se equivocaron en esto”, no recuerdo la última vez. Lo que recuerdo es personas que salen a destruirte totalmente, que te ofenden por gusto, que se entrometen en tu vida sin conocerte, que ejercen ese chantaje y ese bullying de lo peor de lo cubano, y eso también ocurre contra los líderes. Entonces hay veces que a uno le dan ganas de no ser más líder, porque yo no gano un peso por ser el presidente de Somos Más, y sí me gano todo eso, que influye en mi familia, influye en mi esposa, mi esposa a veces se acuesta llorando de leer las mentiras y las estupideces que la gente escribe; entonces, para mí tiene un costo, para mi hija tiene un costo.
Yo siento que lo que hay que poner sobre la mesa es el pragmatismo. La dictadura tiene todo a su favor y la oposición tiene todo en contra, todo. Entonces, por muy imperfectos que sean las personas que se atreven a dar el paso al frente y a, de alguna manera, sufrir en la primera línea —que afuera también hay una primera línea— los embates de la dictadura, y a poner en riesgo su seguridad y la de su familia yo creo que tiene que haber al menos un mínimo respeto, porque si no lo que sucede es lo que decía Varela: cuando los mejores hijos de la nación abandonan la política, se apoderan de la política los peores hijos de la nación. ¿Quiénes son los peores hijos de la nación? A los que no les importa nada; a fin de cuentas, di lo que te de la gana porque yo estoy aquí para tener un objetivo personal y rápido y ya está. Esa nunca ha sido mi visión. Yo, hasta el día de hoy, no tengo nada de lo que avergonzarme, en ese sentido, nunca le he robado un peso a nadie, yo nunca he dejado de luchar por lo mío, a mi manera, con mi talento, que lo tengo sin ser político, soy ingeniero, soy una persona que creo que puedo vivir de mis propias manos y creo que lo he hecho siempre.
¿Qué pido yo, o qué creo yo que debe ser interesante? Si vas a criticar, de verdad, haz una crítica constructiva, como tú decías. Genial. Ahora, cuando tú miras a un tipo que pone 20 veces en un lugar “cabo Malanga, cabo Malanga, cabo Malanga”; ¿tú me puedes explicar la crítica cuál es?, para yo reaccionar, para yo ser constructivo, para yo entonces decir “coño, es verdad lo que dice el hombre”. No, eso es un comunista disfrazado, una ciberclaria, todo un ejército de ciberclarias, que comida que tú le des ya es otra arma que usan contra ti. Entonces, cuando a mí me digan cuáles son las críticas objetivas, yo tendré la oportunidad de reaccionar a las críticas objetivas; pero no es lo que se ve habitualmente.
Y lo que te digo es que yo por lo menos no creo que es el momento de ser imparcial; o sea, si yo tengo una oficina y el primer secretario del partido tiene otra al lado, sé imparcial; pero si hay uno tras las rejas y uno en un carro con gasolina, con la panza así (hace gestos de obesidad) por el mundo, tú dices, “bueno, yo soy igualito con los dos”. Esa imparcialidad a destiempo, cuando toda la objetiva realidad está parcializada del lado de la dictadura, ¿cómo te digo?, si tú le tiras igual al opositor que al dictador la realidad no avanza, porque el opositor no tiene fuerzas de ningún tipo, el dictador las tiene todas; entonces, ¿deberíamos fortalecer a nuestros líderes? Bueno, te voy a decir, Camila, y disculpa que hable tanto, pero creo que vale la pena, si no fortalecemos a nuestros líderes, a niveles que no hemos visto hasta ahora, no vamos a ganarle ni a chencha. Para nosotros ganarle a la dictadura tienes que, de verdad, escoger tres, cuatro, cinco personas que puedan hacer, qué se yo, al menos un Consejo de Ministros de oposición, y los tienes que apoyar duro, pero duro, pero apoyarlos de verdad en todos lados, que el pueblo de Cuba, que Camagüey diga ¡Viva Camila, carajo! Duro. Para que un día ese equilibrio pueda ser. Pero si todo el mundo le da palo a la oposición, y todo el mundo busca cómo denigrar a la oposición, por descalificación a ese ring no nos vamos a subir nunca, porque ellos tienen todo el ICRT y toda la radio y toda la televisión para, incluso, a los líderes de ellos, que lo están haciendo mal, hacerlos ver bien. Y nosotros en la oposición hacemos lo contrario. Hay líderes que lo están haciendo bien y son democráticos, y se someten a elecciones y no ganan un salario, le dedican miles de horas a la lucha, lo están haciendo bien, y nosotros, intencionalmente, los atacamos y los hacemos ver mal todos los días. Yo creo que esa es la realidad de hoy pero no es el camino para ganar esta pelea.
