ARTEMISA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -El gobierno cubano ha decidido permitir la formación de cooperativas en otros sectores además del agrícola, entre ellos, el del transporte, pero en la población existe el temor de que con la medida se satisfagan intereses estratégicos del poder, y no las necesidades de la gente de a pie, como ha ocurrido con ¨reformas¨ anteriores.
Una encuesta realizada por la Corriente Martiana, entre 220 personas de las provincias La Habana y Artemisa, entre el 10 de marzo y el 10 de abril de 2011, incluyó la pregunta “Si se vendieran ómnibus reparables a particulares y se permitiera la formación de cooperativas de ómnibus sin control estatal, y que solo pagaran impuestos, ¿se aliviaría el problema del transporte público de pasajeros? Y el resultado fue el siguiente: se solucionaría, 77 votos (35%); se aliviaría, 126 votos (57%); se mantendría igual, 11 votos (5%); y no respondieron, 6 (3%).
Fuera de la capital, el transporte de pasajeros corre fundamentalmente a cargo de camiones y camionetas particulares, con más de cincuenta años de explotación, inseguras y sin el más mínimo confort, pero que hasta ahora han resuelto un grave problema que el Estado es incapaz de solucionar.
Permitir la formacion de cooperativas con estos camiones y camionetas traería beneficios para los viajeros. El Estado disminuiría sus gastos en este servicio, se sacaría el problema de encima, elevaría sus ingresos por concepto de impuestos y disminuiría la venta en el mercado negro de combustible, piezas y agregados, al venderlos directamente a las cooperativas. También se libraría de las críticas por el mal servicio del sector estatal en la transportación de pasajeros.
A pesar de dichos beneficios, si las cooperativas se integran con camiones y camionetas, no se eliminarían la inseguridad e incomodidad de los que viajan en estos vehículos diseñados para el trasporte de cargas y animales.
Como paso previo o simultáneo a la integración de las cooperativas de transporte, debieran venderse a particulares ómnibus en funcionamiento, o reparables, para sustituir los camiones y camionetas, y con ello, brindar también mayor seguridad y confort a los viajeros.
Para la venta de tales ómnibus, se podrían establecer precios asequibles, créditos con bajos intereses y pago a largo plazo, así como facilidades para la obtención de lo necesario para su reparación y adaptaciones.
Estos aspectos fueron incluidos en la propuesta hecha el 29 de noviembre de 1996, a la Asamblea Nacional del Poder Popular y a los Consejos de Estado y de Ministros, sobre la conveniencia de cooperativizar el transporte, previa venta de los ómnibus.
Permitir las donaciones de ómnibus, desde el exterior, a particulares y organizaciones, así como sus partes, agregados y equipos, libres de aranceles en los puertos y otros gravámenes, sería una vía de favorecer que las cooperativas logren en breve contar con el equipamiento necesario y un parque adecuado de vehículos.
Esto último no sería novedoso, pues Pastores por la Paz y otras entidades extranjeras han donado, a lo largo de los años, ómnibus al Estado cubano, así como a instituciones religiosas nacionales y otras reconocidas oficialmente. ¿Qué impide entonces permitir estas donaciones a particulares, que se beneficiarán personalmente, pero simultáneamente estarían sirviendo al bien común, en un servicio en que el Estado ha fracasado tan rotundamente durante tanto tiempo?