MIAMI, Estados Unidos. – A pocos días de regresar de la 27ª edición del Festival de Cine de Málaga, el cineasta cubano Alán González regresó a la Isla no solo con reconocimientos y aplausos internacionales, sino también con una serie de reflexiones sobre su más reciente obra, La mujer salvaje, y sobre el arte de hacer cine en la Cuba de hoy.
Esta película, que le ha valido a su protagonista Lola Amores el Biznaga de Plata a la Mejor Actriz, fue descrita por González ―en una entrevista con el medio CubaNoticias360― como un proyecto que lleva intrínseco un desafío personal y profesional, a través del cual busca “sugerir más de lo que puede mostrar una secuencia de planos”.
González, cuya filmografía incluye cortometrajes notables como La profesora de Inglés (2015) y Azul Pandora (2024), ha demostrado una progresión natural hacia largometrajes, con La mujer salvaje como su ópera prima.
“Intentar ser justo es mi premisa como artista y como ser humano”, explicó González, antes de profundizar en la idea de que el arte no debe juzgar, sino presentar la realidad en su complejidad. “No juzgar es mi manera de ser justo, que no sé si puede lograrse, pero no es lo mismo que hacer justicia, que estoy casi seguro de que no se puede lograr”.
La mujer salvaje es descrita por González como un “retrato de violencia machista en una sociedad patriarcal”, una temática que, según él, requiere de un enfoque particularmente sensible. “Acompañar y querer a Yolanda [la protagonista del filme], una mujer que supuestamente ha errado, sin intentar colmarla de virtudes secretas o explicaciones de por qué merece ser querida, como haría un cine más convencional”, asegura el cineasta.
Sobre los desafíos de filmar su primera película, especialmente durante la pandemia de COVID-19, González señaló: “El motor que me impulsaba era el placer que encontraba en lo que hacía”.
La colaboración con la actriz Lola Amores y el resto del elenco es otro punto que González destaca con entusiasmo. “Lola Amores es la esencia de la película”, dice, explicando cómo la actriz llegó a ser parte del proyecto y el impacto que tuvo su actuación en el reconocimiento del filme.
González reflexiona también sobre la responsabilidad de sugerir más allá de lo explícito en su narrativa. “Mi intención, podría decir, era no imponer mi intención”, afirma, y destaca que su deseo era dejar espacio para que el espectador interactuara y se involucrara con la historia de manera más profunda.
Mirando hacia el futuro, González revela que ya está trabajando en su segundo largometraje, coescrito con Nuri Duarte.
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