LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Cientos de personas se reúnen de lunes a viernes en el parque ubicado frente a la funeraria de Calzada y K, del Vedado. La tensión de los rostros no obedece al dolor por los difuntos, a la presencia de los policías que patrullan el entorno, ni a las cámaras de video enmascaradas en los postes de la luz de las esquinas. Casi todos esperan al empleado que los conducirá a la Sección de Intereses de los Estados Unidos, donde harán trámites migratorios o solicitarán visa de tránsito por asuntos familiares, religiosos o culturales.
Casi todos, porque en el parque esperan también decenas de ciudadanos que entrarán en las salas de Internet de la misma sede diplomática. El acceso gratuito y sin discriminación a los centros Lincoln y Roosevelt, donde Gladys, Heydi y María Eugenia brindan servicios de excelencia cultural, es como un oasis en medio del desierto desinformativo impuesto por las autoridades cubanas.
El Centro de Recursos Informativos de la Oficina de Prensa y Cultura de la Sección de Intereses de los Estados Unidos de América en La Habana, no es una entidad secreta; sus ofertas circulan a través del catálogo que acredita la transparencia de las opciones “sobre la base de la diversidad de igualdad de acceso de todas las personas, independientemente de su edad, raza, sexo, religión, afiliación política, nacionalidad, idioma o condición social”.
El centro de referencia tiene como misión “proveer información para un mayor entendimiento de los Estados Unidos, así como aumentar el flujo de libre acceso a la información”, por lo cual proporciona datos actualizados sobre diferentes aspectos de esa nación: política y gobierno, relaciones domésticas y exteriores, medio ambiente, economía y comercio, historia, cultura, sociedad, valores y temas internacionales.
Tales opciones se concretan mediante servicios de referencias –preguntas generales, factuales o bibliográficas-; diseminación selectiva de información –avisos de nuevas publicaciones y envío de títulos, textos y documentos-; búsquedas bibliográficas en su colección y en bases de datos en líneas, más el acceso a Internet con fines educacionales o de investigación, previa reservación telefónica.
La colección de productos informativos preparados por las especialistas del CRI incluye diversos soportes electrónicos e impresos, tanto en inglés como en español, lo cual compensa la avidez de los usuarios, quienes tienen derecho a preguntar y pedir asesoría con fines educacionales e investigativos.
La colección comprende más de 200 volúmenes de referencias en ambos soportes, incluidos almanaques, anuarios, directorios, diccionarios y enciclopedias; libros de historia, geografía, biografías, narrativa, ensayo e infantiles; así como revistas generales y especializadas, 14 bases de datos en líneas y textos de amplitud temática; más una serie de CD-ROM e información acerca de los programas académicos de los Estados Unidos, con catálogos y formularios de sus universidades.
Los principales usuarios del CRI son miembros de la incipiente sociedad civil cubana, académicos, estudiantes universitarios, periodistas y bibliotecarios alternativos, gente de negocios, artistas e intelectuales y directivos de ONGs; aunque las búsquedas en Internet atraen por igual a choferes de taxis y ómnibus, amas de casa y hasta militares jubilados que tienen turno.
La creciente demanda de información y el costo de Internet en hoteles y cibercafés del gobierno obligó a crear la lista de espera, torpedeada a veces por agentes de Seguridad del Estado que intentan acaparar los “fallos” y propician la espera desde la madrugada en los bajos de la funeraria, provocando disgusto entre quienes necesitan los servicios ofrecidos para abrir sus correos, acceder a fuentes noticiosas confiables y navegar por el ciberespacio.
Los concursos acerca de temas y autores de la sociedad norteamericana, los préstamos de libros, la apertura de email, blog, twitter y otras opciones de alto nivel profesional, a través de teleconferencias, ensanchan el horizonte de libertad de los ciudadanos, quienes aprecian al Centro de Recursos Informativos de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana como una ventana de luz frente al monopolio informativo del Estado.