¿Tienes alguna aspiración política?
Mi aspiración política siempre ha sido coyuntural a mi aspiración personal. O sea, a mí me gusta estar en política para cambiar las circunstancias y poder hacer realidad mis proyectos personales; mi aspiración, como decir “ya logré todo lo que quería en la vida porque fui presidente de Cuba”, no existe. En todo lo que he tenido una responsabilidad creo que he hecho lo mejor que he podido y creo que si yo mañana fuera algo en Cuba lo haría bien, por qué no, si todo lo anterior, en mi trabajo, en mis responsabilidades, lo he hecho bien, como padre, como esposo, creo que lo hago bien, por qué no.
Ahora, lo único que me gusta más que ser el presidente de Cuba es ser el ex presidente. Eso es genial, porque entonces tú impulsas, cambias, motivas, esperanzas, unes a los cubanos y te vas, y luego disfrutas de lo que construiste y de lo que creaste, en libertad, puedes sentarte en el Malecón, puedes dar conferencias en el mundo. O sea, yo no veo la política como un destino, yo veo la política como un trayecto. Ojalá que pueda hacer algo desde la política, pero si no, hay mil maneras en la vida en las que puedo ser absolutamente pleno y feliz.
Gracias Eliécer, vamos a pasar ahora a leer algunas preguntas y comentarios del público.
-Dice El niño de Sarita: Eliécer, tú no eres de derecha conservadora ni en tus sueños.
Lo que yo he dicho aquí lo explico y lo argumento todos los días de 2 a 5 de la tarde en mi canal. Creo que la plataforma de CubaNet es realmente una inspiración que nos ha ayudado mucho a todos, yo le tengo un gran respeto a CubaNet porque es el decano del periodismo independiente en Cuba y es un honor para mí visitarlos, colaborar, hacer cualquier trabajo, hace tiempo que no tengo el chance de hacerlo, pero habitualmente también publico columnas en CubaNet, y yo creo que lo que debemos hacer los cubanos es construirnos por dentro primero y el resultado de todo lo que hagamos, la sociedad, la política… va a ser bueno si nosotros somos buenas personas.
Yo estaba mirando hoy cómo Alemania ha logrado ser la cuarta economía del mundo, estoy estudiándome eso, y es increíble, el respeto que se tienen las personas, el respeto a la ley y el orden, la disciplina, la honra, los valores que han desarrollado. Y luego, entonces, todo lo que hacen, si hacen una pieza de Toyota, les queda bien. No es de atrás para adelante, no es de la sociedad hacia el individuo, es del individuo hacia la sociedad.
Cuando yo veo una entrevista, cuando yo escucho a alguien, trato de analizar lo que está diciendo y puedo discrepar. (…) Pero ya Mañach lo decía allá por los 1930: la cultura del choteo. El cubano no acaba de arreglar su problema porque todo lo tira a porquería, hay una gran parte de la sociedad cubana que su función en el mundo es reírse de todo, burlarse de todo, todo es malo, todos los opositores son malos, todos los opositores son bla bla bla, (…), y de esa manera no podemos avanzar. Yo creo que tenemos que recuperar todo lo que Fidel destruyó: la amistad, la consideración, cuando pasó el tema de las críticas descarnadas que le hicieron, bueno, a ti en este caso, pero a mucha gente que cada semana hay alguien en la picota; sin embargo, te felicito porque vi la otra entrevista y fue estupenda, pero si yo te fusilo el mes pasado, lo que me pierdo es la oportunidad de disfrutarte el mes siguiente. Entonces, así mismo pasa con Eliecer Ávila y con el otro y con el otro, la gente ve algo que no le gusta y te fusila, de por vida. Bueno, si fuera así, yo no amara a mi hija, porque a veces yo le digo a mi hija, haz la caca en el toilette y te arma una cagazón allá afuera. Te digo, caramba, no; yo creo que el respeto, la tolerancia, la complicidad entre los cubanos tiene que ser la constante. Y podemos divergir en muchos puntos y todo eso pero tiene que haber algo por encima de todo y es que venimos de lo mismo, de la misma circunstancia, compartimos las escuelas al campo, compartimos todos los dolores y todos los premios que da ser cubano.
