LA HABANA, Cuba, junio, 173.203.82.38 -Durante los días 22 y 23 de mayo, sesionó en la capital de Suecia el Stockholm Internet Forum (SIF), bajo el signo Internet Freedom for Global Development, en cuyo marco se produjo un encuentro entre activistas de la sociedad civil independiente de Cuba y otros de varios puntos de la diáspora, también vinculados al activismo por la democracia en la Isla. Yoani Sánchez, Laritza Diversent, Antonio Rodiles, Roberto de Jesús Guerra, Eliecer Ávila, y la autora de este reporte, estuvimos en contacto con Hugo Landa (Cubanet) y el grupo gestor de la revista Misceláneas de Cuba, entre otros cubanos residentes en Suecia, con quienes compartimos espacios y experiencias inolvidables en esos días.
En las sesiones del evento, cuatrocientos delegados de todo el mundo debatieron en diversos paneles temas como el acceso a Internet, la libertad y la seguridad del ciberespacio, Internet y los derechos humanos, las comunicaciones y la información, la necesidad de las inclusiones, las innovaciones tecnológicas y otros tópicos relacionados con el uso de la red de redes.
Entre las actividades colaterales, los cubanos participamos en un seminario sobre la situación de los derechos humanos en la isla, celebrado en el Parlamente sueco, y algunos visitamos, entre otros lugares, la sede de ECPAT en Estocolmo, una fundación internacional que lucha contra la pornografía y la prostitución infantil y el tráfico de menores y que cuenta con organizaciones en más de 70 países; la de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la oficina de Civil Rights Defenders, entre otras.
En la tarde del día 20 de mayo, por invitación especial de los animadores de la revista Misceláneas de Cuba, estuvimos en la presentación del libro Hay que sacar al policía de la cabeza -editado por el Centro Internacional Liberal Sueco-, un reportaje sobre la realidad de la Isla entre 1998 y 2012 y la lucha pacífica por la democracia, desde la visión del analista Erik Jennische.
Tras la clausura de esta edición del Fórum, el 23 de mayo, se celebró un panel de debate sobre la libertad de expresión en América Latina, que tuvo lugar en la Sala de Prensa adjunta al Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia, organizado por el Departamento de América de dicho ministerio. El panel estuvo compuesto por Eduardo Bertoni, Profesor del Centro de Estudios de Libertad de Expresión, Argentina; Luisa Guzmán, de la Fundación Karisma, Colombia; Alberto Cerda, representante de Derechos Digitales, Chile, y Miriam Celaya, bloguera de la página Sin Evasión, Cuba. Actuó como moderador el profesor Fredrik Uggla, Director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo.
Uno de los aspectos más valiosos de esta experiencia, más allá de la importancia de insertar a la sociedad civil independiente cubana en eventos internacionales de esta naturaleza, fue comprobar cómo las intervenciones de los distintos delegados de todo el mundo allí presentes, incluyendo los representantes de países subdesarrollados de África y Asia, evidenciaron por contraste la orfandad informática y tecnológica que sufrimos los cubanos de la Isla y el aislamiento al que nos condenan las políticas del gobierno. Mientras en todos los países allí representados las propuestas giraban en torno a mejorar el uso de las tecnologías de la informática y las comunicaciones para impulsar más eficazmente los proyectos regionales y comunitarios, los cubanos nos encontramos en el primer escalón: alcanzar el acceso libre a Internet.
De hecho, la inserción de Cuba en los procesos de desarrollo global pasa necesariamente por la necesidad de profundas transformaciones políticas que generalicen el acceso a Internet para todos los cubanos. Un paso inevitable que las autoridades se empeñan en dilatar y obstaculizar, a pesar del reciente (y nada casual) anuncio oficial de que se ampliará el acceso a partir del próximo 4 de junio con la entrada en servicio de 118 salas de navegación dispersas por toda la Isla.
Las puertas del SIF 2013 cerraron; no obstante, los cubanos que asistimos al Fórum quedamos imbuidos de un profundo sentimiento de urgencia. A la obligación moral de continuar la lucha por los cambios hacia la democracia en Cuba se une la necesidad de la utilización de la Internet y las redes sociales al servicio de ese empeño y de propuestas futuras. El tímido paso que ha anunciado el gobierno bien podría ser otra pequeña grieta que nos permita extender las voces y fortalecer nuestras estructuras, penetrando de manera más efectiva todos los espacios sociales. Sería prematuro lanzarnos en optimismos desmedidos, pero quizás es el momento de proponernos presentarnos al Fórum de 2014 desde un escenario diferente.