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LA HABANA, Cuba.- Poco queda en las arcas de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba (ACYC) una vez publicada la Letra del Año, el segundo día de enero.
El mayor aporte económico a la sociedad religiosa debería estar en sus 38 mil afiliados a lo largo del país y las 115 filiales que posee en el extranjero. Sin embargo, son las contribuciones individuales de última hora las que garantizan las ceremonias y actividades del evento anual más importante de los santeros.
Cada asociado debe pagar tres pesos, que se distribuyen de igual forma entre las direcciones municipales, provinciales y la nacional, esta última ubicada en Paseo del Prado # 615, Habana Vieja.
José Manuel Pérez Andino, presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, explicó a CubaNet la distribución de los fondos.
“Con ese dinero se paga el impuesto sobre el terreno donde está asentada la asociación, se paga la electricidad, el agua, el teléfono (…) Pero no siempre ese dinero está disponible, la mayoría de los miembros pagan varios años por adelantado y después no lo hacen más. Ese es uno de los motivos por los que llegamos sin fondos a la preparación de la Letra del Año”.
El presidente de la sociedad asegura que el mayor presupuesto se logra con la recolecta de religiosos con elevada solvencia económica.
“Durante la preparación, nosotros servimos mas de 200 comidas y meriendas”, dijo Pérez Andino y agregó que la compra de hortalizas, vegetales, frutas, granos y los animales necesarios, debe hacerse a precio de mercado.
“Compramos 10 libras de cada grano. ¡Los melones! Cuando fuimos a comprarlos estaban cada uno a 300 pesos, las flores superaron los 1300 pesos (…) No tenemos facilidad de imprimir las 50 mil copias de la Letra del Año, debemos pagar esa impresión a los particulares (…) Para mayor insulto, debemos tolerar que se revendan las letras que damos gratis o son vendidas a bajos precios.”
Para la Letra del Año, los santeros cubanos sacrificaron un total de 98 animales entre aves y animales de corral. Los sacrificios se ofrecieron en unas 25 posiciones de culto a las deidades. Se utilizaron más de 50 artículos repetidos, según la necesidad, como por el ejemplo: 50 velas, 15 ternillas con carne, 10 libras de cada tipo de frijol, 30 libras de cada tipo de vianda y 40 cocos secos, por mencionar algunos.
El dirigente religioso reveló que el gasto para confeccionar la Letra del Año 2018 ascendió a 76 mil pesos, lo que redujo a 50 mil el actual fondo de la ACYC.
El 2018, un año de controversias
Los líderes nacionales de la ACYC tienen el propósito de proponer varias medidas que ayuden a incrementar las reservas económicas de la institución. Una de las medidas más controvertidas será exigir la visa religiosa a los extranjeros que deseen la consagración yoruba dentro de la isla. El cuestionamiento de los religiosos se inicia en la coordinación que deben hacer dirigentes de la ACYC con el gobierno, para el control fronterizo. Al respecto su presidente dijo.
“Hay mucha desorganización religiosa en Cuba. Si vienes con visa de turista no puedes hacer cosas religiosas en Cuba. Si entras de turista y sales de Iyabó debes tener la visa religiosa para llevarte los santos recibidos. Todo el que entra para asuntos religiosos tiene que pasar por aquí (ACYC), esta es la matriz que representa la religión en el mundo entero.”
La propuesta también se basa en la reorganización de una religión de raíces africanas, que se degenera mientras festeja su “boom” dentro de la isla.
La interferencia gubernamental en los asuntos de la ACYC es vista por otros santeros como manipulación del gobierno al espíritu de la asociación religiosa. Este año las predicciones y consejos de los sacerdotes para el 2018 fueron acusadas de favorecer al Gobierno.
Aunque la institución religiosa no se ha pronunciado oficialmente contra los ataques, el presidente de la ACYC dijo:
“Han publicado en las redes sociales que no le hagan caso a la Letra de Cuba, que es puro oficialismo y comunismo”, alegó refiriéndose a la Letra del Año que se obtiene en Miami por babalawos cubanos, y añadió: “Nosotros no ponemos nada que vaya en contra de ninguna Iglesia o Gobierno, solo damos consejos y advertimos de las cosas que puedan pasar (…) Nosotros estamos autorizados a emitir la letra internacional, tenemos afiliados en los Estados Unidos, Venezuela, Brasil, España, Colombia, Costa Rica, llegamos a 115 filiales”.
Los santeros de la isla restan importancia a las letras obtenidas fuera de Cuba por considerarlas propias de un grupo familiar, aspecto que le resta importancia a la influencia, dentro y fuera de las fronteras de Cuba.
El sacerdote José Manuel Pérez considera una fantasía querer imponer otra letra que no sea la de la Asociación.
“Lo que hagan otros es una farsa, allá afuera tú no te puedes parar con cuatro pedazos de coco y un pollo en una esquina, o ir al cementerio a sacrificar animales. Te meten preso con una multa que no puedes pagar. Qué letra tú vas a sacar sin poder hacer nada de eso. La letra que pueden sacar en el extranjero es para su grupo familiar religioso, y ya”.