LA HABANA, Cuba.- Dave Lombardo, uno de los bateristas más influyentes en el rock norteamericano, en especial por su trabajo con la banda Slayer, ofreció este martes una charla con músicos y aficionados de dentro de la isla en el centro nocturno Submarino Amarillo, como parte de la visita que inició junto a su madre hace pocos días luego de más de 50 años de distancia con su país natal.
Según se precisó en el encuentro, Lombardo, también conocido por su sobrenombre de “el padrino del doble bombo”, pretende organizar con el grupo Suicidal Tendencies dos conciertos este año en el país, uno como parte de las Romerías de Mayo y otro en la capital.
En la charla, el músico intercambió con algunos de sus seguidores y uno de ellos le comentó que no había suficiente divulgación de su visita a la Isla porque, si la hubiera, el espacio Submarino Amarillo estuviera lleno y con gente haciendo colas en la entrada, porque su música era muy seguida por los amantes de rock en Cuba.
Otros aficionados abordaron temas propios del estilo musical de Lombardo y este expresó que una de sus grandes influencias fueron los grupos Led Zeppelin y Black Sabbath, por las dinámicas que supo adquirir de ellos.
Durante su estancia en la Isla, Lombardo visitó los lugares donde vivió su familia, e inclusive la antigua carnicería de su padre en La Habana que todavía, según explicó el músico, se mantiene con la misma función. Con este recorrido hacia sus orígenes refirió haberse sentido emocionado porque muchas de las personas que aún viven en la zona recordaron a su madre. “Yo sabía que mi gente tenía un corazón inmenso, yo soy cubano hasta el final”, expresó.
Sobre la idea de venir a la Isla, comentó que un día un amigo suyo le dijo que como cubano debía ir a Cuba; sin embargo, aún desconocía si existían posibilidades para viajar.
Luego de las nuevas medidas impuestas por la administración Trump, Lombardo pensó acabadas esas posibilidades hasta que buscó información por Internet y vio que aún no existían grandes obstáculos para viajar a la Isla. “Entonces, le dije a mi mamá: ¿Vamos a Cuba? Y me dice: ¿Tú crees? Y le dije: Saca el pasaporte. Cuando le dieron el pasaporte fui a buscar las visas y a los 40 días compramos los vuelos. Cuando llegaron los permisos para viajar mi mama se echó a llorar”, explicó.
Cuando este artista estaba pensando llegar a la Isla, explicó que sentía un poco de temor por las críticas que pudiera recibir. “Conversando con un amigo mío, Ignacio, me dijo que fuera porque me iba a encantar y que no me preocupara con nadie, porque no me iban a criticar”, señaló.
Por otro lado, para Lombardo, su contacto desde niño con los cubanos que viven en los Estados Unidos le ha permitido mantenerse dentro de la cultura cubana. “En los clubes cubanos que yo frecuentaba venían bandas de rock, de música latina y de la Isla, y también había bailes. Allí observaba a los bateristas y me parecía que desde niño yo quería ser como ellos”, afirmó.
“Cuando joven veía a los congueros en esos clubes, sudando y tocando, y eso me enseñó cómo tocar con pasión. Por eso digo que sin mis raíces yo no hubiese sido quien soy. Me dicen en los Estados Unidos que tengo un sentimiento diferente para tocar la batería. Eso es porque yo soy cubano y tengo este estilo diferente”, añadió.