LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -La política de reajuste económico que el gobierno cubano bautizó con el nombre de Actualización del socialismo, es un culebreo jurídico que se conforma sobre la marcha. Los fracasos se disfrazan y mutan, los aciertos le sirven para ganar tiempo a que nuevos errores no se vean, en lo posible.
La apertura de 178 nuevos oficios para el trabajo por cuenta propia indica, en el papel, un 2011 de cambios profundos. El 21 de octubre el diario Gramma informó que 310 112 personas ejercían como cuentapropistas en Cuba y 231 139 de ellos correspondían a nuevas solicitudes. Podría creerse que la actividad de los particulares se desarrolla, pero cuando se analiza con profundidad, las conclusiones son diferentes.
Del total de nuevos cuentapropistas, 68 % no poseían vínculo laboral con el Estado y 16 % son jubilados, es decir que se incorporó al cuentapropismo 15% de trabajadores procedentes del sector estatal. Este dato indica que el aumento en el número de trabajadores por cuenta propia es mayormente producto de la legalización de personas que venían trabajando sin autorización y que ahora tienen que pagar impuestos.
Pero el objetivo de crear empleo en el sector privado para 1,3 millón de trabajadores que deberán ser despedidos como consecuencia del reordenamiento laboral en el sector estatal, continúa sin cumplirse.
El 14 de mayo el Consejo de Ministros tuvo que reajustar del Plan de la Economía del 2011 y extender a todas las actividades del sector no estatal la autorización de contratar trabajadores.
El estado se vio obligado también a la adopción de medidas para exonerar del pago del impuesto por la utilización de fuerza de trabajo, a quienes contraten hasta 5 personas en el año 2011. Además, quedó eliminada la obligatoriedad de afiliarse al régimen especial de seguridad social, para las mujeres de 60 años y los hombres de 65.
Otros malabares del gobierno fueron, en el transporte, extender de 30 a 90 días laborables el plazo para recoger las licencias operativas otorgadas por las unidades estatales de tráfico. Para la actividad de arriero, se bajó la cuota de impuesto a 30 pesos. Y para los carretoneros, se simplificó la tributación, que implica no pagar impuesto sobre los ingresos personales al finalizar el año. También quedaron exonerados los vinculados a entidades estatales que perciben mensualmente hasta 400 pesos.
A los cocheros, liderados por la protesta del gremio contra los altos impuestos, en Bayamo, se les consideró como gasto deducible hasta un 40 % de los ingresos anuales, el doble de lo fijado inicialmente. Y tendrán una disminución de sus cuotas mínimas mensuales, de 150 a 100 pesos.
En relación con la renta en las viviendas, se tuvo que rebajar la cuantía mínima mensual del impuesto por el alquiler de habitaciones, de 200 a 150 pesos, en las dos modalidades de arrendamiento, o sea, en pesos cubanos, CUP, y en pesos convertibles, CUC. De igual forma, se disminuye la cuantía mínima mensual por el servicio de arrendamiento cuando se trate de viviendas completas arrendadas en CUP: hasta 2 habitaciones se pagarán 100 pesos, incrementándose ese monto en un 50 % a partir de la tercera habitación. Y se redujo también el cobro del permiso para construir de 250 a 100 pesos.
En el VI Congreso del partido comunista, celebrado en abril de 2011 en La Habana, se promulgaron importantes disposiciones que se fueron implementando en los meses siguientes, como la aprobación de las ventas directas del agricultor al sector del turismo, para simplificar el vínculo entre la producción primaria y el consumidor final. También se implementó ahorrar gastos de transporte y se modificó la Ley General de la Vivienda, permitiendo la venta y compra de casas. Se autorizó también la venta de autos. Se derogó una ley dictada en 1997 contra la migración interna. Y se autorizó a los bancos realizar préstamos a ciudadanos y empresas.
2011 se recordará como un año de rompimiento, en el ámbito económico y social, de esquemas arraigados por décadas en la sociedad, donde el gobierno tanteó la balanza y, obligado en ocasiones por el peso, cedió terreno para alcanzar el imprescindible equilibro.
Sin embargo, en lo político no cedió un ápice: acorraló, cercó, detuvo, hostigó a la oposición pacífica. Y realizó todos los operativos policíacos que hicieron falta contra los hombres y mujeres que desean una prosperidad real para Cuba.