Entonces, vamos a respetarnos más, vamos a participar, vamos a unirnos. Ahora en Tampa, el día 22, por el día de la República, que es el día 20, hay algo maravilloso, todos los cubanos libres de Tampa van a estar allí, porque en Tampa el comunismo está asentando un puesto de mando aquí en Estados Unidos y vamos a manifestarnos todos. Si yo ahora me pongo a mirar “¿y quiénes van a estar? Fulano, no, yo con ese no me llevo; no, ese me cae mal; no, ese es cabo no sé qué; el otro es tal”. No vamos a resolver el problema jamás. Miremos la luz y, si es posible, esa guerra por las manchas vamos a hacerla en democracia, para que esto avance.
-Dice también El niño de Sarita que lo que necesita Cuba es una intervención militar para restituir la Constitución del 40 y la República.
El tema es que no la tenemos ni nadie la va a hacer.
-Arnaldo Escalona dice: Como ha cambiado desde aquella directa en la UCI con Alarcón, dicen que se compró una casa de casi 600 000 dólares en Miami con sus directas en YouTube; bueno, el trabajito ahora es opositor.
Bueno, no es de casi 600 000, es de 650 000 para pagarla en 30 años. Y, en efecto, yo tengo 15 sponsors de mi programa, les cobro desde 2 000 hasta 5 000 dólares a algunos de ellos y me alcanza para comprarme una casa de 2 millones; la compré chiquita porque no necesito más, pero yo tengo crédito para 2 millones de dólares si lo pido. La verdad que me va muy bien, con mi canal de contenidos que, obviamente, trato el tema de Cuba, lo considero un deber, una obligación, y le damos visibilidad a todo lo que allí sucede, pero estoy muy feliz y muy orgulloso de mi emprendimiento y ojalá que me siga yendo bien para todos los años comprarme una propiedad diferente.
-Dice Raúl Fernández Rivero: Sin unidad nada se consigue (…). La solución de Cuba no es ofender o tratar de deslegitimar a los demás, a eso se dedica Humberto López, debemos respetar a los demás. No soy del movimiento Somos Más pero respeto opiniones y personas, atacar a todos solo consigue fortalecer a los castristas (…).
Bueno, Humberto López es un niño de tetas al lado de algunos que tenemos en Miami (…), yo digo que tienen un problema de orgasmo porque yo les puedo decir que cuando una persona tiene una vida sexual exitosa, oiga, usted tiene un carácter tan amable que coopera con todo el mundo y usted se ríe. Pero cuando tú ves a alguien que nadie le cuadra, que todo el mundo es malo, que todo el mundo es corrupto, todo el mundo es ladrón… oye, revisa, que hay tema hormonal serio ahí. Entonces, yo le digo a todo el mundo: mejore su vida sexual para que mejore su confianza política.
-Claudio Gaitán pregunta, ¿qué ha hecho Somos Más en los últimos meses dentro de Cuba?
Casi nada. Casi nada, es la verdad. Han repartido propaganda, se han filmado algunos videos de la gente por la noche haciendo cosas, pero, honestamente, en este minuto, tenemos una crisis de liderazgo dentro de Cuba. Fíjate que lo que tenemos es falta de líderes; pero si sale uno, “bueno, ese no”. Nosotros estamos ahora mismo esperando a las elecciones para que se elija al coordinador nuevo dentro de Cuba, y ojalá que eso mejore. Pero es verdad que el centro de las cosas que ha hecho Somos Más, desde que no vivo en Cuba, ha sido en el mundo entero; una labor que también hay que hacer, y nos encantaría que Somos Más dentro de Cuba hiciera más cosas, pero yo no soy el líder que llama a la gente en Cuba y le dice “te voy a mandar 20 pesos, coge para allá y quítale una oreja al busto de las madres de…”. No, yo no hago eso, yo motivo, yo inspiro, y a cada quien su conciencia que le dicte lo que tiene que hacer y cuándo.
-Dice Jorge Carlos Medina: Me quedo con este último comentario: una oposición fuerte y unida es la única solución. En una Cuba libre y democrática habrá tiempo para dirimir diferencias.
-Dice Carlos González: Usted es un patriota y marcaste un antes y un después en el pueblo de Cuba. Te admiramos.
Gracias.
-Y Ángel Santiesteban dice: Creo que muchos cubanos sienten vergüenza de no haber hecho nada cuando pudieron y lo único que pueden hacer es la crítica constructiva para halarte a su estéril territorio de la vida. Me gusta esa combinación de Eliécer entre el político, el ciudadano emigrante, padre de familia y soñador.
