MIAMI, Estados Unidos. – La Habana, única ciudad de América Latina inscrita en la Red Art Nouveau, celebró en 2020 su riqueza arquitectónica con la exposición “Naturalezas del Art Nouveau”. La muestra ofrecía una perspectiva única sobre el movimiento art nouveau en Cuba y su conexión con Europa, donde surgió a finales del siglo XIX y principios del XX.
El art nouveau, inspirado en la naturaleza y en los avances científicos de la época, llegó a la Isla gracias a emigrantes españoles. Entre 1904 y 1915, este estilo se propagó en Cuba, particularmente en La Habana, a través de la decoración de fachadas, mobiliario, vidriería, carpintería, diseño de lámparas, vitrales y herrería.
Entre los edificios más destacados se encuentran el Palacio Cueto, en la Plaza Vieja, y los Jardines de La Tropical, paradigma de la arquitectura paisajista modernista. Otros ejemplos notables incluyen la Casa de los Pelícanos, en La Habana Vieja, y el Cetro de Oro, en la calle Reina, en Centro Habana.
El art nouveau dejó una huella estética en toda la Isla, creando una relación armónica entre la arquitectura y el arte. En palabras de Eusebio Leal Spengler, historiador de La Habana, el art nouveau representa una “gran singularidad” dentro de la ciudad.
A principios del siglo XX, Cuba experimentó una actualización de sus estilos arquitectónicos en línea con los códigos internacionales de la época. El art nouveau fue el primer estilo de vanguardia en llegar al país, encontrando gran aceptación en la clase burguesa y definiendo importantes centros de desarrollo en todo el territorio.
Aunque el uso del estilo fue breve en Cuba y en el resto del mundo, su influencia en la arquitectura cubana de las primeras tres décadas del siglo XX fue significativa. Por desgracia, muchas de las edificaciones construidas en ese entonces no se conservan actualmente, en gran parte debido a la desvalorización del estilo por parte de la comunidad de arquitectos.
El art nouveau en Cuba persistió hasta la década de 1930, cuando fue reemplazado por el art déco, un estilo más elegante, geométrico y “medido”.
Las calles Reina y Cárdenas, en Centro Habana, albergan un gran número de edificios modernistas ―al art nouveau también se le conoce como modernismo catalán―, con viviendas de dos plantas que combinan artesanía con prefabricado industrial. La presencia y calidad artística de estos inmuebles han llevado a La Habana a ser la única ciudad no europea incluida en la Red Europea de Art Nouveau, dedicada a difundir el patrimonio nouveau y a promover la investigación en sus 24 ciudades miembro.