BAYAMO, Cuba, junio (173.203.82.38) – A la altura del Estadio Genaro Melero, la fila de automóviles se extiende hacia el oriente. En sentido contrario se dilata más allá del puente sobre el rio Hatibonico, y casi llega al elevado ferroviario.
El pueblo esta traumatizado; su más importante vía se cortó. Sobre todo porque el corte interrumpe la Carretera Central, madre de las carreteras cubanas, construida durante el gobierno de Gerardo Machado. Sus hijas bastardas son las autopistas no concluidas.
La reparación, que es buena noticia para viajeros, conductores y la población se convierte en verdadero trauma durante el tiempo que duren las obras. No se establecieron rutas alternativas que permitieran la fluidez del tráfico, ni una señalización legible para los cientos de conductores que recorren la isla de este a oeste.
En el pueblo se cuenta la historia de un conductor de autobús de la empresa Astro, que manejó por la ciudad durante más de una hora, de madrugada, buscando la salida que no encontraba, sorteando baches, cruces de líneas de ferrocarril y la oscuridad. Lo incomprensible para muchos es cómo pudo dar tantas vueltas en un pueblo tan pequeño.
El polvo producido por el movimiento de tierra y el levantamiento del asfalto, aplacado a última hora con la llegada de las lluvias, inunda las casas y los comercios de comestibles ligeros, principal fuente de ingresos del pueblo. Por eso, cientos de transportistas se encuentran desorientados, buscando un lugar donde parar para comer, mientras los conductores de buses maniobran tratando de aparcar para que los viajeros se alimenten.
Las cafeterías y pequeños restaurantes, a mitad de camino entre Santiago de Cuba y La Habana, se multiplican y dan empleo a cientos de personas; deben mejorar las ofertas, pero siempre resuelven la alimentación de los viajeros.
En Hatibonico se encuentra el central azucarero Uruguay, que trabaja en tiempos de zafra a media máquina, y ha dejado de ser el gran empleador que antes fue. El otrora coloso, segundo lugar en capacidad después del central Urbano Noris, en San Germán, fue prácticamente desmantelado y enviado a Venezuela.
Por suerte para todos, el mantenimiento de la vía principal comenzó al final de la zafra. Lo que disminuye los problemas.