MIAMI, Estados Unidos. – El mundo de Nelsito, el más reciente largometraje de Fernando Pérez tendrá su estreno en Estados Unidos durante la celebración del cuadragésimo Festival de Cine de Miami, del 3 al 12 de marzo del presente año. Casi simultáneamente, la obra será presentada en el Festival de Cine de Málaga.
Pérez está considerado el más importante director de cine que todavía filma en la Isla y se ha manifestado en contra de censuras sufridas por otros de sus colegas así como en defensa de protestas públicas de artistas e intelectuales.
En 1998 el fundador y director del Festival de Cine de Miami, Nat Chediak lo invitó para que presentara La vida es silbar, que causó gran conmoción por su valiente contenido, propuesto en metáforas y otras claves subrepticias, a la manera del cine producido por grandes directores de los que fueron países socialistas en Europa.
La secuencia donde personajes deambulan por La Habana y se desmayan al escuchar palabras como “libertad” y otras de la misma índole democrática, creó impacto en el seno cultural del exilio cubano.
Luego en el 2003 su cine regresó a Miami con Suite Habana, suerte de carta de amor a la mítica ciudad. La noche que se estrenó en el Teatro Gusman fue elocuente el impacto de tristeza que provocaron entre el público las historias de habaneros reales tratando de lidiar con la angustia cotidiana de sobrevivir el absurdo de una sociedad abatida.
El mundo de Nelsito resume, con madurez, la insondable visión del director sobre la tragedia nacional, prefigurada en el cortometraje Madagascar de 1995, donde los personajes deambulan como zombis en un caos gris y desvencijado.
Esta nueva película se las arregla para dilucidar dos Cubas que conviven por sendas paralelas, aquella de la impotencia social y la iniciativa coartada de ciudadanos comunes que ven la vida pasar, enredados en la madeja doctrinaria, sin estímulos que los hagan prosperar, y el ambiente tóxico de seres disfuncionales, sin escrúpulos, tanto humildes como tránsfugas enriquecidos, que pudieran prefigurar el futuro de la Isla cuando la política ceda definitivamente a la presión de la insostenible crisis económica.
Nelsito, adolescente autista de 16 años ha sufrido un accidente automovilístico. Durante su convalecencia, elucubra en privadas reflexiones la Cuba encanallada y pavorosa que Fernando Pérez presenta minuciosamente, donde todos se atienen a la ley de la selva, al sálvese quien pueda. Es la decadencia de una sociedad innoble, sin cabida para los vulnerables y necesitados.
Cuando Nelsito se recupera, sus personajes regresan a la realidad del barrio donde quienes padecen el agobio cotidiano aún sostienen una conexión de solidaridad para subsistir.
La película parece especular sobre el misterioso verso de Martí donde menciona dos patrias: “Cuba y la noche”. La “noche” en El mundo de Nelsito sobrecoge porque es tanto lo mellado por la cantaleta ideológica ajena a la realidad que el futuro sigue siendo una quimera algo tenebrosa.
Precisamente por haber permanecido en la Isla durante todos estos años de desasosiego, Fernando Pérez es dueño de una preocupación legítima por los olvidados en medio del conflicto cubano, que suelen protagonizar muchas de sus películas.
Es por lo mismo que su visión desde Últimos días en La Habana (2016) hasta El mundo de Nelsito, ambos guiones coescritos con Abel Rodríguez, manifiesta un dolor insondable sobre la sociedad, suerte de llamado de alerta.
Paradójicamente, dos de los actores de la película, Yerlín Pérez y Mario Guerra viven actualmente en Miami, así como el extraordinario fotógrafo Raúl Prado, que ha logrado una atmósfera de luces y sombras consustancial a la debacle que manifiestan las historias imaginadas por Nelsito.
Valga la pena recordar que Prado fue sometido a un acto de repudio y luego detenido frente a los estudios del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), junto a otros artistas, durante las protestas antigubernamentales de julio de 2021.
El mundo de Nelsito nos coloca en la encrucijada de especular cuál es la Cuba real. Desafortunadamente, todo parece indicar que el espejismo del adolescente se encuentra enraizado en la más absoluta certidumbre.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.