Ángel Santiesteban es una persona que yo conocí brevemente dentro de Cuba y es de esas personas a las que yo les llamo “caballeros en extinción”; hay personas que te hablan y tienen como una especie de fuerza en lo que te dicen, tú te sientes como amparado. Y cuando yo conversé con Ángel Santiesteban, no sé la edad que tiene, su carácter me era muy parecido al de mi padre, y es de las personas que más respeto y más admiro, pero me lo vine a leer fuera de Cuba; o sea, cuando yo salí de Cuba fue que pude, digamos con más detenimiento, ver sus artículos, su obra, sus escritos. Y yo creo en personas como él que no han sido, digamos, los líderes más visibles de nada pero que son una especie de reserva intelectual de muchas cosas, creo que en Cuba hay muchos todavía pero toda esta cosita de no ir al fondo de los asuntos y estar siempre diciendo “este sí, este no” hace que nos perdamos la posibilidad de conocer y profundizar en personas como Ángel, como Dagoberto Valdés, como muchos caballeros que conocí en Cuba, que tienen amueblada la mente de una manera que creo que serían guías súper indispensables para una Cuba nueva.
-Te leo unos últimos comentarios, Ángel Bur dice: Eliécer Ávila, ¿todavía piensas que reunirte con el exilio histórico sería reunirte con terroristas y personas corruptas?
Bueno, nunca he pensado eso. Yo me reúno con el exilio histórico todos los días. De hecho, ahí estaba Ezequiel conectado que siempre dice “saludos desde el frente geriátrico” (…). En Somos Más tenemos cientos de miembros del exilio histórico, tengo las mejores relaciones, en mi programa he entrevistado a Luis Conte Agüero, a personalidades de los Plantados… Yo tengo perfectas relaciones con el exilio histórico.
Ahora, a veces me preguntan: ¿tú crees que Posada Carriles es un terrorista? Y se refieren específicamente a eso. Yo no creo que Posada Carriles sea el exilio histórico, yo creo que sí hubo personas que cometieron actos de terrorismo y yo no voy ahora, porque vivo en Miami, a decir otra cosa si sigo pensando eso mismo. ¿Fidel es un terrorista? Absolutamente. Y sigo pensando que Posada Carriles también lo es. ¿No me aceptas así?, ¿eres tan intolerante que, aunque diferimos en ese punto, no puede ver mis ideas? Bueno, Is your choice. Pero así lo veo; la inmensa mayoría del exilio histórico tenemos unas relaciones tremendas.
-Dice Maggy Nancy: Muchos jóvenes despertaron con las palabras de Eliécer.
Y, Claudio Gaitán, dice: ¿Qué debe pasar para que la oposición cubana se una?
Yo tengo dos vías, o la democracia, o sea, ¿cómo se unen los demócratas en Estados Unidos?, ¿cómo se unen en cualquier parte del mundo para hacer una coalición fuerte? Hacen unas primarias. No les gusta la vía electoral, bueno, vamos a la conciliación. En estos días voy a proponer algo en ese sentido. Pero hay que hacer las cosas y respetarlas porque a veces nos metemos tres días reunidos en mesas, en coordinaciones y salimos de ahí y nadie se acuerda de eso. Yo estoy dispuesto, tengo las botas puestas, donde me llamen, voy. Fíjate que nosotros hacemos, por ejemplo, una convocatoria y viene todo el mundo, pero después me paso tres meses yendo a todas las convocatorias que hacen otras organizaciones, los apoyamos a todos. Hagamos algo práctico, visible, pero para apoyarlo, para decir “oye, esos son los míos, con sus defectos y sus virtudes”. Porque el respaldo político es el combustible para el cambio, el capital de un político es el respaldo de la gente. (…) No es ni un problema de dinero, ni un problema de ser lindo… tú tienes que tener capital político y eso es respaldo de la gente. Entonces, ¿queremos que la oposición le gane a la dictadura? Tenemos que educar a la ciudadanía y, una vez que tú decides cuál es el sistema de ideas que tú vas a apoyar, apoyar de verdad, apoyar en todos los sentidos, defender tu propuesta política, y no ser, digamos, de esos que tienen una escopeta sin cañón o de cinco cañones que lo mismo tira para acá que para allá… porque estamos envueltos en todas esas balas salvas, y aquí hay que tener coherencia y disciplina política. Esa es mi visión.
Muchas gracias, Eliécer.
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