¿Qué bolá con las gratuidades en el teatro Astral?
LA HABANA, Cuba, abril, 173.203.82.38 -Como si estuviera de moda la frase “¿qué bolá?” ha pasado de colindar con la vulgaridad, al retablo de un teatro y a la cubierta de un libro. La Compañía Mefisto estrenó un espectáculo que promete ser la bandera de la UJC y ¿del libro? pues no profundizo, pero no espero mucho de Alberto Ajón, un autor con escuela de Radio Reloj y una primera novela que nada dejó a las letras cubanas.
Pero utilizar la expresión no es una novedad. Si a todos los cubanos los promovieran como lo hacen con dos o tres que exaltan al gobierno, se sabría que Borris Larramendi, del proyecto Habana Abierta y residente en otra parte del mundo, más que utilizarla como bandera chovinista, la redondeó como la empleamos realmente, “Asere, qué bolá” e hizo con ella un estribillo que coreó la ciudad underground en el 2005.
Claro, era un tema incómodo que hablaba de libertad y de unidad entre “los cubanos de aquí y de allá”.
A diferencia, el espectáculo ¿Qué bolá?, de Mefisto, exalta un discurso oficialista donde la representación de los cubanos de allá es una mujer histérica gritando y pataleando por teléfono que se opone a que su hijo regrese a la Isla por razones no muy claras.
No exijamos demasiado. Es un musical y el género exige solo temas superfluos.
Sin embargo, los bocadillos oficialistas asfixian. No los cito textualmente pero van por la cuerda de que relacionarse con extranjeros es malo, todo lo de aquí es bueno y lo de allá, ya saben, es malo.
En fin, me sabe a reunión del CDR, del partido, a tribuna abierta o mesa redonda. Aunque era de esperar. El estreno fue en uno de los espacios declarados abiertamente como propiedad del Consejo de Estado: el Cine Teatro Astral.
Justo ahí es donde me detengo y me pregunto ¿qué hace un italiano (escritor y director de la obra) salido de la nada, estrenando en un teatro como ese bajo la fachada de la Compañía de Tony Díaz? ¿qué se estará cocinando entre telones? ¿por qué el favoritismo? Son más las interrogantes que las razones para confiar en la generosidad hacia un extranjero, sobre todo si tenemos en cuenta que aquí no hay gratuidades.